Opinión
Matanzas y antidepresivos
USA se zambulle en un mar de opiáceos y no debe ser gratuito la cantidad de asesinatos que suceden. Es obvio que la salud mental tiene que ver con todo
No es fácil el tema porque la tendencia a generalizar lleva a la tergiversación. Pero es obvio que el número de masacres donde constantemente alguien intenta “pasar a la historia” armado de un rifle, motivó a investigar sobre el asunto. Dos hechos aparentemente sin conexión se unieron para ser analizados.
“James Holmes se encuentra recluido en aislamiento en una prisión de máxima seguridad en USA mantenida en secreto. Vivirá el resto de su vida en tales condiciones. La ropa desgarrada, la mirada perdida en el vacío, el pelo teñido de rojo excéntrico”... Los vídeos de los interrogatorios, justo después de su arresto, parecen evidenciar al monstruo que acababa de asesinar a 12 víctimas inocentes, entre ellas, una niña de 6 años. En 2012 este exestudiante de medicina tenía 24 años y ningún historial penitenciario que presagiara el mayor tiroteo con víctimas en USA (Masacre de Aurora) hasta la del pasado año perpetrada por el Estado Islámico.
La BBC recuperó el caso de Holmes, así como otros 28 asesinatos inexplicables, estableciendo una terrible e inquietante conexión: los efectos secundarios de un tipo de antidepresivos y las conductas suicidas y homicidas que aparecían en ciertos individuos que los consumían.
Los medicamentos, “inhibidores en la recaptación de serotonina”, son los que más se prescriben para el tratamiento de cuadros depresivos, así como para algunos trastornos ansiosos y de personalidad. Para la mayoría, los medicamentos son completamente seguros, pero algunos psiquiatras alertan de que en circunstancias muy especiales su consumo puede desembocar en alteraciones del ánimo, alucinaciones y paranoias.
El Profesor Peter Tyrer, psiquiatra del Imperial College de Londres, explica: “Jamás podemos estar seguros de si un efecto secundario poco común está realmente vinculado al fármaco o se debe a otro factor. Pero estos episodios con tales antidepresivos están sucediendo de una manera demasiado frecuente como para considerarlos fortuitos. Es obvio que están relacionados, pero no sabemos exactamente cómo. Hoy, ninguno de esos argumentos explica por qué un individuo inteligente como Holmes, proveniente de una familia corriente, sin enemigos declarados, y carente de una ideología política marcada, pudo perpetrar un crimen tan atroz. En el momento de su detención, aseguraba “no recordar nada sobre el tiroteo”.
El asunto sobre la necesidad de usar químicos para manejar y controlar la conducta humana tiene benefactores y detractores. Hay toda clase de intereses: nacionales, económicos, sociales…pero las nuevas miradas donde la apertura a otros saberes (Psicogenealogía, Descodificación Biológica, Constelaciones, Hipnosis, Regresiones) abren opciones de investigar al ser humano no sólo como una máquina biológica que hay que “aceitar”. En Holanda se trabajan enfermedades mentales sin fármacos. Pero claro, la misma ansiedad (y exigencia) de curar (¡) rápido, no soporta procesos sino resultados. Así las consecuencias sean peores. USA se zambulle en un mar de opiáceos y no debe ser gratuito la cantidad de asesinatos que suceden. Es obvio que la salud mental tiene que ver con todo y la necesidad de hablar, de conectar, de vincular con otro es prioritaria. Pareciera que es todo nuestro mundo el que necesita terapia psicológica…