Columnistas
Shiri, Ariel y Kfir
Se puede percibir lo tranquilo que es el lugar, ahora mezclado con la desolación y también con un aura tétrica.
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La familia Bibas, israelíes de origen latinoamericano (Argentina y Perú), raptados por el vil grupo de terroristas Hamas, fueron asesinados en cautiverio. Cesa su espera por parte de quienes en todo el mundo tenían aún esperanza sobre su regreso. Los Bibas fueron plagiados en el Kibutz Nir Oz, el cual visité, y dentro del recorrido se podía revivir las terribles escenas que vivieron quienes se encontraban allí, ese 7 de octubre del 2023. La casa de los Bibas era una de las casas que no estaban destruidas, se podían ver las pertenencias de ellos todavía frescas. Además, las mismas bestias que los secuestraron, los filmaron. Es un horror que se puede ver y sentir, pues quedó grabado para su posteridad. Este hecho tan inhumano es similar a cuando los nazis secuestraban judíos, incluso buscándolos debajo del subsuelo de las casas o de los graneros o depósitos, donde buenos católicos y cristianos les daban refugio, sabiendo luego, que, si eran atrapados, también podrían ser fusilados.
El Kibutz Nir Oz fue un albergue para muchos judíos y también no judíos del mundo que buscaban un lugar tranquilo para formar una familia o decidir lo que sería de sus vidas, por medio de trabajo de campo y vida de campo. En los años 80 estuvo lleno de colombianos que huían de la violencia. Se puede percibir lo tranquilo que es el lugar, ahora mezclado con la desolación y también con un aura tétrica. Se ven las balas de los fusiles incrustadas en los cristales de las puertas y las ventanas. El comedero comunal del Kibutz estaba parcialmente quemado, aunque se conservaban las mesas, las sillas y hasta los instrumentos propios del lugar, es decir, platos, cubiertos, kétchup. El modelo del Kibutz, que se cimentó bajo el modelo socialista de la Unión Soviética, lo impusieron los primeros migrantes al prematuro moderno Estado de Israel.
La espera terminó. Regresarán este sábado los cuerpos sin vida de Shiri Bibas y sus pequeños Ariel, de cinco años, y Kfir, que fue secuestrado con menos de un año, y cumplió en cautiverio sus dos primeros y últimos años. Él se convirtió en un símbolo de esta guerra. El más pequeño de los secuestrados israelíes, pero no por eso el menos importante, sino más bien el que más importante fue para la sociedad israelí, la comunidad judía internacional y el mundo en general, claro está, de los que tienen humanidad.
Este miércoles 19 de febrero se dio la noticia oficial por parte de las autoridades israelíes, aunque ya Hamás había dado la amarga noticia, y, por supuesto, echándole la culpa a Israel, como si acaso hubiera sido Israel el perpetuador del secuestro y de toda la barbárica atrocidad que se vivió en aquel sábado negro del 7 de octubre.
Hoy, estando a un año y cuatro meses desde que todo aquello sucedió, el padre de los pequeños y esposo de Shiri, está a salvo en Israel, es el único sobreviviente de la familia. Junto al cuerpo de los Bibas será devuelto también Oded Lifschitz, un hombre de 84 años, secuestrado también en Nir Oz. Él era activista para la paz, incluso entrevistó a Arafat. Además, su yerna, fue quien nos guio en el recorrido, allí, tan cerca de Gaza y tan cerca del cielo.
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