Política
Javier Milei, el presidente más popular de Sudamérica: ¿Qué hay detrás de su aprobación?
El Mandatario argentino mantiene una imagen positiva del 45,9 %, pero todavía no emprende las reformas que necesita su país.
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10 de nov de 2025, 10:25 a. m.
Actualizado el 10 de nov de 2025, 10:25 a. m.
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El mandatario de Argentina, Javier Milei, atraviesa uno de sus mejores momentos en términos de percepción pública.
Con una aprobación del 45,9 %, se ubica en el segundo lugar del ‘ranking presidentes de sudamérica’, según el sondeo realizado en octubre pasado y solo lo supera Luiz Inácio Lula da Silva, de Brasil, con un 48,8 % y el nuevo jefe de Estado uruguayo, Yamandú Orsi, lo sigue en tercer lugar, con un 45,5 %.

Milei, quien llegó al poder el 10 de diciembre de 2023, bajo la bandera de la “libertad” y la motosierra como símbolo de austeridad estatal, ha logrado sostener e incluso incrementar en 3,4 % su imagen positiva, en contraste con los resultados de septiembre de este año y en un contexto económico que, aunque aún desafiante, muestra señales de recuperación.
Para el analista político internacional Enrique Serrano, la clave del ascenso de Milei radica en que “representa una Argentina renovada y contrasta con la vieja política peronista. Los jóvenes creen en él. Su carisma y su valentía son inéditas”.
Y recuerda que, antes de llegar al poder, “se formó primero como polemista en medios, donde consolidó una figura irreverente que combina erudición económica con lenguaje directo y emocional”.
Esa trayectoria, asegura el analista, le permitió al hoy Mandatario conectar con las clases medias y populares de su país, que durante años se sintieron relegadas y engañadas por la política tradicional y con él se sintieron representados.
A su vez, obtener el respaldo de jóvenes ha sido crucial: “Milei tiene un discurso disciplinar y erudito que pretende, sin embargo, llegar a las clases medias y popularizar el conocimiento económico”, agrega Serrano.
Resultados económicos
En un escenario donde la economía había vivido años de inflación descontrolada y desequilibrios crecientes, la actual Administración argentina ha logrado presentar ante la opinión pública cifras que representan un avance para el país.
Esto explica buena parte del repunte en la imagen de Milei, según algunos analistas.
Alejandro Useche, profesor de la Escuela de Administración de la Universidad del Rosario, subraya que el Gobierno “ha logrado revertir la recesión que atravesaba Argentina en 2023, cuando el PIB cayó 1,7 % para crecer 2,6 % en 2024 y 6,3 % en lo corrido de 2025”.
El analista destaca, además, los avances en la lucha contra la inflación: “Pasó del 211 % en 2023 al 31,8 % en el tercer trimestre de 2025. Es una reducción histórica”.

Sin embargo, advierte que el costo social de esa estabilidad ha sido alto: el desempleo aumentó de 5,7 % a 7,6 % y los niveles de pobreza continúan en ascenso.
“Las políticas de Milei lograron controlar la inflación gracias a una drástica reducción del gasto público y al recorte del tamaño del Estado, pero eso ha tenido un efecto directo sobre el empleo y el poder adquisitivo de las familias”, explica Useche y añade: “En términos macro, hay resultados, pero en términos sociales, el desafío persiste”.
A su juicio, el logro más contundente del actual Mandatario ha sido “convertir uno de los déficits fiscales más profundos de la historia argentina en un superávit financiero en apenas dos años”. Sin embargo, dice que el futuro de la estabilidad dependerá de mantener la confianza ciudadana y la inversión extranjera.
Según las declaraciones públicas del ministro de Desregulación y Transformación, Federico Sturzenegger, Argentina figura entre los cinco países del mundo que reportan superávit fiscal, dato que refuerza un antes y un después en la economía gaucha, un símbolo de cambio y orden que Javier Milei ha querido transmitir.
El economista Andrés Giraldo, docente del Departamento de Economía de la Pontificia Universidad Javeriana, coincide en que el país del sur avanza hacia una recuperación: “La inflación empezó a reaccionar en buena dirección. Ya hay meses con 5 %, lo que representa un alivio después de años con tasas del 200% o 300 %”.
Sin embargo, anota que la recuperación ha sido heterogénea, porque los sectores agroindustrial, minero energético, tecnológico y turístico son los principales beneficiados por la desregulación, mientras que los servicios públicos y sectores como el gubernamental se han visto afectados por el ajuste fiscal. “El recorte del gasto público ha sido muy doloroso, pero era inevitable para frenar la hiperinflación”, apunta.
Giraldo considera que el “boom en la bolsa argentina tras las últimas elecciones legislativas refleja una confianza renovada, aunque no necesariamente garantiza crecimiento sostenido”.
Y concluye: “Milei ajustó donde debía: en el gasto público. Si mantiene ese rumbo, Argentina podría consolidar una senda de recuperación moderada”.
Respaldo internacional
Desde el inicio de su gobierno, la relación de Javier Milei con Estados Unidos ha sido uno de los pilares de su estrategia exterior.
El Mandatario argentino ha mantenido una afinidad ideológica con Donald Trump y esa cercanía se ha traducido en gestos concretos: respaldo financiero estadounidense y apoyo a acuerdos de liquidez en dólares, lo que ha contribuido significativamente a la estabilidad económica en Argentina.
John Mario González, analista político internacional, anota que esta alianza puede ser un arma contraproducente: “Su popularidad depende de la sensación de avance económico y del apoyo de Estados Unidos”.

Y recuerda que Argentina evitó una crisis financiera en septiembre pasado, gracias a la asistencia de la Casa Blanca: “Si Milei no hubiese contado con esa ayuda, la situación sería mucho más crítica. Es más, algunos dicen que el verdadero ganador de las últimas elecciones fue Trump”.
González advierte que el jefe de Estado gaucho “ha desperdiciado tiempo en avanzar en las reformas laboral y tributaria que el país necesita. Su imagen es una espada de Damocles: persiste mientras haya sensación de mejora” y subraya que la sociedad argentina “ha cerrado los ojos ante los escándalos de corrupción que rodean su entorno, con tal de preservar la estabilidad financiera”, pero anticipa que “en algún momento el país exigirá cuentas”.
Por su parte, Juan Diego Lobo, director de Economía de la Universidad EAN, resalta los avances estructurales alcanzados en apenas dos años: “Argentina ha pasado de un 12,8 % de inflación mensual a menos de 2 %, y hoy tiene superávit fiscal, algo inédito”.
Según él, el Gobierno Milei ha logrado disminuir el gasto público y reducir los impuestos para dinamizar la demanda interna y destaca que “el país ha vuelto a ser atractivo para la inversión internacional, especialmente en proyectos de infraestructura, minería y energía, como el de Vaca Muerta, que podría atraer 50.000 millones de dólares”.
No obstante, advierte que las reformas también “han deprimido la demanda interna y el empleo en el corto plazo”, por lo que “el reto será convertir la inversión extranjera en generación real de trabajo y bienestar”.
Más allá de los relevantes datos económicos, la popularidad del Mandatario argentino también se ha destacado por el componente mediático.
El analista político Eduardo Llano lo resume así: “Milei no es solo un fenómeno argentino; es parte de una tendencia global donde el populismo de derecha se reinventa a través de los medios y las redes sociales”.
En su opinión, su éxito se debe a que “ciertos grupos de poder han vendido la idea de que el enemigo es el vecino más pobre, no las élites que controlan el sistema. Milei ha sabido construir un personaje carismático, histriónico, que canta, grita y rompe esquemas. Pero detrás de ese espectáculo hay una estrategia de comunicación muy precisa que conecta con las emociones del votante trabajador”.
El analista sostiene que los medios de comunicación han amplificado la figura del Mandatario gaucho y que incluso existe “una influencia geopolítica que involucra apoyos de Estados Unidos e Israel”.
¿Popularidad sostenible?
El director del programa de Economía de la Javeriana Cali, Jaime Ahcar, plantea que “la economía argentina es mixta. Hay señales positivas: déficit fiscal menor al 1 %, inflación bajando y desempleo de 6,4 %, pero la sostenibilidad dependerá de mantener la confianza y la estabilidad”, comenta.

Y enfatiza que los sectores más beneficiados son los comerciantes y los industriales, pero que hay “oposición en los funcionarios públicos y pensionados”.
Para Ahcar, “el impacto más severo del ajuste ya quedó atrás y, si Milei aprovecha su favorabilidad, puede sentar las bases de una economía más competitiva”.
Incluso, proyecta que Argentina podría crecer 4 % en 2026, aunque advierte que “la sostenibilidad del tipo de cambio será clave para evitar un nuevo ciclo de crisis”.
En palabras del analista González: “Lo de Milei es un fenómeno de gatopardismo: cambiar para no cambiar. Mientras no se hagan reformas que disminuyan los costos laborales y propulsen la competitividad, la mejoría estará muy restringida a una sensación financiera”.
Por ahora, Milei sigue en el podio de los presidentes más valorados de Sudamérica, pero su mayor reto no será sostener ese ranking, sino garantizar un modelo capaz de transformar estructuralmente a Argentina en todos los ámbitos.
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