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De tímida a campeona mundial de oratoria: los secretos de Sarah Macías para hablar en público

Estudiante de Comunicación de la Universidad Autónoma, acaba de convertirse en la primera mujer que gana el Campeonato Mundial de Oratoria en España. Esta es la historia de cómo una joven tímida aprendió a transformar la inseguridad en su mayor fortaleza.

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"Me gusta mucho la comunicación organizacional y he pensado en hacer una maestría en relaciones públicas, pero este campeonato me abrió puertas en el periodismo. Estoy probando qué me gusta más", dice Sarah.
"Me gusta mucho la comunicación organizacional y he pensado en hacer una maestría en relaciones públicas, pero este campeonato me abrió puertas en el periodismo. Estoy probando qué me gusta más", dice Sarah. | Foto: Suministrada por Sarah Macías

19 de oct de 2025, 08:05 p. m.

Actualizado el 21 de oct de 2025, 02:16 p. m.

Sarah Macías, la caleña de 18 años que acaba de convertirse en la campeona mundial de oratoria, asegura ser una mujer tímida.

Cuando conozco a alguien, hablo lo necesario. Prefiero escuchar. Solo en el momento en que siento confianza, me suelto – dice.

Sin embargo, apenas unos minutos después de saludarla, Sarah se desenvuelve con una naturalidad que muchos desearían tener a su edad.

Sarah Macías Garzón, estudiante de la UAO, se consagró campeona del Mundial de Oratoria 2025, organizado por la Liga Española de Debate Universitario, Ledu, y la Red Latinoamericana de Cooperación Universitaria.
Sarah Macías Garzón, estudiante de la UAO, se consagró campeona del Mundial de Oratoria 2025, organizado por la Liga Española de Debate Universitario, Ledu, y la Red Latinoamericana de Cooperación Universitaria. | Foto: Raúl Palacios - El País

Es miércoles. Sarah se encuentra en la Universidad Autónoma de Occidente, donde cursa simultáneamente tercer y cuarto semestre de Comunicación Social y Periodismo.

La ‘h’ al final de mi nombre es por mi mamá. A ella siempre le ha gustado. De hecho, creo que lo soñó y así quedó – comenta mientras conversamos en uno de los jardines de la universidad.

Lleva puestas unas gafas, una chaqueta negra que luce con estilo, una cartera. Alguna vez estudió modelaje. Las cámaras, definitivamente, hacen parte de su esencia. Nunca la intimidan, a diferencia de la mayoría.

La  elocuencia de Sarah y la investigación para sus discursos le permitió destacarse entre los cuatro finalistas y persuadir a los jurados, el abogado Albert Rivera, embajador de Ledu, y varios especialistas en comunicación.
La elocuencia de Sarah y la investigación para sus discursos le permitió destacarse entre los cuatro finalistas y persuadir a los jurados, el abogado Albert Rivera, embajador de Ledu, y varios especialistas en comunicación. | Foto: Foto suministrada Sarah Macías

Cuando era niña y aún no existía TikTok le gustaba grabar videos. Era un juego. A su mamá le pedía “grábame mientras enseño cómo ahorrar agua”, y frente a la cámara decía. “Hola, ¿cómo están? Soy Sarah y hoy les voy a enseñar estrategias para ahorrar…” Los videos aún existen y en su casa a veces los ven entre risas.

En el colegio, el Claret, a Sarah se le facilitaba lo que a algunos de sus compañeros les angustiaba: exponer en clase. El discurso de grado lo presentó en inglés, como para elevar el nivel de dificultad.

Fue la primera vez que propuse hablar en público. Sabía que tenía esa facilidad, pero no la confianza en mí misma para lanzarme del todo. Antes del discurso de grado solo eran exposiciones en clase.

Sarah Macías es estudiante de comunicación social y periodismo en la Universidad Autónoma de Occidente. Cursa tercer y cuarto semestre.
Sarah Macías es estudiante de comunicación social y periodismo en la Universidad Autónoma de Occidente. Cursa tercer y cuarto semestre. | Foto: Raúl Palacios - El País

Pese al don para hablar en público, Sarah creció con ciertas dudas sobre sí misma. En el colegio ocupaba los primeros puestos, pero ella mantenía un bajo perfil. A la Universidad Autónoma entró becada.

Desde pequeña supo que quería estudiar Comunicación Social. Una tía suya cursó la misma carrera, y Sarah creció escuchando ese nombre en la casa. Decía que la estudiaría sin siquiera saber bien de qué se trataba.

Crecí con esa idea.

Cuando llegó el momento de matricularse, dudó. Algunos profesores, al ver sus buenas notas, le sugerían que no estudiara “eso”, que mejor se enfocara en medicina. Como si la comunicación social no fuera para inteligentes.

Sarah Macías junto al jurado del Campeonato Mundial de Oratoria.
Sarah Macías junto al jurado del Campeonato Mundial de Oratoria. | Foto: Suministrada por Sarah Macías

Todo cambió cuando conoció a la speaker caleña Sandra Upegui. Como ella, Sandra había querido estudiar comunicación social, pero su padre no la apoyó. Terminó matriculada en administración de empresas. De niña, jugaba a ser periodista. Contó su historia en un reel de Instagram que, por casualidad, vio la mamá de Sarah. Antes de que su hija entrara a la universidad, la inscribió en el curso de oratoria de Sandra. Sarah tenía solo 16 años y, aunque compartía clase con adultos, brillaba.

La historia de la profesora Sandra me ayudó a decidir que no iba a dejar que las opiniones ajenas me detuvieran y me matriculé en comunicación social y periodismo.

Fue en la universidad, casi por casualidad, donde surgió la posibilidad de asistir al Mundial de Oratoria 2025, realizado en Melilla, España. Sarah no conocía la convocatoria. El profesor César Garzón, de la asignatura Formación Ciudadana, la postuló. Le llamó la atención su expresión corporal y capacidad argumentativa durante los debates.

La caleña fue seleccionada entre al menos 400 postulados más.
La caleña fue seleccionada entre al menos 400 postulados más. | Foto: Tomado de UAO

Además del talento natural, Sarah tiene disciplina. Eso marca la diferencia —dice Garzón.

Sarah es la primera mujer en la historia que gana el Mundial de Oratoria en España.

¿Hay alguien más en tu familia con ese talento para hablar en público?

Mi mamá habla mucho (risas), pero cuando le ponen una cámara se pone muy nerviosa. Es excelente vendedora. Es maquilladora, estudió administración y ayuda a mi papá en su empresa de materiales de construcción, Central de Arenas.

¿Cómo fue el camino hasta el campeonato?

La Universidad Autónoma tiene convenio con la RLCU (Red Latinoamericana de Cooperación Universitaria), y esta a su vez con la LEDU (Liga Española de Debate Universitario). El concurso ya lleva varios años, pero esta vez permitieron a los profesores postular estudiantes. El profesor Garzón me dijo: “Si te llega un correo sobre un campeonato mundial, yo fui quien te postuló”. Cuando me llegó, pensé: “No pierdo nada inscribiéndome”.

"Me gusta mucho la comunicación organizacional y he pensado en hacer una maestría en relaciones públicas, pero este campeonato me abrió puertas en el periodismo. Estoy probando qué me gusta más", dice Sarah.
"Me gusta mucho la comunicación organizacional y he pensado en hacer una maestría en relaciones públicas, pero este campeonato me abrió puertas en el periodismo. Estoy probando qué me gusta más", dice Sarah. | Foto: Suministrada por Sarah Macías

¿Cómo fue el proceso de selección?

Había que llenar un formulario y escribir una especie de hoja de vida. Conté que con unos compañeros habíamos ganado un challenge de los premios Simón Bolívar con un pitch para crear una app que verificara noticias falsas y verdaderas en tiempo real. También mencioné mi discurso de grado en inglés y que había estudiado modelaje; el último nivel era Presentación de Televisión, y presenté una pasarela en el Teatro Jorge Isaacs.

Sinceramente, no pensé que fuera a pasar con ese perfil, pero quedé entre los 100 seleccionados, de 400. Luego, debíamos enviar un discurso libre de dos minutos. El mío fue sobre los derechos de la mujer en Afganistán.

Esa fase se evaluaba por voto del público (30 %) y del jurado (70 %). El discurso fue en vivo, por Zoom, con cronómetro. Si se pasaban del tiempo, les restaban puntos. Los discursos debían tener estructura: tesis, argumento, pregunta problema, conclusión sólida y datos verificables.

Muchos creen que es solo pararse a hablar bonito, pero se necesita investigación, coherencia y preparación.

"La profesora Sandra  Upegui fue un ángel. Apareció justo cuando más la necesitaba. Me ayudó muchísimo, incluso decidió no cobrarme para apoyarme. Le debo gran parte de este logro".
"La profesora Sandra Upegui fue un ángel. Apareció justo cuando más la necesitaba. Me ayudó muchísimo, incluso decidió no cobrarme para apoyarme. Le debo gran parte de este logro". | Foto: Foto Raúl Palacios - El País

¿Cómo fue la experiencia en España?

Viajé del 3 al 11 de octubre a Melilla, una ciudad autónoma de España ubicada en África. De los 100 seleccionados, quedamos 30, y de esos, solo 4 viajamos: una hispano-venezolana, una panameña, un chico español y yo. Por voto del público yo tenía solo 1700 votos, frente a otros que tenían 16.000. Pasé gracias al voto técnico del jurado.

¿Qué temas abordaste en tus discursos?

En la semifinal el tema fue: “¿Un orador debe siempre decir la verdad?”. Empecé con una falacia: “El pobre es pobre porque quiere”, y luego desmonté la afirmación con datos de pobreza estructural. También hablé de cómo algunas “verdades” pueden ser peligrosas. El discurso nazi, por ejemplo, se sustentaba en una supuesta verdad, pero generó un genocidio.

En la final hablé de la diferencia: de no encajar, de atreverse a ser distinto para hacer la diferencia y poder brillar. El público en España era reducido —unas 60 personas—, pero todo fue televisado y transmitido en vivo.

Sarah Macías junto a sus padres y su entrenadora en oratoria, la también caleña Sandra Upegui.
Sarah Macías junto a sus padres y su entrenadora en oratoria, la también caleña Sandra Upegui. | Foto: Suministrada por Sandra Upegui

¿Cómo te preparaste para llegar allí?

Fue una preparación ardua. Salía de la universidad corriendo a las clases con Sandra Upegui. Investigué mucho. No se pueden usar cifras falsas. Consultaba páginas del Ministerio de Ambiente, de Acnur, de la ONU. Justifico todo con datos. Me gusta que lo que digo tenga peso. Siempre muestro las dos caras de la moneda.

Pensaba en los discursos hasta en la ducha. Me grababa, los escuchaba en el bus. No me los aprendo de memoria: interiorizo la estructura.

Parecías muy tranquila en el escenario…

En realidad, estaba temblando (risas). En la final ya estaba más calmada, pero el primer discurso fue muy difícil. Me ayudó trabajar en mi confianza. En Cali estuve con Gonzalo Gallo para fortalecer mi parte espiritual y con una psicóloga que me dijo: “Vas a hablar por millones de mujeres que no han podido hablar”.

Llevé ese mensaje interiorizado: “Yo represento a Colombia y a las mujeres”. Me dio fuerza. Aunque justo antes del viaje salí de una gripa, y en las noches me levantaba ahogada. Se me secaba la garganta por los nervios. Fue otro gran reto.

Sarah Macía fue becada por toda la carrera por la Universidad Autónoma de Occidente.
Sarah Macía fue becada por toda la carrera por la Universidad Autónoma de Occidente. | Foto: Foto Raúl Palacios - El País

¿Tienes algún ritual antes de hablar?

No soy religiosa, pero agradezco mucho: a Dios, al universo. Siento que hay una fuerza acompañándome. Dar gracias siempre es lo más importante.

¿Qué ha cambiado después del campeonato?

He tenido muchas entrevistas. Fui a la Alcaldía a conocer a Alejandro Eder. Me invitó a su oficina. No me meto en política, soy muy neutral, pero agradezco las felicitaciones. En la universidad reconocieron mi esfuerzo y me otorgaron la beca ‘Embajadora de la Excelencia Académica’, del 100 % por toda la carrera.

Ya tenía una beca del 80 %. El semestre pasado gané otra por excelencia académica. Soy muy juiciosa con el estudio, pero llevo una vida normal: tengo novio, salgo con amigas, pero soy disciplinada. Me gusta leer y ver películas.

Estoy muy orgullosa de mí. Logré callar esa voz interna que decía que no era capaz. Me demostré que sí puedo.

Sarah Macias se quedó con el primer lugar en el Campeonato Mundial de Oratoria en Melilla.
Sarah Macias se quedó con el primer lugar en el Campeonato Mundial de Oratoria en Melilla. | Foto: Tomada de redes sociales de Sarah Macias

¿Qué consejo darías a quien le teme hablar en público?

Lo más importante es creer en ti y en lo que dices. Si tú dudas, el público también lo hará. Pero si transmites seguridad, te creerán.

Un buen ejercicio es la respiración en cuatro tiempos: inhalar, retener y exhalar en cuatro segundos cada uno. Eso regula los nervios.

Un orador que me encanta es Yokoi Kenji. Me hace reír mucho, y eso es lo que debe lograr un orador: transmitir emociones.

Sarah aprendió que hablar en público no es solo tener buena voz, sino creer en lo que se dice. Por eso, cuando se paró frente al jurado en España, no habló como una concursante, sino como una mujer que ya había vencido sus propios temores.

Si tú no crees en ti, nadie más lo hará. La confianza también se entrena.

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