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Superar la chismografía

Valdría la pena un estudio comparativo de la manera como en diversos sistemas políticos se lidia con una situación de esta naturaleza.

Fernando Cepeda Ulloa
Fernando Cepeda Ulloa | Foto: El País.

Fernando Cepeda Ulloa

26 de abr de 2025, 01:48 a. m.

Actualizado el 26 de abr de 2025, 01:48 a. m.

La vida de los presidentes, de los ministros, de los príncipes que tienen garantizada la corona real, está expuesta a una situación muy desagradable que es la vigilancia permanente de los paparazzi o la de la chismografía que se construye en torno de sus vidas.

En algunos países el tema explota y da lugar a escándalos políticos que en ocasiones tienen consecuencias muy graves. Recordemos el caso del presidente Clinton y de Monica Lewinsky. En países como Francia, los escándalos son frecuentes, pero, normalmente, no tienen consecuencias. Se puede recordar el más reciente del presidente Hollande que aunque tuvo un cubrimiento mediático amplio, no dio lugar a mayores consecuencias.

Colombia ha tenido una tradición de respeto a la vida privada de sus gobernantes y, aunque con frecuencia se divulgan situaciones comprometedoras, rara vez estas han aflorado a los medios de comunicación o han tenido consecuencias significativas.

Quizás ello explique que entre nosotros, la chismografía de esta naturaleza sea muy común y se convierta más en una comidilla de la conversación diaria y nada más. Con respecto a la situación del presidente Petro, me atrevería a decir que desde antes de su posesión escuchamos lo que podíamos llamar secretos de Estado que luego se convirtieron en secretos ya más conocidos y, luego, en secretos a voces.

Por ello, la carta del excanciller Leyva ha tenido una resonancia tan grande, porque se trataba de un secreto, verdadero o no, que finalmente era revelado como un hecho cierto y muy deplorable por la persona de más alto rango que acompañaba al Presidente en su visita oficial a París. Es la condición de la persona que está revelando lo sucedido la que genera esta turbulencia.

En el caso de Clinton, era una funcionaria menor del Ministerio de Defensa la que divulgaba la confidencia de su mejor amiga en el caso de Nixon y las famosas grabaciones en el caso de Watergate fue su asesor jurídico en la Casa Blanca y, por ello, las repercusiones fueron tan enormes hasta llegar a la renuncia del presidente. Así podríamos continuar con ejemplos que muestran diversos comportamientos y actitudes muy diferentes entre la población y un tratamiento en el nivel político o judicial, también, bien diverso.

La chismografía que se queda en ese ámbito no llega a tener efectos de mayor envergadura. Pero cuando se traduce en una revelación oficial por parte de un exministro, testigo de excepción, ya la situación es bien compleja y muy diferente. Por ello es necesario que existan mecanismos oficiales que permitan el conocimiento de comportamientos indebidos por parte de las más altas autoridades para proteger la majestad del Estado y la necesaria dignidad en el ejercicio de los cargos públicos, y es entonces ahí cuando surgen muchos interrogantes.

¿Qué debe hacer un ministro cuando tiene un conocimiento de esa naturaleza? ¿Cómo debe comportarse la oposición en el Congreso? ¿Cómo los partidos políticos vía el Congreso o por otros procedimientos? ¿Qué ocurre con el edecán del presidente que lo acompaña en todas las situaciones? ¿O funcionarios de menor nivel que por otras circunstancias tienen pleno conocimiento de lo que está ocurriendo?

Valdría la pena un estudio comparativo de la manera como en diversos sistemas políticos se lidia con una situación de esta naturaleza. Es que la indiferencia o la impotencia le generan grave daño al funcionamiento del sistema político, porque así crece el cinismo y la desconfianza frente a las autoridades y a las instituciones gubernamentales.

Fernando Cepeda Ulloa

Experto en Ciencias Políticas, profesor y diplomático. Estuvo vinculado a la Universidad de los Andes por 23 años, durante los cuales enseñó Ciencia Política y ocupó varios cargos como Rector Encargado, Vicerrector y Decano de Ciencias Políticas, entre otros. Se ha desempeñado como Embajador en Canadá, Representante Permanente de Colombia ante las Naciones Unidas, Embajador en Inglaterra, Ministro Plenipotenciario en Washington y encargado de Negocios. Fernando Cepeda Ulloa ha sido Ministro de Gobierno, de Comunicaciones, Consejero Presidencial y Viceministro de Desarrollo Económico.

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