Judicial
Hablan los desplazados por combates en Jamundí: “Muchos dicen que los campesinos somos guerrilleros, pero eso no es así”
El País llegó al coliseo de Alfaguara, en Jamundí, donde más de 300 personas reciben atención de la Alcaldía luego de salir de sus casas por los fuertes enfrentamientos entre disidencias y Ejército.

24 de jul de 2025, 02:44 a. m.
Actualizado el 24 de jul de 2025, 02:44 a. m.
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“Siento mucha tristeza porque yo nunca había vivido esto del desplazamiento. En mi casa tengo perros, gallinas, ganado y pensar en que ellos están solos, me mortifica, pero yo todo eso se lo dejo a Dios porque es él quien resuelve todos los problemas”, dice Graciela, una adulta mayor que en la madrugada del miércoles debió abandonar su hogar en la vereda de La Pradera, zona rural de Jamundí, por los intensos combates entre el Ejército y el frente Jaime Martínez de las disidencias de las Farc.
“Llegamos anoche porque los integrantes de La Casa Campesino nos dijeron que teníamos que salir de allá y que debíamos desalojar la casa. Yo vivo en este lugar desde 1971 y es la primera vez que a mí me sacan de la casa”, contó la mujer, quien hace parte de las 327 personas que se encuentran en el coliseo de Alfaguara recibiendo ayuda y alimentos por parte de la Alcaldía de Jamundí.
Paola Castillo, alcaldesa del municipio, en diálogo con El País, dijo que estos enfrentamientos también han afectado a la población del corregimiento de Ampudia, por lo que se activó un plan de contingencia para atender la problemática.
“Estamos haciendo censos constantemente para saber cuántas personas hay porque han llegado personas de otros corregimientos como Villacolombia. Hemos adelantado diferentes acciones como ayudas humanitarias, acompañamiento social y toma de declaraciones. Estamos con todas las capacidades y ya elevamos la petición para el auxilio subsidiario a la Unidad Nacional de Víctimas para que ellos nos puedan apoyar”, añadió la Alcaldesa de Jamundí.

“A la Alcaldía de Jamundí le pediría que nos ayude para sobrevivir, pues creo que cuando llegue a casa encontraré todo destruido. Ojalá todo se calme pronto”, cuenta Graciela, quien afirma que vive del cultivo de maíz y de yuca.
Al preguntarle a la mujer cómo es convivir con las disidencias de las Farc en su territorio, dice que “ellos no se meten con nadie siempre y cuando uno haga caso. Yo puedo dejar la casa sola y ellos antes me la cuidan”.
La Alcaldesa de Jamundí, dijo en la tarde de ayer que los combates entre disidencias y Ejército ocurrieron hasta las 3:00 a.m. del miércoles, pero que en la mañana y tarde del miércoles “ha habido una tensa calma”.
Otro de los afectados es don Pedro, un hombre moreno, de 75 años, quien afirma que, al igual que doña Graciela, es la primera vez que debe salir de su vivienda en La Pradera, a aproximadamente 40 minutos del sur de Cali.

“Yo soy criado allá y está bien que suba el Ejército, pero que si van a pelear con la guerrilla por favor no nos afecten a nosotros, porque nosotros los civiles no tenemos la culpa de todo lo que está pasando. Además, escuché que la Gobernadora el Valle dijo que se debía acabar con todos en esa zona y no puede ser así porque nosotros los campesinos no tenemos nada que ver con la guerra. Los que tiene la culpa de todo son las disidencias de Las Farc”, cuenta don Pedro, quien dice que se gana entre $80.000 y $90.000 diarios producto de su trabajo en el campo.
El hombre aprovecha los micrófonos de El País para aclarar algo que, desde su punto de vista, se dice en las grandes ciudades sobre ellos: “Muchos dicen que nosotros los campesinos también somos guerrilleros, pero eso no es así, nosotros no tenemos nada que ver con ellos”.
Eso sí, admite que conviven con ellos: “Allá sí vive la guerrilla, pero nosotros ni a ellos ni al Ejército les podemos decir que se vayan de esa zona porque ellos son los que nos van a cuidar a nosotros”, añade el hombre, quien está visiblemente cansado.

“La problemática de estos días se comenzó a tornar fuerte el lunes, pero el martes en la noche el Ejército comenzó a tirar bombas y la guerrilla respondió con más bombas muy cerca de donde nosotros vivimos. Luego, empezó la avioneta del Ejército a disparar muy cerca de las casas. Ese fue el pánico”, contó el hombre mayor, quien dice que en La Pradera viven aproximadamente 170 familias que debieron evacuar en carros, motos y volquetas.
“Ya no paga vivir por allá, pero para dónde nos vamos a ir nosotros si somos pobres. Será difícil volver a casa porque nos pueden matar y ahí quedamos”, concluyó don Pedro.
Comunicador social y periodista de la Universidad Autónoma de Occidente. Especialista en comunicación y periodismo digital. Periodista del Diario El País desde el 2017 y docente universitario.