Columnista
La abuela Kueka
María de los Ángeles Peña Fonseca es la directora de Kueka: memoria ancestral, un documental que expone claramente este problema.

4 de jul de 2025, 03:40 a. m.
Actualizado el 4 de jul de 2025, 03:40 a. m.
Los principales escenarios del arte occidental, desde la bienal de Venecia hasta Documenta de Kassel, pasando por el MoMA de Nueva York y la Tate Modern de Londres, llevan dos décadas apostando por el multiculturalismo. Es decir, concediendo lugar y visibilidad a las manifestaciones artísticas y culturales de los pueblos originarios del que hoy se llama el Sur Global.
La mayoría de las veces esta representación ha estado en manos de artistas del sur, que viven y trabajan en las metrópolis occidentales, y que interpretan en clave de arte contemporáneo el legado cultural de dichos pueblos. Normalmente, los del país de donde proceden estos artistas.
Pero cada vez con más frecuencia se invita a exponer en los mencionados espacios a colectivos pertenecientes a los pueblos originarios. Ahora mismo recuerdo que, en la edición del año pasado de la bienal de Venecia, la fachada del pabellón principal de la misma estaba cubierta por un deslumbrante mural pintado por MAHKU, un colectivo de artistas del pueblo Huni Kuin del Brasil.
Era la respuesta a las críticas formuladas en los años precedentes de que artistas del Sur Global integrados a la escena del arte contemporáneo occidental estaban apropiándose en beneficio propio de legados artísticos y culturales de los pueblos originarios.
Adriano Pedrosa, el curador de esta edición de la bienal, intentó zanjar el debate invitando a participar directamente en el evento a los integrantes de uno de los muchos pueblos originarios que todavía sobreviven en la extensa geografía brasileña.
Decisión loable pero insuficiente. Porque persiste un problema: el de la descontextualización, que afecta tanto a los artistas del sur integrados a los circuitos del arte internacional como a los artistas aborígenes. En ambos casos, se pierde el contexto que le da su sentido a las obras que nos ocupan.
María de los Ángeles Peña Fonseca es la directora de Kueka: memoria ancestral, un documental que expone claramente este problema. Hace unas décadas, un gestor cultural alemán visitó el país, encontró una roca de gran tamaño y aspecto muy singular y decidió apropiarse de ella, enviarla a Berlín y exhibirla permanentemente en el Tiergarten, en el marco del Global Stone Project. El pueblo Pemón nunca estuvo de acuerdo y luchó durante años hasta lograr recuperar esta piedra legendaria. Que para ellos no es una piedra, sino Kueka, la abuela, figura crucial de su linaje.
Historiador y crítico de arte. Profesor de la Unviersidad Europea de Madrid y corresponsal de la revista ArtNexus en España. Es columnista del diario El Pais de Cali desde 1994.