Judicial
Microbandas y rentas criminales, detrás de homicidios en Palmira
Con la desarticulación de estructuras criminales como Los 300, emergieron pequeñas bandas que buscan controlar la venta de estupefacientes.
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9 de nov de 2025, 04:39 p. m.
Actualizado el 9 de nov de 2025, 04:39 p. m.
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La ola de homicidios que viene sacudiendo al segundo municipio más importante del Valle del Cauca, donde en lo que va corrido del año se han presentado 161 muertes violentas, diez más que para el mismo período del año pasado, estaría relacionada con microbandas emergentes en aquellos territorios donde fueron desarticuladas organizaciones como Los 300 y los Anti 300, aseguran las autoridades.
Estas pequeñas bandas, que no tienen una estructura como tal, es decir, con unos cargos asignados y territorios definidos, solo tienen un propósito: hacerse con el control de la venta de estupefacientes en Palmira, con el microtráfico.

Así lo señala la general Sandra Liliana Rodríguez, comandante del Departamento de Policía Valle: “Una vez se capturan estas estructuras, podríamos decir que emergen unas microbandas en esos sectores, que lo que hacen es recomponerse, ya no con ocho, diez o doce personas, con cargos o responsabilidades directas como las estructuras organizadas, sino que lo único que les interesa es la renta criminal”.
Es decir, ya no pelean por el control territorial sino por la “venta en masa” de estupefacientes y, en ese sentido, un delincuente puede hoy estar coayudando a un líder, mañana a otro, y así sucesivamente.
“No tienen un arraigo como existe en una estructura criminal organizada, sino que mantienen fluctuando entre varias de esas microbandas. Este es uno de los factores que más está incidiendo en el incremento de los homicidios” en la Villa de las Palmas, expresó.
Para la general Rodríguez, es claro que en Palmira hay una disputa por la renta criminal que tiene como propósito consolidar un mayor poder económico.
“Así lo hemos analizado, porque sí tenemos unas comunas donde efectivamente se concentra la mayoría de los sicariatos, la principal modalidad en el delito de homicidio”, agregó.
Y aseveró que en ese municipio el 80 % de los crímenes violentos están asociados a las rentas criminales, como el microtráfico y la extorsión.
Además, de acuerdo con la oficial, se ha detectado que “muchos de los actores criminales de esas grandes estructuras que se capturaron en su momento ya salieron por vencimiento de términos, otros por acogerse a beneficios como sentencia anticipada o colaboración con la justicia. Y, precisamente, algunos de esos que salieron fueron integrando esas microbandas para seguir delinquiendo”.

A este complicado escenario en el área urbana de la Villa de las Palmas se suman las confrontaciones en la zona rural de grupos como la Adán Izquierdo, del Estado Mayor Central, EMC, disidencias de las Farc, y el Frente 57 Yair Bermúdez, que han dejado 31 muertes este año.
Las víctimas
En cuanto a las víctimas, Rodríguez comentó que la mayoría de ellas eran miembros de estas microbandas, pero además habían sido indiciadas por delitos como el hurto y la extorsión.
Asimismo, señaló que, aunque en menor escala, comparado con otros municipios de la región, en Palmira también hay instrumentalización de menores de edad para actividades relacionadas con el control de la venta a través del sicariato.
La oficial, no obstante, destacó que hay otros delitos cuyo combate por parte de las autoridades ha mostrado un comportamiento positivo.
Es así como el robo a personas decreció en más de un 30%. Igualmente se presentó una reducción en los hurtos a residencias (26 %), comercios (5%), automotores (16 %) y motocicletas (32 %).
Estos resultados, según dijo, obedecen a las afectaciones a grupos criminales que, en la mayoría de los casos, llegan de otras partes del país.
“Es lo que denominamos ‘bandas turísticas’, porque vienen de Cali, Barranquilla o Medellín por un corto espacio de tiempo, analizan el sector, cometen los hurtos a motocicletas o vehículos, los cuales llevan a otras regiones o los venden a grupos al margen de la ley vía Pradera, que conecta en pocos minutos con el departamento del Cauca”, dijo la Comandante.
Sin embargo, anotó, que gracias a un trabajo juicioso con la Fiscalía, han logrado contrarrestar estas estructuras dedicadas específicamente a ese delito.

Respecto a la extorsión, informó que se ha conocido un caso más que el año pasado, pero reconoció que hay un subregistro, dado que la gente no denuncia por temor.
Por eso, hizo un llamado a la ciudadanía a denunciar de manera formal o anónima, para poder iniciar procesos investigativos y acabar con ese flagelo que también golpea a los palmiranos.
Reingeniería del servicio
Ante el crecimiento urbanístico que ha tenido la Villa de las Palmas en los últimos años, lo que también ha incrementado la actividad criminal, la Policía ha realizado una reingeniería de sus servicios que le apunta a tres aspectos básicamente: fortalecimiento de la investigación criminal, mejoramiento de la tecnología a través del centro de monitoreo y videovigilancia, y la red de apoyo ciudadano.
Esto será fundamental para adelantar procesos investigativos que permitan poner tras las rejas a los delincuentes, se dijo.
El secretario de Seguridad del Valle del Cauca, Guillermo Londoño, por su parte, coincidió en que Palmira tenía unas estructuras de gran capacidad que se habían estado consolidando de tiempo atrás, advirtiendo que la lucha contra el multicrimen adelantada en otros municipios del departamento, como Tuluá, Buenaventura, Cartago e incluso Cali, abrió espacios para estas microbandas.
“Es decir, si antes había tres o cuatro grandes estructuras, esto fácilmente se puede haber multiplicado, porque estamos ante la disputa de unos espacios que fueron dejados por las estructuras que fueron sacadas de las calles”, manifestó.
“Si uno observa los mapas de Palmira, casi que seguimos en las mismas comunas: la Uno, la Cinco y la Siete”, agregó.
Londoño dijo también que el 82 % de los homicidios en esa ciudad está relacionado con ajustes de cuentas de microbandas dedicadas al microtráfico y al narcotráfico; el 9 % representa hechos de intolerancia social; 6 % intentos de hurtos y un 3 % otras causas.
“Es decir, estamos frente a la violencia resultado del fortalecimiento de los grupos armados organizados y en algunos casos estamos identificando algunas microbandas que pueden tener un outsourcing con grupos armados organizados, como el caso del Frente 57 y de la Adán Izquierdo, que tienen influencia en la zona rural del municipio de Palmira”, reconoció el funcionario.

Sin embargo, destacó que dentro de las acciones que se vienen adelantando para mejorar la seguridad en esta población se encuentra el programa de Mediadores de Convivencia, el cual cuenta con 14 personas, pero la idea es aumentarlas a 20.
También los denominados Guardianes para la Vida y de 134 de Fuerza Joven, que da incentivos a los que ingresan a las Fuerzas Armadas.
Deterioro de la seguridad
Lo que se vive hoy en Palmira es la expresión nítida de un deterioro estructural en la capacidad del Estado para ejercer control territorial y sostener el orden público, afirmó Willy Valdivia Granda, director ejecutivo de Orion Integrated Biosciences y especialista en inteligencia artificial aplicada a la defensa.
“Una Paz Total mal calibrada abrió canales de negociación sin exigir condiciones mínimas —desarme verificable, desvinculación de economías ilícitas, sometimiento a la justicia— y, en paralelo, la degradación táctica de la Fuerza Pública redujo la presión disuasiva”, cuestionó.
“El resultado en el Valle del Cauca ha sido un entorno donde estructuras criminales y narcoterroristas —disidencias de las Farc, Clan del Golfo, ELN y satélites locales que se adaptan-, se reagrupan y amplían sus líneas de financiamiento desde tráfico de armas de fuego, sicariato, microtráfico, extorsión y contrabando”, agregó.
En cuanto a la Villa de las Palmas, expresó que no es un punto aislado, sino un nodo de tránsito estratégico de varios actores entre el norte del Valle, las rutas logísticas —legales e ilegales— del sur y los flujos que descienden desde el norte del Cauca o se proyectan por tres corredores principales: Santander de Quilichao–Jamundí–Cali; Miranda–Florida–Pradera, y Cerrito–Buga–Tuluá.
“La seguridad local, por tanto, se define en un teatro regional que desborda los límites políticos del municipio de Palmira. Aun así, los datos muestran un cuadro matizado de control: varias formas de hurto han cedido con patrullaje local, planes candado y control situacional, lo que confirma que la acción municipal ordena la calle y contiene el delito”, enfatizó.
Desde Indepaz también confirmaron que hay una avanzada muy grande de la estructura Jaime Martínez, disidencia de las Farc, en la zona.
“Ellos tienen la intención de controlar el corredor que los lleva desde norte del Cauca hasta Cali, porque Cali, como ya lo sabemos, es un centro logístico y de reunión, además con una facilidad de lavado de dinero. Todo esto juega en contra de la pacificación de esta ciudad y su área metropolitana. Y Palmira no es ajena a esa problemática”, se señaló desde la entidad.
También han identificado bandas muy fuertes que afectan sobre todo la zona urbana, pero que hacia la ruralidad son subcontratadas por la Jaime Martínez u otras disidencias.
Nicolás León Rodríguez, investigador de la Fundación Pares, también apunta a una diversidad de factores que estarían afectando la seguridad del municipio.
“Nosotros tenemos una lectura que mezcla varios factores que pueden llegar a explicar, digamos, qué está pasando en Palmira. Lo primero es que esto obedece también a una una dinámica departamental en la que intervienen una organización del crimen organizado y el fortalecimiento de los grupos armados”.

Para León la cercanía con Cali, expone a Palmira a todos estos fenómenos del narcotráfico, además de la presencia de grupos al margen de la ley en su zona rural.
“Fundamentalmente, aquí hay unos actores con mucho potencial que lo que se están disputando son las redes principalmente del narcotráfico, pero también de otras economías ilegales. Entonces, para combatir este tipo de problemas tenemos que ponernos los lentes y entender el problema fundamentalmente como un un fenómeno de criminalidad organizada”, reiteró.
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