Economía
La compleja realidad del mercado laboral en el país
La informalidad es del 58 %, siguen brechas de género, y los jóvenes tienen más líos para obtener empleo. ¿Resuelve esto la reforma laboral?
El diagnóstico sobre el mercado laboral colombiano lo han hecho muchas instituciones y centros de pensamiento y estos coinciden en los mismos puntos.
Una alta tasa de informalidad, la necesidad de mejorar la calidad de empleo, la falta de protección social y la brecha de género en el acceso al trabajo y la remuneración.
En el primer punto tenemos que en Colombia había, al mes de marzo pasado, 13,3 millones personas ocupadas en puestos informales y 9,4 millones en la formalidad. En Cali, por ejemplo, 47 de cada 100 personas está en la informalidad.
Esto sin contar el número de desocupados que tiene el país. A marzo había 2,5 millones de personas sin un empleo en Colombia y en Cali la cifra era 147.000 ciudadanos. Además, 509.000 ocupados en la capital del Valle no cotizan a pensión, según el Dane.
Aunado a esto, datos de los Observatorios Laboral y Fiscal de la Pontificia Universidad Javeriana indican que Colombia es un país de salarios bajos. Los promedios más altos se reportan en las medianas y grandes empresas y este apenas alcanza los $2.792.243. Las mujeres, por su parte, en casi todos los tamaños empresariales, reciben salarios más bajos que los hombres.
En Cali, según la reciente encuesta de Percepción Ciudadana de Cali Cómo Vamos, se evidenció que el promedio salarial es de $1,8 millones y las mujeres devengan 20 % menos. Así como los jóvenes y poblaciones como afro, migrantes y campesinos.
Esa encuesta también corroboró que quienes tenían un posgrado en 2022 en Cali tuvieron un ingreso 9 veces mayor frente a los que no tenía ningún nivel educativo ($5,3 millones frente $597.420).
Ante este panorama, los Observatorios Laboral y Fiscal de Javeriana, que hicieron un análisis del mercado laboral, consideran que cualquier proyecto de reforma debería, además de abordar estos desafíos, aumentar la productividad y el crecimiento económico del país, junto con la mejora de las condiciones laborales y la protección de los derechos de los trabajadores.
Precisamente, esa es una de las preocupaciones que tienen analistas, empresarios y sector productivo frente a la reforma laboral, pues consideran que esos retos no se abordan en el proyecto; incluso, la misma Ministra de Trabajo reconoce que la iniciativa no está hecha para crear empleo sino para reivindicar los derechos de los trabajadores.
El economista y empresario Carlos Andrés Pérez comentó que la reforma no contribuye a mejorar la productividad laboral ni de las empresas, lo cual considera es el mayor desafío de Colombia para acelerar la creación de empleos formales. “En este sentido, y como ya lo han destacado diversos analistas, ante la baja productividad, la reforma limitaría la generación de empleo formal y ampliaría la informalidad entre las mujeres, jóvenes y en las zonas rurales y municipios de menor desarrollo económico”.
Agregó que los lineamientos actuales de la propuesta de reforma laboral encarecerán la generación de empleos formales, especialmente para las micro, pequeñas y medianas empresas, pues estas tienen menor productividad relativa frente a las empresas grandes.
Precisamente, según el informe de los Observatorios Laboral y Fiscal de la Javeriana, en Colombia la mayoría de los empleadores y contratantes son microempresas con hasta 5 trabajadores, mientras que las grandes no representan ni el 25% de los empleos presentes en el mercado laboral.
Los sectores más informales son el agrícola y los servicios domésticos. Mientras que los más formales son el sector financiero y de servicios administrativos.
Al respecto, la presidenta de la Cámara de Comercio Colombo Americana, AmCham, María Claudia Lacouture, dijo que el proyecto, en manos del Congreso, aleja el desarrollo económico del social, vínculo importante para poder reducir, de manera exitosa, las brechas sociales y combatir la pobreza
“Ese vínculo es primordial. Fedesarrollo ha señalado que el 72% de las personas que cuentan con empleo logran salir de la pobreza, mientras que solo el 9% de quienes reciben un subsidio lo hacen, por lo que se necesita un equilibrio entre la mejora de las condiciones de los trabajadores actuales, la facilidad para crear empleo formal, en especial para jóvenes, y mantener la viabilidad empresarial que será la que tendrá la posibilidad de generar los puestos de trabajo que necesita el país”.
Para la ejecutiva, el actual proyecto se aleja de las nuevas tendencias del empleo. “No se puede equiparar la flexibilización contractual con precarización laboral”, reiteró.
Sin embargo, Santiago Moure, CEO Adecco Colombia, Perú & Ecuador, dijo que solo se podrá hablar del impacto de la reforma hasta que el documento sea aprobado y se conozca el articulado final. “Somos conscientes de que podrían surgir desafíos, como la necesidad de ajustar los modelos de negocio y prácticas operativas para cumplir con las nuevas regulaciones, por lo que es fundamental que se protejan los derechos y la seguridad de los trabajadores, y se promueva la igualdad de oportunidades a nivel empresarial”, dijo.
Mientras que Mauricio Santa María, presidente de Anif, dice que la reforma laboral es “nefasta” para el empleo, pues genera desocupación e informalidad.