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Con su estilo mafioso, pone contra la pared a sus interlocutores para iniciar una negociación y pretender concesiones o transacciones.

17 de may de 2025, 02:16 a. m.
Actualizado el 17 de may de 2025, 02:16 a. m.
Titulé esta columna el pasado mes de noviembre ‘Impredecible y Transaccional’, refiriéndome a lo que se podría esperar de Trump, dados sus comentarios y su turbulento pasado. Transcurridos ya algunos meses de gobierno, se puede decir que era una apreciación acertada.
Se ufana de su capacidad para sorprender al mundo, y el apoyo que en esta ocasión ha tenido, al contar con un arsenal de medidas de todo tipo, le ha permitido mantener en vilo a su país y al mundo.
Con su estilo mafioso, pone contra la pared a sus interlocutores para iniciar una negociación y pretender concesiones o transacciones. Poco le importan los valores, la historia, y menos aún los principios. Lo que importa es ganar, tanto en sus posiciones, como en esa visión que tiene de lo que debería ser el regreso -en muchos temas- a unos Estados Unidos del pasado (Maga), o de lograr ventajas económicas que, en muchos casos, generan serias dudas sobre quiénes se están beneficiando.
Con las abruptas variaciones que han tenido las bolsas, por ejemplo, al vaivén de las idas y venidas en el tema arancelario. No es difícil imaginar las fortunas que han podido hacer quienes han estado cerca de las decisiones que han causado estas oscilaciones.
Y alguien que no ve problema alguno en recibir regalos como el avión que le está ofreciendo Qatar es alguien que ‘ha corrido la línea ética’, como recomendaban algunos a un candidato local.
El hecho de que hayan sido los Estados Unidos quienes tuvieron que solicitar la reunión con los chinos, para buscar un acuerdo arancelario, demuestra que no siempre le salen las cosas como quiere, y que China es un ‘hueso duro de roer’. En este caso -como lo reporta, por ejemplo, The Economist- son los chinos quienes se sienten ganadores, y, seguramente, esto agudizará la sensibilidad norteamericana frente al gigante asiático.
En lo local, por su parte, vemos a otro ‘iluminado’ que, por cuenta de sus obsesiones ideológicas y sus posturas -en las que, a diferencia de Trump, se siente obligado a salvar a la humanidad-, asume posiciones autoritarias que pueden terminar causando un daño innecesario. Lo estamos viviendo en temas como la salud, la energía, etc., y ahora puede estar abriendo otro frente de problemas en el campo comercial.
El tema de China, para los Estados Unidos, es uno de esos llamados ‘irritantes’ en el campo comercial. Manejar con el tacto que se requiere un acercamiento a China debería ser la línea de Colombia, pues temas como el de La Nueva Ruta de la Seda (BRI) son particularmente sensibles.
Pues bien, quien se cree poseedor de la verdad no solo rechazó la sensata convocatoria al Consejo Asesor de Relaciones Exteriores, sino que, sin oír las opiniones de los directamente involucrados en los asuntos comerciales, anunció el inicio del proceso de adhesión a esa iniciativa.
Personajes distintos, con motivaciones diferentes, pero ambos con esa tendencia al autoritarismo y a desconocer la opinión de quienes conocen los temas, convencidos de que tienen la verdad, sin importarles los efectos que estas decisiones tienen para sus ciudadanos.
Ingeniero industrial, Presidente de Asocaña por casi veinte años, consultor privado y miembro de múltiples juntas directivas en los sectores financiero, industrial, energético, servicios, educativo y de investigación. Escribe para El País hace más de veinte años.