Cultura
Los cargueros de Yumbo, donde recorren todo el municipio durante la noche del Sábado Santo recibiendo café con pan
En Yumbo existen dos asociaciones de cargueros que tienen más de 350 colaboradores entre niños, jóvenes y adultos. Una de sus tradiciones en Semana Santa es la popular procesión del “café con pan”.
A las 9:00 p. m. del Sábado Santo, después de que en las parroquias de Yumbo se realiza el Canto de Gloria durante la Vigilia Pascual, un grupo de 16 cargueros empieza un recorrido de varios kilómetros por los diferentes barrios del municipio, acompañados de un músico que va tocando un redoblante, mientras ellos cargan las imágenes de María Magdalena y San Juan que, como en el relato bíblico, son los primeros que se enteran de la resurrección de Jesús y van anunciando la buena nueva a todos los que se encuentran.
De la misma forma, los cargueros de esta curiosa procesión, caminan toda la noche anunciando que Cristo resucitó, visitando algunas casas donde tienen altares, o deteniéndose en otras donde salen a hacerles donaciones o brindarles unos bocados de café con pan, de ahí que se le llame la procesión “del café con pan”, otros dicen que el nombre se debe al sonido repetitivo del redoblante “café-con-pan-café-con-pan”.
Andrés Orejuela Bernal, presidente de la Asociación de Cargueros de la parroquia San José Obrero, del barrio Uribe, afirma que “esta es la única procesión que sale toda la noche y la madrugada por una ciudad, hasta ahora no he conocido otras similares”.
En Yumbo, la tradición de las procesiones de Semana Santa empezó desde los años 20 del siglo pasado, y el arte del carguío cuenta con dos asociaciones que agrupan más de 350 cargueros, entre adultos, jóvenes y niños, para la procesión infantil.
La Asociación de Cargueros de la parroquia del Señor del Buen Consuelo, del barrio Belalcázar, es la más antigua de Yumbo y agrupa 37 cofradías. Desde allí, también, sale un grupo de cargueros en la noche del sábado, para recorrer el municipio, por lo que es común para los habitantes escuchar al tamborilero pasar por sus casas en la madrugada.
De acuerdo con el historiador yumbeño, Juan de Dios Vivas-Satizábal, “la procesión del café con pan empezó en la parroquia del Señor del Buen Consuelo, la primera que se fundó en el municipio, hay testimonios hacia los años 40 de que los cargueros salían en la noche —incluso contra las recomendaciones de los párrocos— con las imágenes y visitaban casas por el camino. En la actualidad, tanto la parroquia del Belalcázar como la del Uribe continúan con esta tradición”.
Andrés tiene 37 años y es carguero desde los 15, además de dirigir la asociación, es el jefe del paso de María Magdalena, por eso conoce en detalle esta procesión: “Con los años se ha venido popularizando, porque cada vez más gente nos pide que visitemos sus casas. Y, en estos momentos, tenemos alrededor de unas 120 paradas marcadas en el recorrido, que es bastante extenso”.
“Salimos desde la iglesia del barrio Uribe, vamos hasta La Estancia, y pasamos por los barrios Juan Pablo, Fray Peña, Bolívar, Guacandá, Pizarro, Municipal, Floral, Bellavista (ladera oeste), Lleras, Las Vegas, Campestre Real, San Fernando, Las Cruces (ladera este), Buenos Aires y terminamos en el Parque Uribe, ya en la mañana del domingo, cuando empieza la misa de resurreción, luego nos unimos a la procesión de la Virgen de la Alegría en el centro de Yumbo”, complementa.
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Jhon Alexander Pino Henao tiene 36 años, carguero desde los 16, y es el presidente de la Asociación de Cargueros de la parroquia del Señor del Buen Consuelo (Asocargueros), fundada en 1994, dándole continuidad a un antiguo grupo de cargueros conocido localmente como Los Bastantes.
En su caso, Jhon viene de una tradición familiar, su padre fue carguero y él, desde muy joven, siguió su ejemplo. “En mi familia somos síndicos de los pasos María de Cleofás y el Señor Caído, entonces desde muy niños, mis hermanos y yo crecimos con ese legado religioso, y yo quisiera que continuara así con mis hijos”, expresa.
En Asocargueros de Yumbo, pese a que cuentan con bastantes miembros, siempre abren convocatorias, para niños, jóvenes y adultos.
“En Yumbo es un honor pertenecer a alguna de las cofradías locales, y esto empieza incluso desde los niños, cuando piden permiso a sus padres para ser cargueros”. Juan de Dios Vivas, historiador yumbeño.
La preparación para convertirse en carguero, explica Jhon, “empieza faltando tres o cuatro meses para la Semana Santa, las personas asisten a un grupo de catequesis, los días viernes y sábados, en los que reciben una enseñanza espiritual y física necesaria para cargar las imágenes, y los que superan este proceso son consagrados como cargueros en una eucaristía realizada el viernes previo a Domingo de Ramos”.
En las procesiones de Yumbo, una tradición a la que asisten miles de personas y es patrimonio local, se establece una sincronía espiritual, puesto que adelante del primer paso camina el párroco orando en voz alta, con un megáfono, y a él se suman las voces de las personas que acompañan, mientras los cargueros marchan concentrados, repitiendo en su interior las palabras de fe.
“Ser carguero es como un acto de purificación, después de cargar tanto peso durante la Semana Santa, terminas sintiéndote muy liviano y en paz contigo mismo”, concluye Andrés.
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