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Luego, será tarde
Es probable se apruebe una reforma laboral por las razones equivocadas y el Gobierno convoque por decreto -y con cualquier pretexto- la famosa consulta popular, al tiempo que subvierte el orden público.

8 de jun de 2025, 04:54 a. m.
Actualizado el 8 de jun de 2025, 04:54 a. m.
Finaliza otra semana de aquellas a las que nos tiene acostumbrados el presidente Petro; de ausencias injustificadas, supuestos atentados en su contra, chantajes al Congreso, y anuncios violatorios de la Constitución. E inicia una en la que es probable se apruebe una reforma laboral por las razones equivocadas y el Gobierno convoque por decreto -y con cualquier pretexto- la famosa consulta popular, al tiempo que subvierte el orden público.
De lo sucedido no vale la pena profundizar, pero se volvió costumbre que el susodicho deje metidos a gobernantes y que se desaparezca varios días y nada pasa. Pero, ser anfitrión de una cumbre internacional con mandatarios a bordo y no asistir, avergüenza al país. Más, dando por disculpa que lo iban a matar, lo que desmiente la propia Policía, cuando lo que le debió ocurrir es que se encerró a beber y a meter coca para superar la pena por el fracaso del paro nacional.
Hablemos de lo que viene. Decía, que es probable que el Congreso apruebe en la semana que se inicia, en cuarto y último debate, la reforma laboral, por las razones equivocadas. Me explico. Como en otros asuntos, tiene sentido ajustar el régimen laboral, pero no por la amenaza de la consulta popular; el mensaje no es otro a que el Legislativo, que ha dado muestras de relativa independencia, le teme al Presidente y que éste lo tiene extorsionado.
Se busca apagar el incendio con una dosis agria de pragmatismo. Pareciera, sin embargo, que será con el extintor equivocado. Al Gobierno no le importa la situación laboral de los trabajadores, si hay más desempleo, y si la informalidad crece. Es más, le gusta que crezca, pues las dictaduras se cimientan con una mezcla de pauperización y estatización. Por eso, y salvo que el Senado ceda en todo, que sería inaceptable, es de esperar que Petro insista en la consulta.
La razón se conoce, este Gobierno necesita de distractores para ocultar los problemas de fondo, y qué mejor que uno que le permite entrar de lleno en una campaña aceitada con billones de pesos y el crimen detrás. El pliego de cargos contra el exministro Bonilla, la fuga de Carlos Ramón González, la elección del magistrado Vladimir Fernández, pasan de agache. Ni qué decir de la crisis en la salud, la educación, y la pérdida de autoridad en el territorio.
A lo anterior se suma la reaparición del exfiscal Montealegre induciendo al país a error al decir que le correspondería a la Corte Constitucional dirimir una eventual discusión legal sobre la convocatoria de la consulta por decreto. Saben que el tribunal tardaría en pronunciarse y confían en tener mayoría para secundar la patraña. Mientras tanto llevan a cabo la consulta, ganen o pierdan, no importa. Es la tabla de salvación del petrismo.
El país confía en que las instituciones pongan en su sitio al Presidente y a Benedetti, el maquinador de este golpe rastrero e ilegal: la Registraduría y el Consejo de Estado. Debe pronunciarse el Registrador Penagos, ojalá no sea lavándose las manos. Y de llegar el caso al Consejo de Estado, su deber patrio no es otro que suspender el decreto como medida cautelar mientras falla de fondo. A este asalto al Estado no se le pueda dar largas. Si Petro se sale con la suya acaba con la democracia.
Y los ciudadanos, a expresarnos. Hicieron bien la mayoría de los partidos políticos, los gremio, y líderes de opinión, en alzar la voz. Es el momento de una movilización multitudinaria en rechazo a la pretensión del Presidente y su lacayo, y en contra de este Gobierno destructor y espurio. Es tiempo de actuar con cabeza fría, pero con total determinación. Ojalá el Congreso venza el yugo, los contrapesos actúen con firmeza y sin dilación, las entidades de control actúen, y los colombianos defendamos con valor a Colombia. Luego, será tarde.
Abogado y doctor en política de la Universidad de Oxford. Se desempeñó como Ministro de Educación, Embajador en La Haya, Alto Consejero Presidencial para la Seguridad Ciudadana, y Director de El País de Cali. Actualmente es Presidente de la Asociación Colombiana del Petróleo, gremio de la industria de hidrocarburos.