Colombia
El dramático relato de una madre colombiana que perdió a su hijo por el consumo de fentanilo
La mujer relató desde el momento en que su hijo probó las drogas, hasta el día de su fallecimiento.
El fentanilo es un opioide sintético que en la actualidad se ha hecho conocido como la “droga zombie”, que que es 50 veces más potente que la heroína y deja a las personas en un estado de inconciencia. Aunque la droga era más conocida en Estados Unidos, esta ya está en Colombia y otros países de la región, por lo que las autoridades están alerta debido a los peligros que supone.
Uno de los casos lamentables de lo que este opioide puede hacer en la vida de las personas es el de Sebastián Zimbrón, un joven de 22 años que falleció a causa de una sobredosis de la droga. Su familia lo recuerda como un muchacho aplicado y juicioso que creció en un hogar lleno de valores religiosos.
De acuerdo con su madre, Ana Zimbrón, Sebastián comenzó con el consumo de drogas a las 15 años, ya que en Estados Unidos, donde vivía, está normalizado el entrar a fumar marihuana desde temprana edad, “Tuve muchas discusiones con mi hijo al respecto porque dicen que viene de una planta que es natural, que no les va a pasar nada, que nunca se ha muerto nadie de una sobredosis de marihuana, y así.”, expresó Ana en una conversación con SEMANA.
A pesar de que los padres lo castigaron y le quitaron el celular, los problemas continuaron. El colegio era el lugar donde le ofrecían todas estas sustancias y un día, su mamá lo encontró en mal estado luego del consumo de dos pastas de Percocet, un opioide, por lo que después de ese episodio y en medio de la pandemia, él decidió internarse en un centro de rehabilitación por un mes y medio.
“Finalmente, él empezó de nuevo a luchar por sus sueños, a volver a cantar, pero obviamente para alguien que está rehabilitado hace tan poco tiempo es fácil recaer. Recayó, nosotros nunca lo vimos cuando tenía los efectos. Era un joven muy responsable, muy trabajador. Él empezó a dormir demasiado y a estar delgado, perder peso, no comía, ojeroso, pálido, no se levantaba a trabajar”, dijo su mamá al mencionado medio de comunicación.
“Es más, fuimos inocentes porque uno como padre y madre lo veía era contento. Yo decía: “¡Ay! qué tranquilidad, está volviendo a ser feliz, está volviendo a sonreír”, y no, era que estaba bajo los efectos de la droga”, explicó.
Luego de conocer lo que estaba pasando con Sebastián, sus padres lo llevaron a un centro de rehabilitación pero él no quiso entrar argumentando que ya estaba mejor. “Se quedó en casa con nosotros porque no tenía trabajo y le pusimos funciones. Estaba en terapias, hablaba con la psicóloga y todo parecía mejorar. Él iba de lunes a domingo a sus juntas de narcóticos anónimos”, afirmó Ana.
Aunque parecía estar mejorando, un buen día Sebastián no se levantó para llevar a sus hermanas al colegio, por lo que ellas decidieron entrar a su habitación y lo encontraron sin vida. La necropsia reveló que la cantidad de fentanilo en el sistema del joven era suficiente para matar a tres personas más.
Luego de esta devastadora experiencia, Ana le da un mensaje a todas las personas a las que les han ofrecido esta droga mortal “El que les ofrece algo en la calle no los quiere, no se dejen engañar, esa persona no va a estar con ustedes cuando estén tirados en un andén sin poderse levantar, cuando no tengan dónde dormir ni comer como consecuencia de sus adicciones. Si pruebas el fentanilo por curiosidad, te vas a quedar ahí metido por el resto de tu vida o te vas a morir, como mi hijo”, concluyó.