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“Mi padre me ocultó lo del narcotráfico, me habló era de lavado de activos”: hija de Gilberto Rodríguez Orejuela

A propósito del lanzamiento del libro ‘Gilberto, según Rodríguez Orejuela’, donde el extinto capo del cartel de Cali revela los secretos de su vida.

23 de febrero de 2025 Por: Hugo Mario Cárdenas López - El País
Gilberto según Rodríguez Orejuela: Memorias secretas del jefe del cartel de Cali. Libro de Gilberto Rodríguez Orejuela.
Gilberto según Rodríguez Orejuela: Memorias secretas del jefe del cartel de Cali. Libro de Gilberto Rodríguez Orejuela. | Foto: Jorge Orozco

La primera sorprendida con las revelaciones que hace el extinto jefe del Cartel de Cali en su libro ‘Gilberto, según Rodríguez Orejuela’, publicado por Pengüin Random House, fue su hija Alexandra Rodríguez.

Sobre todo porque su padre siempre se esforzó para mantenerlos por fuera de cualquier actividad que en un momento dado pudiera ocasionarles líos con la justicia.

A propósito del libro, Alexandra habló con El País sobre el impacto que generó en su vida conocer esas revelaciones porque “él nos decía que los problemas de él y de mi tío eran el lavado de activos, no el narcotráfico”, como narra en detalle en el libro.

Esta fotografía muestra a Gilberto Rodríguez Orejuela en la cárcel en Estados Unidos.
Esta fotografía muestra a Gilberto Rodríguez Orejuela en la cárcel en Estados Unidos. | Foto: Archivo particular familia Rodríguez Orejuela

¿La estructura de los capítulos la decide usted o Gilberto Rodríguez?

La decisión y el orden de los temas fue absolutamente de mi papá. Como llegó el libro, se le entregó a la editorial y ellos solo hicieron corrección ortográfica y tipográfica, porque las ‘ñ’ y las tildes no aparecen en el teclado americano, y en algunos temas repetitivos o que estaban muy extensos se les hizo la corrección de estilo, pero el fondo no fue tocado.

¿Qué tanto la acercó esa complicidad que tuvieron para publicar el libro, previo a lo que fue su muerte?

Realmente él y yo tuvimos siempre una comunicación permanente; teníamos una relación muy bonita, de mucha complicidad, de mucho amor y lógico que el ir escuchando sus historias, leyendo a diario sus escritos, pues me fue acercando a una vida que no era conocida de él. Porque él siempre fue supremamente hermético con su vida de la puerta hacia afuera. Entonces, eso me acercó mucho para conocer situaciones que no fueron fácil para mí conocer.

¿Por qué la afectó esa realidad de su padre después de tantos años?

Mi papá siempre fue un hombre muy estricto en la educación, en el tipo de relaciones que teníamos y entonces para mí no fue fácil conocer todo eso, pero me acercó a él conocer una realidad que, tarde o temprano, iba a salir a la luz pública de cualquier manera. Por eso también el compromiso de mantener esa realidad y describirla en sus propias palabras.

De esas revelaciones, ¿cuál fue la que más la impactó como hija?

Muchas de las historias que me contó y que él escribió me iban impactando demasiado, porque son historias que yo no conocía; porque no conocía esa faceta de él, porque siempre fue muy precavido de su realidad y entonces todas las historias de cómo se hizo narcotraficante, cómo entró en ese proceso del tráfico de drogas, todo eso para mi fue nuevo e impactante.

Normalmente uno tiene en un pedestal a sus padres y cree que son perfectos. ¿Lloró o se decepcionó conociendo esa realidad?

(Hay un silencio prolongado) Cuando tenía 15 años se vino un gran problema y fue el asesinato del exministro Rodrigo Lara Bonilla y entonces me reúno con mi padre en Panamá, porque iba a celebrar los 15 años y teníamos planeada una fiesta; él en ese momento no podía venir a Colombia y yo no lo entendía. Entonces es ahí donde mi padre me empieza a contar toda su historia.

¿Qué le contó exactamente?

Me dice qué era lo que estaba pasando con él, pero no me habla nada de narcotráfico; lo que me habla es sobre lavado de activos. Me habla de un banco en Panamá y de lavado de activos, pero no fue del todo claro conmigo. Luego de esa estancia en Panamá es cuando empieza a huir y es cuando se va para España y lo detienen. Ya cuando lo detienen y yo lo voy a visitar, él ahí fue mucho más claro y eso para mí fue muy difícil porque él era una persona muy exigente con nosotros y entonces me decía: ‘Bueno, mi padre nos exigía al máximo, nos exigía mucho no solo en los estudios o en la vida familiar, sino también en mantener la moral y la ética... ¿Y?’. Al contarnos todo eso, pues lógico que eso me impactó.

¿Habló usted de la publicación del libro con sus otros hermanos?

Sí. Mi papa justo antes de morir me entrega los derechos del libro y la explotación de este manuscrito, pero de todos modos yo hablo con mis hermanos, les cuento de este proyecto y ellos estuvieron de acuerdo y bueno... se muere mi padre sin terminar y sin publicarse el libro y yo tengo ese proyecto un tiempo guardado porque no sabía si sacarlo o no, si seguir adelante con el proyecto, pero para mi padre esto era muy importante, porque fue lo que le permitió en sus últimos años estar con vida y con ganas de sentirse en libertad, como lo dice en la página 411: ‘Decantar todo lo que cuento aquí ha sido lo más cerca que he estado de la libertad, haber hecho esta catarsis me ha permitido recuperar esa libertad que por decisiones de hombres, y no de leyes, me fue esquiva’.

¿Fue eso lo que la motivó a seguir adelante con este proyecto?

Este proyecto era su gran ilusión, sus ganas de vivir en los últimos años, porque ya él estaba muy cansado. Llevaba muchos años en la cárcel, había estado muy enfermo y su salud estaba deteriorándose cada día. Entonces lo pensé, y ya con los días me acerco a la editorial y ellos leen el material y les gusta y decido entonces continuar con el proyecto y con el apoyo de la editorial.

¿Pero las dudas de publicar el libro eran porque sentía algún temor?

No, no era temor, sino que leer y estar metida en este proyecto de nuevo era recordarlo a él y pues mi relación con él era muy fuerte y para mí fueron momentos muy dolorosos porque que se muera tu padre tras tantos años sin poder abrazarlo, sin poder estar con él en sus últimos días estando tan enfermo, sin saber cómo fueron sus últimas horas, con ese dolor de no haber hecho lo suficiente por él, pues nada de eso es fácil.

¿Pensó en algún momento en dejar de un lado este proyecto y no llegar a publicar este libro?

Yo entiendo que él representa algo complicado para la historia de Colombia, pero él era mi padre. Entonces, desde la parte humana y desde el amor como hija, esos últimos meses fueron muy difíciles y retomar el proyecto era acercarme de nuevo a sus cosas, a su historia y yo quería hacer un proceso en el corazón.

¿Conocer esa realidad y todo lo que conoció de su papá cambió su percepción sobre él?

No es fácil conocer toda esa realidad que él revela, pero, entiéndeme que yo lo veía desde el corazón como hija, desde la relación que él y yo teníamos. Esa fue su vida, fue lo que él decidió hacer, esa fue su decisión y, por supuesto que no fue la adecuada, pero fue su vida y yo como hija veo todo desde otra perspectiva. Sin juzgamientos y claro que era muy duro saber una historia que no sabía, conocerla de primera mano, pero me tenía que alejar un poco de eso para continuar con este proyecto y solo verlo desde mi perspectiva de hija.

¿No estaríamos mintiendo si decimos que la primera impactada con el libro fue usted?

Claro que no. Muchas cosas de ahí no las conocía porque él no era una persona de sentirse orgullosa de esa situación. Él no se sentía orgulloso de lo que había sido y por eso no tocaba ese tema ni se sentaba a contarnos sus historias, porque no quería involucrarnos en eso. Lógico que había muchas cosas de las que al final nos teníamos que dar cuenta, pero no significa que estuviéramos involucrados o que él llegara a la casa y se sentara a decirnos: ‘Venga yo les cuento esto o venga les cuento como fue el envío de mi primer cargamento’; jamás. Eso lo supimos a través de su libro, porque nunca se sentó a contarnos nada. Siempre esa vida para él fue muy hermética.

¿Le hizo alguna recomendación específica para que tuviera en cuenta a la hora de publicarlo?

Como recomendación no, pero sí me dijo que buscara una buena editorial, que fuera una editorial seria, que no fueran a querer editarle sus textos o cambiar el objetivo del libro ni como él quería contar sus memorias ni le agregara más de lo que él dice.

¿Le han reclamado por lo que dice su padre en esas páginas?

No me han reclamado hasta el momento, porque no fue mi vida, no la viví con él, no puedo responder ante eso porque es la palabra de él y fueron sus vivencias, no podría responder sobre ellas.

Con todo el poder que tuvieron, ¿cree que su papá y su tío Miguel Rodríguez fueron felices?

Creo que a mi papá lo que lo hacía feliz era ver a sus hijos desarrollarse profesionalmente, siendo trabajadores, unos nietos que iban por buen camino, profesionales la mayoría, y creo que la vida que él vivió y sus últimos años fueron muy infelices, sobre todo por la persecución sin tregua a su familia. Paor supuesto que para él eso era complejo, pero también se sentía muy orgulloso por la manera en la que íbamos enfrentando esas situaciones y cómo, pese a eso, nos íbamos fortaleciendo como familia para salir adelante y ver que éramos muy resilientes.

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