Literatura
Los cuentos ‘Enrabiados’ del escritor mexicano Jorge Volpi
El escritor mexicano presentó su más reciente libro de cuentos, donde la rabia es el tema común.
Por Laura Valeria López Guzmán, especial para El País
El libro ‘Enrabiados’ es una antología de seis cuentos en los que el eje central es la rabia. Cada personaje que habita en estas páginas tiene una relación directa con esta emoción. De hecho, uno de ellos le reclama a su creador su ausencia en sus relatos. En entrevista para El País, el escritor mexicano Jorge Volpi habla sobre su obra cuentística y algunas críticas que hace a través de sus historias.
Jorge Volpi hizo parte de los invitados especiales de la FILBo 2023, la cual se realizó durante el mes de abril. El también autor de ‘Partes de guerra’ (Alfaguara), también presentó en Colombia el volumen ‘Enrabiados’, libro publicado por Páginas de Espuma.
—Uno de los cuentos trata la vida de Armin Zorn-Hassan, médico, físico y filósofo, quien acaba de fallecer, a través de la voz de un estudiante. ¿Por qué recurrir al discípulo como narrador?
Este es un libro sobre rabias múltiples. La de este personaje muerto, que es experto en rabia y que, al mismo tiempo, estaba lleno de rabia, y la de este otro alumno suyo que lo admira tanto, y quien también tiene sus propias razones para tener rabia contra Zorn-Hassan.
—En otro cuento mencionan a diferentes psicoanalistas. ¿Cuál ha sido su relación con esta profesión?
Viene de hace tiempo, ya he escrito sobre esto. Tengo un libro entero sobre Carl Jung, otro sobre Jacques Lacan. Me interesa el psicoanálisis, pero lo he practicado muy poco. Siempre ha sido una de esas materias que me han apasionado, por más de que ahora sea muy criticado el psicoanálisis en la terapia.
—En el libro aborda las relaciones entre diferentes religiones. ¿Estas hacen parte de su vida?
No, no hacen parte de mi vida. Escribí de budismo y sufismo por pura curiosidad. El personaje de ese cuento está basado un poco en la realidad y le interesaban esos temas, por eso escribir de esas y no de otras. Conozco India y China y sus religiones me interesan, pero para escribir sobre ellas.
—La muerte hace parte de este libro ¿por qué escribir de esta?
Mi relación con la muerte había sido muy breve hasta hace muy poco, pero luego murieron, sucesivamente, mi padre y dos de mis mejores amigos. Desde entonces ha sido más cercana y esto me ha permitido escribir sobre ella, de hecho, tras la muerte de mi padre pude dedicarle un libro entero.
—Hablemos sobre la migración en América, teniendo como ejemplo México y Colombia, ¿considera que este continente es una amalgama de migraciones?
Sí. Por supuesto que América es un continente de migraciones, desde las primeras que trajeron a los habitantes originales del continente desde Asia, hasta las que tuvieron que atravesar todo el continente, y luego, las que llegaron con la conquista y muchísimas otras. En muchos momentos, en muchos lugares, hubo migraciones internas en Latinoamérica.
—Durante las protestas que hubo a lo largo del continente, la ciudadanía pedía a los artistas hacer parte de ellas, de tomar un papel político. ¿Qué opina de esto?
Tenemos una tradición, que viene sobre todo de Francia, del intelectual público y del intelectual comprometido, que tuvo su mayor momento en los años sesentas, a partir de la revolución cubana, y que ha ido creciendo con el resurgimiento de la violencia, de los autoritarismos. Ahora ya nadie cree que deba escribir literatura para cambiar a la sociedad directamente, o sea, ya no está ese compromiso así, pero al mismo tiempo sí está el de retratar la realidad social y política tan compleja de toda la región a través de los libros.
—Una de sus mayores críticas ha sido hacia el sistema de justicia, ahondemos en esto...
Si la justicia en Colombia cojea, en México no existe. O sea, no solo cojea, no se mueve. En México solo se resuelve el 0.4 % de los delitos que se comenten.
—En sus palabras, ¿cómo entiende el concepto de memoria?
Nosotros no estamos diseñados para recordar. Esa es una de las cosas que parecería falacia respecto a los seres humanos. O sea, recordemos que el cerebro necesita datos para predecir el futuro, por esto el olvido es un instrumento central, pues aligera los recuerdos, los vuelve más generales y olvidamos. Por lo tanto, cuando vivimos situaciones terribles, necesitamos realizar ejercicios de memoria, siempre el ser humano ha intentado diferentes maneras de mnemotecnia, que tienen que ver con no dejar que la tendencia natural al olvido prevalezca.
Por eso, además de necesitar nuestra memoria natural necesitamos de la artificial, no solo la que tenemos en los libros o en las computadoras, sino la del ejercicio de memoria para recuperar lo que realmente nos ha pasado.
—Hablemos sobre el derecho al olvido…
Sí, también tenemos derecho al olvido. O sea, a la inversa de lo que acabamos de hablar. El derecho al olvido debería llegar después de la reconciliación. Solo entonces, no antes.