Columnista
Los derechos de los niños y las niñas son primero
Invito a que, unidos en la diferencia, no solo en el Valle del Cauca, sino en toda Colombia, manifestemos nuestro rechazo y logremos la libertad inmediata de Lyan José.

13 de may de 2025, 02:20 a. m.
Actualizado el 13 de may de 2025, 02:20 a. m.
El secuestro del niño Lyan José Hortúa, de 11 años de edad y estudiante de quinto de primaria, realizado el pasado 3 de mayo por un grupo armado ilegal, en el municipio de Jamundí, cuando se encontraba descansando junto con su familia en su casa ubicada en la zona rural de dicho municipio y la cual se conoce como corregimiento de Potrerito, junto con otros casos de violencia contra niños y niñas que se han presentado en diversas regiones de Colombia, debe llevarnos a manifestar nuestro repudio a esa violación de los derechos humanos de seres indefensos y vulnerables.
¿Quienes cometen esos actos se preguntarán en algún momento, por un instante, cómo se sentirán esos pequeños; cómo será la angustia al encontrarse lejos de su familia?
Todos, la población urbana y rural, el propio presidente Petro, los gobernadores departamentales, alcaldes municipales, medios de comunicación, comunidad internacional, Iglesia Católica y demás iglesias cristianas, entre otras, debemos decirles a los diversos grupos armados ilegales, llámense guerrillas, paramilitares o narcotráfico, que en la vida no todo vale y que en ningún momento podemos olvidar que principios democráticos y universales, como son los derechos de los niños y de las niñas, siempre priman sobre los demás derechos relacionados con los Derechos Humanos y con el respeto a la dignidad de las personas.
En tal sentido, sería muy importante un pronunciamiento público del Presidente Petro, del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, Unicef, con sede en Colombia y cuya función principal es velar por la protección de los niños y las niñas, lo mismo que de las diversas organizaciones empresariales, sociales y de Derechos Humanos que existen en Colombia.
Mientras tanto como exvicepresidente de la República, padre y abuelo, me uno a la cadena de peticiones de diversos sectores sociales, académicos y medios de comunicación, que le han venido solicitando al grupo armado ilegal que tiene en su poder a Lyan José que por favor le respete su vida y lo deje en libertad inmediata, sin ningún tipo de condiciones.
En ese propósito, tienen un gran significado las diversas acciones ciudadanas y humanitarias que se han venido realizando en los municipios de Tuluá y Jamundí, lo mismo que en el Colegio Bilingüe Anglo Americano donde estudia el niño Lyan José, como también los oportunos pronunciamientos públicos de la gobernadora del Valle del Cauca, de la alcaldesa y personera de Jamundí, de organizaciones sociales como la Confederación General del Trabajo, CGT, autónoma e independiente en el Valle del Cauca y de su filial el Sindicato de Trabajadores del Municipio de Jamundí, Sintraxamundi. Igualmente, destaco la permanente preocupación y colaboración de algunas personas como el Señor Ministro de la Defensa, Pedro Sánchez, y la Directora del diario El País de Cali.
En esa perspectiva, invito a que, unidos en la diferencia, no solo en el Valle del Cauca, sino en toda Colombia, manifestemos nuestro rechazo y logremos la libertad inmediata de Lyan José. También, para que esta lucha nos sirva de estímulo en la tarea que tenemos que desarrollar en todas las regiones para contribuir a hacer conciencia de que los derechos de los niños y las niñas, siempre priman sobre los demás derechos.
Exministro de Trabajo, exvicepresidente de Colombia, exgobernador del Valle