Doce policías fueron capturados en Bogotá por presuntos nexos con banda criminal

La Policía Metropolitana de Bogotá confirmó este 11 de julio la captura de 12 uniformados activos, vinculados a una presunta red de apoyo a estructuras delictivas que operaban en la localidad de Puente Aranda.

Los capturados, entre ellos un teniente, enfrentan cargos por cohecho, concierto para delinquir, falsedad ideológica y prevaricato.

De acuerdo con las autoridades, estos agentes habrían favorecido a una organización criminal involucrada en hurtos a residencias, personas y vehículos. Las operaciones de esta banda se concentraban en varios sectores del suroccidente de la capital y eran conocidas por su violencia y grado de planeación.

Las detenciones se enmarcan en la Política Integral de Transparencia Policial, con la que la institución busca depurar sus filas. El brigadier general Giovanni Cristancho, comandante de la Policía Metropolitana, señaló que los funcionarios fueron puestos a disposición de la autoridad judicial competente, recalcando que no se tolerarán conductas que vulneren la integridad institucional.

Los uniformados capturados prestaban servicio en cuatro CAI (Comandos de Atención Inmediata) de la zona: Gorgonzola, Tejar, Santa Matilde y Puente Aranda. En uno de ellos el CAI Gorgonzola fue detenido el comandante, quien también sería investigado por presuntamente facilitar operaciones ilegales de la banda.

Las investigaciones que permitieron estas capturas habrían iniciado tras un robo registrado en noviembre de 2024. En ese hecho, ocurrido en una inmobiliaria, dos patrulleros resultaron heridos. Uno de ellos declaró ante la Fiscalía que varios de sus compañeros conocían con anticipación los detalles del asalto.

La Fiscalía General de la Nación ya adelanta los trámites para que los capturados sean judicializados. Por el momento, permanecen bajo custodia en la URI de Puente Aranda, a la espera de la definición de su situación jurídica.

Testimonios recogidos por un medio de comunicación nacional, apuntan a que durante el atraco de noviembre, uno de los policías habría sido herido por fuego cruzado, posiblemente disparado por sus mismos compañeros. Esta hipótesis refuerza la teoría de que dentro de la institución operaba una red más amplia de connivencia con el crimen organizado.

Un testigo presencial de ese asalto relató que la balacera duró entre siete y quince segundos y que, tras el tiroteo, auxilió a un patrullero que tenía heridas visibles. La versión fue clave para reconstruir los hechos e iniciar el rastreo de los implicados.

Las autoridades aseguran que continúan las acciones para determinar si más funcionarios están involucrados, mientras se consolidan las pruebas documentales y testimoniales que sustentan la acusación contra los doce policías capturados.