Economía
José Alejandro Guerrero, presidente del Banco W, asegura que “la gente es buena paga, incluso con las dificultades”
El ejecutivo entregó balance del semestre y habló del propósito social que tiene la entidad sin dejar de ser rentable.

21 de jul de 2025, 10:26 a. m.
Actualizado el 21 de jul de 2025, 10:26 a. m.
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Con un primer semestre positivo y grandes desafíos por delante, el Banco W reafirma su doble propósito por el que trabaja: rentabilidad financiera e impacto social.
José Alejandro Guerrero, presidente de la entidad, habló con El País sobre el balance del primer semestre del año, el impulso de la entidad hacia la digitalización y los retos del microcrédito.
¿Qué balance dejó el primer semestre del año para el Banco?
Fue un primer semestre bastante positivo, mejor que el del año pasado que fue difícil para toda la banca. En lo corrido de este año ya llevamos $7300 millones en utilidades. Estamos en negro, lo cual es muy importante. El año pasado fue rojo, pero este año lo recuperamos y ahora vamos a consolidar esa recuperación. Seguimos enfrentando retos, pero nuestra meta es clara: mantenernos rentables sin dejar de lado nuestra misión social.
El Banco W trabaja con un modelo diferente: social pero rentable. ¿Cómo se logra ese equilibrio?
Llevamos 43 años haciéndolo. Nacimos en 1982 con un propósito doble: mejorar la calidad de vida de personas de bajos ingresos, especialmente trabajadores independientes, y mantenernos financieramente sólidos. Nos enfocamos exclusivamente en personas no asalariadas, en la economía informal, a quienes les prestamos para fortalecer sus actividades productivas. Nuestro modelo funciona porque conocemos a nuestros clientes y entendemos sus realidades.
En un entorno económico difícil, ¿cómo están manejando la cartera y el comportamiento de pago?
Sorprendentemente bien. La gente es buena paga, incluso con las dificultades. Hoy tenemos un indicador de mora de 4,79 %, uno de los mejores del sector. Claro, hay casos de mora, pero muchas veces no es por mala fe sino por eventos externos. Nosotros damos facilidades para normalizar la situación, porque entendemos que tener buen historial crediticio es vital. El récord crediticio le permite a la gente tener acceso al crédito y el crédito le permite mejorar su negocio y tener más ingresos.
Y en términos de digitalización e inclusión financiera, ¿cómo han avanzado?
La exclusión se da de muchas maneras, desde la perspectiva del crédito y desde la perspectiva del pasivo, es decir, de la inversión, ahorrar, invertir. Por eso desarrollamos la billetera W, una app gratuita que permite ahorrar, recibir pagos y hacer transferencias. Ya estamos trabajando para entrar al ecosistema Bre-Be en septiembre, que ofrecerá pagos y transferencias inmediatas. Esto facilitará la vida de nuestros clientes y será un gana-gana para todos: usuarios, banco y país.

¿Y cómo preparan a sus usuarios para este entorno digital?
Afortunadamente, hoy más de 20 millones de colombianos usan apps móviles. En plazas de mercado y galerías ya ves pagos con códigos QR. La gente se está adaptando. Claro, aún hay resistencia, sobre todo por temor a temas tributarios, pero es un proceso que avanza. Nosotros acompañamos ese proceso y lo hacemos sencillo e intuitivo.
¿Tienen microcrédito digital 100 %?
No completamente. Estamos trabajando en un producto llamado Gotahorro, pero el microcrédito 100% digital aún no es viable. Muchos de nuestros clientes no tienen reportes formales de ingresos. Por eso nuestro analista va, se sienta con ellos, construye un flujo de caja, estima sus gastos y define cuánto pueden pagar. Esa cercanía es clave. Con el Gotahorro ofrecemos montos hasta de $1,5 millones, respondiendo a las necesidades de los emprendedores digitales.
¿Qué herramientas usan para fortalecer la educación financiera?
En 2024 lanzamos el videojuego ‘Cash: el resurgir de los imperios’, pensado para jóvenes entre 14 y 19 años. Desde su creación el pasado agosto se han registrado 2000 descargas y 1793 personas conectadas. El 86,8 % de quienes finalizaron el juego afirmaron que mejoraron su concepto del ahorro. Pero también educamos en la interacción directa con el cliente.
Además del crédito, ¿qué otras inversiones sociales impulsa el banco?
Nuestro propósito es social desde la raíz. A más de dos millones de personas les hemos dado crédito y eso ha transformado vidas. Recientemente emitimos bonos sociales con el BID, dirigidos a financiar mujeres en la Amazonía. Además, tenemos el programa Formadores 4.0, con el que hemos impactado 12 colegios públicos. Capacitamos docentes para que enseñen emprendimiento desde edades tempranas.
¿Cuáles son las proyecciones a futuro para el Banco?
Recientemente fuimos adquiridos en un 51 % por la Fundación Grupo Social, que también tiene una misión social. Eso nos permitirá crecer y fortalecer lo que venimos haciendo. Queremos que el banco dure otros 43 años. Vemos un panorama optimista, especialmente porque lo peor ya pasó. Aunque el crecimiento económico aún es bajo (se espera un 2,8 % este año), ya se nota recuperación y eso ayuda a todo el sistema financiero.

¿Cómo ve el entorno del país?
Políticamente estamos en un ambiente de incertidumbre. Pero la economía es otra historia. La gente se mueve, produce, emprende. Y eso mantiene al país en pie. La inflación va bajando, el Banco de la República está haciendo lo suyo, y si la inflación cae, bajan las tasas y la economía se activa. Así que el panorama para la banca y para la gente es mejor que el del año pasado, aunque sigue siendo muy retador.
Comunicadora Social - Periodista de la Universidad Autónoma de Occidente, con amplia experiencia en periodismo regional, comercial y desde hace tres años trabajo en la sección de economía.