Maternalismo ya

Se nos fue nuestro mejor aliado. En el Concejo de Economía del Vaticano, conformado por seis cardenales y seis laicos, el Papa colocó cinco mujeres laicas y un hombre. Nombró a una mujer vicegobernadora. Contaba el Santo Padre que una vez había entrevistado a una jefe de Estado y al preguntarle cómo mantenía tantas bolas en el aire, ella le comentó cómo lo hacemos las madres.

Suena el sonajero para la Presidencia, ¿mujeres? ¡Sí! Con perspectiva de género y experiencia administrativa, que hayan ejercido la ética del cuidado, de acuerdo con sus necesidades, en los diferentes espacios del Gobierno. Entre ellas está Claudia López -creadora de las manzanas del cuidado-, Vicky Dávila, María José Pizarro, tal vez, y María Fernanda Cabal.

Y las que no suenan y podrían dar la sorpresa. La presidenta delegataria Gloria Inés Ramírez; matemática, organizada y conciliadora, ha ejercido la presidencia 17 veces, remplazando a Petro en sus viajes mesiánicos por el mundo. La vicepresidenta Francia Márquez, con gran caudal de votos. Mercedes Tunubalá, si todos los indígenas votaran por ella. ¿Y si aparece Íngrid Betancourt? ¡Qué susto! Es a la única que le teme Petro.

Una persona, conocedora de los intríngulis de la Casa de Nariño, decía que la presencia de Benedetti se justifica por ser mompa de la rumba dura. Laura Sarabia lo sabe, cierra los ojos, calla y se hace la loca. Entre rumba y rumba Petro trata de gobernar y nos preguntamos por qué los tuits a las 3:00 a.m., por qué los cambios repentinos de los ministros y ministras, por qué la impuntualidad y por qué se fue Verónica Alcocer a recorrer el mundo y lo dejó solo en medio de los ataques de la derecha, del Congreso y de la prensa.

Es la hora de la mujer. Vemos a Claudia Sheinbaum manejando un país como México, con un machismo inmemorial, con narcotráfico, violencia y un vecino que hay que acariciar con guante de seda. Excelente su participación en la Celac, invitando a una Latinoamérica y al Caribe unidos, y elogiando lo grande que seríamos si camináramos juntos; ejerciendo un liderazgo necesario en la región.

Es el tiempo de la mujer y Colombia necesita cambios de paradigma. No más Uribes, Petros, Santos o Duques. Hay buenas candidatas de todos los partidos, y entre los acuerdos lo insólito. Francia Márquez le tiende la mano a Paloma Valencia y a María Fernanda Cabal, acuerdos que solo se dan entre mujeres como lo hicimos en el Consenso de Mujeres del Barco de la Paz, en que desde diferentes orillas del conflicto colombiano nos reunimos y lanzamos manifiestos que infortunadamente el gobierno de Uribe ignoró, pues decía que no estábamos en guerra. Suficientes machos ególatras que trinan sin control. Es momento del maternalismo ya.