Colombia
De TikTok a la selva: así se vive la realidad del reclutamiento forzado en niños
Según un informe de la JEP, esta red social es altamente utilizada para atraer jóvenes a grupos armados. Así operan.

19 de may de 2025, 10:18 a. m.
Actualizado el 19 de may de 2025, 10:19 a. m.
En su informe más reciente, la Jurisdicción Especial para la Paz publicó las cifras de reclutamiento de niños, niñas y jóvenes en el país, después de la firma del Acuerdo de Paz entre el gobierno del expresidente Juan Manuel Santos y las antiguas Farc-EP.
Según las cifras, se han registrado 1494 reclutamientos forzados, lo que se traduce en 1 caso cada 48 horas. Este balance, visto a la luz de tres gobiernos con tendencias políticas diferentes, deja entrever las dinámicas del conflicto armado en Colombia y cómo este ha cambiado sus causas e ideales iniciales.

Para Néstor Rosanía, corresponsal de conflictos armados, la prioridad actual de grupos como las disidencias de las Farc, el ELN y demás estructuras armadas, “no es la política, sino lo que se llama ‘portafolios de economía ilegal’. Lo que les interesa es la plata”. Lejos de pensar en la toma del poder por la vía de las armas, el lucro económico se ha convertido en su principal objetivo y para esto han buscado a nuevos adeptos que integren sus filas movidos por el ideal del dinero fácil.
Precisamente son los menores quienes responden a este perfil, un hecho que queda al descubierto cuando se ven con atención los puntos del país en donde este flagelo se hace presente. Según la JEP, el 29% del total de estos casos se concentran en seis subregiones, entre las que se encuentran el norte del Cauca, el sur del Valle del Cauca y el cañón del Micay, en donde se ubican grandes concentraciones de tierra dedicadas a cultivos ilegales.
Según Carlos Moreno, experto en seguridad, a pesar de los distintos procesos de desmovilización que se han dado en el país en las últimas décadas, aún hoy es posible encontrar organizaciones al margen de la ley que hacen presencia en estos territorios, considerados claves para economías ilegales como el narcotráfico.
“Gran parte del litoral Pacífico cuenta con amplios recursos, bien sea relacionados con la cocaína o la minería y la extracción de madera ilegal. En estos lugares es más fácil atraer a personas que tienen una situación económica difícil. Mientras no se establezcan los procesos productivos de otro orden en sus territorios, hacer parte de estos grupos va a resultar más atractivo para las personas”, opinó.

Esta situación se agudiza debido a la multiplicación de actores armados en la disputa del territorio. “Hay una descentralización y una atomización de grupos armados a nivel nacional. Antes teníamos grupos grandes, como el ELN y las Farc, pero hoy solo en el Catatumbo hay 17 grupos disputándose la frontera”, explicó Rosanía, y añadió que cada uno de estos grupos se convierte en un reclutador, lo que aumenta el número de menores que ingresan en sus filas. Frente a esta avidez por captar nuevos integrantes para sus ejércitos, dichos grupos armados han recurrido a las redes sociales, especialmente a Tik Tok.
Tik Tok y el dilema de las redes sociales
Más de medio millón de usuarios de redes sociales visualizan publicaciones en las que se promueve el reclutamiento de niños, niñas y adolescentes por parte de grupos armados ilegales, indica el informe de la JEP.
Se revisaron 146 cuentas activas en redes sociales, se encontró que son utilizadas por integrantes de grupos armados ilegales. Las invitaciones a hacer parte de estos grupos pueden ascender a las 625.000 visualizaciones.
Tik Tok es la herramienta más utilizada, en donde se muestra contenido que le apunta a hacer apología de aspectos culturales propios de sociedades permeadas por la violencia y el dinero fácil: corridos mexicanos, fajos de dinero y armas de alto calibre, combinadas con ritmos actuales como la tecnocumbia. Esto tiene, según Néstor Rosanía, un propósito específico: capitalizar este sector de la población, pues son quienes menor temor tienen al riesgo que implica un conflicto armado. “Los niños sienten la guerra como si fuera un juego, donde ellos son los héroes. Ellos son los más osados, quienes se ponen en la primera línea de combate”, comentó.
Por su parte, el experto en seguridad opina que, para convencer a los jóvenes de estas poblaciones, las estructuras ilegales buscan alinearse con lo que sucede en estos territorios: “En muchas ocasiones este tipo de música es lo que se consume en esas zonas. Esa es una manera que tienen para que el mensaje sea más llamativo para los jóvenes”.

A pesar de que este contenido puede ser visto en cualquier red social, Tik Tok representa una ventana especial, dado que permite el material explícito sin ofrecer ningún tipo de censura.
“Nosotros somos una generación mayor, en la que esto siempre era muy clandestino, no se mostraban caras; hoy en Tik Tok, en los videos que uno encuentra siempre muestran la cara, se ven perfectamente las armas, llenan costales de dinero con fajos de $100.000. Y los que graban y aparecen en los videos son muchachos de entre 20 y 30 años”, dice Rosanía. Diariamente cada vez más niños y niñas van detrás de esta ilusión, pese a que tienen claro que el costo a pagar podría ser su propia vida.
A pesar de que, dentro de las recomendaciones hechas por parte de la Jurisdicción Especial para la Paz al Gobierno Nacional está la de fortalecer estrategias encaminadas a disminuir el impacto de este contenido, como la estrategia llamada ‘las redes sociales no son como las pintan’, un escenario diferente parece lejos de concretarse, en parte por las políticas internas de redes como Tik Tok.
“Hay redes que manejan un filtro, como YouTube o Instagram, pero Tik Tok ha sido un gran problema a nivel mundial porque no los tiene. Ahí no te bajan el contenido o te bloquean la cuenta si te lo denuncian”, opinó Néstor Rosanía, y agregó que este mismo modelo ha sido utilizado por grupos armados al margen de la ley en territorios en los que se libran conflictos bélicos, como el Medio Oriente, donde Al-Qaeda y el Estado Islámico ha reclutado menores acudiendo a videos en redes sociales.
Frente a este escenario, el corresponsal cree que, más que normas e iniciativas que le apunten al punitivismo, la única alternativa que le queda al Estado colombiano es ofrecer campañas de pedagogía que concienticen a la población de los graves riesgos que trae consigo creer en el tipo de vida a la que invitan estos grupos con sus contenidos.
Comunicador Social y Periodista con sensibilidad por las artes, las humanidades y la cultura. Con larga experiencia en la cobertura de la realidad social, tanto regional como nacional. Interesado en cubrir fenómenos de medioambiente, posconflicto y DD.HH.