Columnistas

Una crisis inducida

La verdad es que el Presidente vio pasos de animal grande cuando se empezaron a atar cabos del atentado a Miguel Uribe.

Francisco José Lloreda Mera
Francisco José Lloreda Mera. Columnista. | Foto: El País

6 de jul de 2025, 01:54 a. m.

Actualizado el 6 de jul de 2025, 02:12 a. m.

La habilidad de Petro para desviar la atención de sus escándalos es magistral. Al estilo del mejor roedor, sabe cómo escabullirse de los señalamientos e irregularidades. Es el caso de la nueva crisis con los Estados Unidos. Lo que el Presidente busca, al escalar el impasse diplomático, es mantener oculto lo que realmente hizo en Manta, aunque las respuestas dadas hasta ahora a tan serias y delicadas inquietudes lo incriminan más de lo que lo exoneran.

El llamado a consultas del encargado de negocios de la Embajada de los Estados Unidos en Colombia es grave en sí y por sus posibles consecuencias. Lo es más, sin embargo, porque no es producto de un error involuntario, sino de una acción deliberada para distraer al país, que inicia con la filtración calculada de una conversación, al parecer vieja, del exministro Álvaro Leyva, sobre un supuesto golpe de Estado contra Petro que solo existe en su imaginación.

La verdad es que el Presidente vio pasos de animal grande cuando se empezaron a atar cabos del atentado a Miguel Uribe. Sus trinos buscando confundir la investigación, su reacción fría e indolente ante lo ocurrido, su animadversión hacia la familia Turbay, sus mensajes en X contra el Senador días antes del insuceso, generaron una enorme desconfianza. Más, cuando su perfil criminológico responde al de quién debería ser el autor intelectual.

Al tiempo en que esto ocurría, el país recordó que el Presidente había hecho una inusual escala en Manta de regreso a Colombia tras asistir a la posesión de Daniel Noboa en Ecuador. Un mes antes había desconocido su triunfo y allá llegó sonriente; fue el sapo que debió tragarse para disfrazar el objetivo real de su viaje: ir a aquella ciudad costera de pescadores, controlada por el crimen organizado, a cumplir una misteriosa “agenda privada” que el país exige conocer.

“No hay manera que un presidente vaya a Manta sin que los grupos criminales lo sepan”, dijo la esposa del asesinado candidato ecuatoriano Fernando Villavicencio. El Ministro de Interior de ese país agregaría que Petro “llegó a una casa de lujo, permaneció ahí dos días. Nunca salió, ni siquiera a comer. Estuvo ahí encerrado”. Días después en Manta, sería capturado ‘Fito’, el mayor criminal y narcotraficante ecuatoriano, aliado de las disidencias de las Farc.

Disidencias, que parecieran ser los operadores del atentado a Miguel Uribe. No demoró el país, con razón, en preguntarle a Gustavo Petro a qué había ido a Manta, por qué le mintió al Congreso y no le informó que pasaría dos días en esa ciudad, en casa de quién estuvo y si se reunió con ‘Fito’ u otro criminal. La hipótesis de que la orden de matar al precandidato venía de Manta, cobró fuerza. También, la de que el Presidente no es ajeno al hecho delictivo.

Se tomó varios días en responder y no respondió lo que el país aún le pregunta. Se limitó a escribir: “En Manta, en un pequeño lugar muy alto, mirando el mar, que es hermoso allí, escribí, ese domingo 25, unas treinta páginas de mi libro”. Es decir, desvió el vuelo de regreso para ir a Manta a escribir. El país ha quedado notificado de que es ahí donde Petro se inspira, además de Panamá; no es en la Casa de Huéspedes o en Hato Grande.

No, Presidente. No insulte la inteligencia de los colombianos. La súbita filtración de la conversación de su excanciller y el supuesto ‘complot’ son un distractor y todo el mundo lo sabe. Además, usted se despachó contra Marco Rubio, no se retractó cuando se lo sugirieron, y respondió al llamado a consultas del encargado de negocios con la misma moneda, para agudizar la crisis. Como será su rabo de paja, que pone en riesgo la relación de Colombia con su principal aliado, para tratar de ocultar lo que cada día es más evidente.

Abogado y doctor en política de la Universidad de Oxford. Se desempeñó como Ministro de Educación, Embajador en La Haya, Alto Consejero Presidencial para la Seguridad Ciudadana, y Director de El País de Cali. Actualmente es Presidente de la Asociación Colombiana del Petróleo, gremio de la industria de hidrocarburos.

Regístrate gratis al boletín de noticias El País

Descarga la APP ElPaís.com.co:
Semana Noticias Google PlaySemana Noticias Apple Store

AHORA EN Columnistas

Gonzalo Gallo

Columnistas

Oasis

Benjamin Barney Caldas

columnistas

Recorderis

Gonzalo Gallo

Columnista

Oasis