Columnista

Un tal Guillermo Cubillos

En realidad, Cubillos era ‘cachaco’ y como propietario de la legendaria piragua, iba siempre de blanco hasta los pies vestido, al frente de su embarcación.

Medardo Arias Satizábal
Medardo Arias Satizábal. | Foto: El País

24 de jul de 2025, 03:22 a. m.

Actualizado el 24 de jul de 2025, 03:22 a. m.

Alguna vez en el colegio, dentro de la llamada Hora Cultural que se habilitaba siempre en la clase de literatura, el profesor pidió a un condiscípulo declamar el poema que había prometido.

Para nuestra sorpresa, el compañero inició así, con gran elocuencia: “Me contaron los abuelos que hace tiempo/ navegaba en el Cesar, una piragua/ que partía de El Banco, viejo puerto/ a las playas de amor en Chimichagua…”.

Claro, era una sorpresa porque se trataba de la canción que todos conocíamos, pero el profesor de literatura aprobó la intervención, porque se trataba, así lo dijo, de un poema entero, hecho música.

Y nuestro amigo continuó: “Capoteando el vendaval se estremecía/ e impasible desafiaba la tormenta/ un ejército de estrellas le seguía/ tachonándola de luz y de leyenda…”.

Quién de nosotros podría negar que ahí teníamos una pieza literaria de primer nivel, como casi todas las que escribió el Maestro José Benito Barros allá en su natal El Banco, sentado en su mecedora, de cara al río.

Una embarcación, la piragua de Guillermo Cubillos, un personaje real de esos pagos Caribes, le sirvió para componer una de las canciones colombianas más universales, la misma con la que el Maestro Édgar Gallegos, director de la banda del Instituto Popular de Cultura, hizo homenaje al poeta, músico y compositor, uno de los más notables de nuestro país.

En buena hora, el Gobierno Nacional, a través del Ministerio de Cultura decidió consagrar el 2015, hace diez años, a la memoria de José Benito Barros, quien nació el 21 de marzo 1915, y falleció el 12 de mayo de 2007, en Santa Marta, en la paz de sus poemas que van por el mundo hechos canción.

Compuso porros, cumbias, paseos, pero también su estro lo dedicó al pasillo, al bolero y al tango. En este último género se conocen sus creaciones “Vivo entre la farra” y Mala Suerte.

Édgard Gallegos conformó una Big Band en el IPC. Desde la docencia y el ejercicio diario de la música ha dedicado su vida a la música colombiana como un puente inspirador de mejores caminos para nuestra nación.

La Piragua, como el entrañable porro El Gallo Tuerto, nos han acompañado, tanto como El Mochilón, El Vaquero -éxito también en la interpretación que hiciera la Sonora Matancera- El Pescador, el bolero Busco tu Recuerdo, Corazón Apasionado, el pasillo Pesares, Palmira Señorial, La Llorona Loca, En la Orilla del Mar, y sus porros universales Momposina y Las Pilanderas.

Muchos creen que Guillermo Cubillos, el capitán de aquel champán que recorría de manera majestuosa el río Magdalena, era un costeño recio, contador de estrellas, con amoríos en cada puerto. Pero, en realidad, Cubillos era ‘cachaco’ y como propietario de la legendaria piragua, iba siempre de blanco hasta los pies vestido, al frente de su embarcación. Nacido en Chía, Cundinamarca en 1863, comerciaba entre Bogotá y La Dorada, y el primer lugar al que llegó fue Chimichagua, a una hora de El Banco, por la Ciénaga de Zapatosa. Construyó la piragua en 1919 y con sus doce bogas con la piel color majagua, comandados por un tal Pedro Albundia -en las noches a los remos le arrancaban ‘un melódico rugir de hermosa cumbia’- fue exitoso en el comercio de aguacates. En esas travesías conoció a Juana Matos, el amor de su vida. La piragua tenía un nombre estampado en la proa, ‘Isabel Helena’, el mismo que se fue destiñendo con el beso acompasado del agua. Quienes la conocieron, José Barros uno de ellos, decían que era como un Arca de Noé, donde no faltaba carbón en la cocina a popa, pescado, plátano, un abejeo de cuentos al atardecer y buenos amores.

Medardo Arias Satizábal, periodista, novelista, poeta. En 1982 recibió el Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar en la categoría Mejor Investigación. En tres ocasiones fue honrado con el Premio Alfonso Bonilla Aragón de la Alcaldía de Cali. Es Premio Nacional de Poesía de la Universidad de Antioquia, 1987, y en 2017 recibió el Premio Internacional de Literaturas Africanas en Madrid, España.

Regístrate gratis al boletín de noticias El País

Descarga la APP ElPaís.com.co:
Semana Noticias Google PlaySemana Noticias Apple Store

AHORA EN Columnistas

Gonzalo Gallo

Columnista

Oasis

Ricardo Villaveces Pardo.

Columnista

Espejismos

Gonzalo Gallo

Columnistas

Oasis