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Seis señales que indican que debe cambiar su estufa

A menudo, no es fácil saber en qué momento reemplazarla, especialmente si aún parece funcionar.

Conozca las posibles implicaciones y medidas preventivas que debe considerar.
A menudo, no es fácil saber en qué momento reemplazarla, especialmente si aún parece funcionar. | Foto: Getty Images/iStockphoto

20 de may de 2025, 10:19 p. m.

Actualizado el 20 de may de 2025, 10:19 p. m.

La estufa es uno de los electrodomésticos más importantes del hogar. Ya sea de gas o eléctrica, cumple un papel esencial en la preparación de los alimentos del día a día. Sin embargo, como cualquier aparato, tiene una vida útil.

A menudo, no es fácil saber en qué momento reemplazarla, especialmente si aún parece funcionar. Pero ignorar ciertas señales puede resultar en un mayor consumo de energía, comidas mal cocidas, o incluso en riesgos para la seguridad de su familia.

A continuación, le compartimos seis señales claras que indican que su estufa necesita ser reemplazada.

1. No calienta de manera uniforme

Una de las primeras señales de advertencia es cuando los quemadores o placas no distribuyen el calor de forma pareja. Puede notar que un lado de la olla hierve mientras el otro permanece frío, o que una hornilla deja de funcionar por completo. Este problema puede deberse a un fallo en los componentes internos, y si afecta a varias hornillas, es señal de que el sistema está desgastado.

2. Tarda más en cocinar los alimentos

¿Ha notado que preparar una comida sencilla ahora le toma el doble de tiempo? Esto podría deberse a que su estufa ha perdido potencia. El desgaste de los quemadores o de las resistencias internas (en modelos eléctricos) reduce la eficiencia del calor. Cocinar se vuelve más lento y poco preciso, lo que también puede afectar la textura y sabor de los alimentos.

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A menudo, no es fácil saber en qué momento reemplazarla, especialmente si aún parece funcionar. | Foto: Getty Images/iStockphoto

3. Presencia de óxido, grietas o deterioro visible

Con el tiempo, la exposición al calor, humedad y residuos de comida va dañando la superficie de la estufa. El óxido en los quemadores, perillas desgastadas, o grietas en la cubierta no solo afectan su apariencia: también pueden generar fallos mecánicos o hasta cortocircuitos en modelos eléctricos. Si el deterioro es avanzado, es más seguro optar por una nueva estufa.

4. Olor a gas o fugas sospechosas

Cualquier olor extraño, especialmente a gas, es una señal de alerta inmediata. Si percibe este tipo de olores cuando la estufa está en uso (o incluso cuando está apagada), podría haber una fuga en las conexiones o en el sistema interno. Esto representa un grave riesgo de incendio o explosión. En estos casos, no solo debe llamar a un técnico, sino también considerar reemplazar el equipo por completo.

5. Su estufa tiene más de 10 años

Aunque todavía funcione, una estufa con más de una década de uso probablemente ya no cumpla con los estándares actuales de eficiencia energética ni de seguridad. Los modelos modernos suelen ofrecer un consumo más bajo, mejores funciones de cocción, y sistemas de protección avanzados. Invertir en una nueva estufa puede traducirse en ahorro a largo plazo.

6. Requiere reparaciones frecuentes o costosas

Si cada mes necesita reemplazar una perilla, reparar un quemador o ajustar el encendido, probablemente ya ha gastado lo suficiente como para haber comprado una nueva. Además, cuando las fallas son recurrentes, es probable que otros componentes también estén por fallar. Cambiar la estufa le evita sorpresas desagradables y asegura un mejor rendimiento diario.

Periodista Semana

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