Columnistas
Nuevas adicciones en el Siglo XXI
La explosión de las apuestas en línea ha provocado un cambio significativo en el panorama de los juegos de azar a nivel mundial.

8 de jun de 2025, 05:03 a. m.
Actualizado el 8 de jun de 2025, 05:03 a. m.
Prendo la televisión escasamente para ver algunos partidos de tenis y de fútbol europeo, pero me ofenden las ofertas que estimulan a los televidentes a apostar en línea, la nueva adicción global, comparable al alcoholismo y la drogadicción.
La explosión de las apuestas en línea ha provocado un cambio significativo en el panorama de los juegos de azar a nivel mundial. Esta modalidad, accesible desde cualquier dispositivo móvil, ha generado preocupaciones sobre su impacto en la salud pública.
Lo que sorprende e indigna es que a pesar del efecto tan nocivo para la salud pública, los gobiernos apoyen las apuestas en línea de manera tan descarada porque generan ingresos.
Los casos de personas que han desarrollado una adicción a las apuestas en línea han explotado recientemente. Los jóvenes son especialmente vulnerables a caer en las garras de las apuestas en plataformas en línea, lo que los lleva a desarrollar problemas de toda índole. Los adolescentes que participan en juegos de azar tienden a preferir las apuestas deportivas, que son las que generan más adicción, pues actúan como efectivos anzuelos por la pasión que genera el deporte.
El juego en línea es una nueva adicción global. Una de muchas adicciones sin substancia, como la llamaría Miguel Bettin en su magnífico libro ‘Adicciones. Mitos y realidades’ (Panamericana 2025), con quien tuve el honor de compartir un espacio en la reciente Feria del Libro de Bogotá.
Diversos estudios en distintos países han demostrado la inconveniencia de los casinos en línea especialmente entre las poblaciones de jóvenes. En adultos, el uso de estas plataformas se asocia a ludopatía, que conduce a pérdidas económicas, endeudamiento extremo y deterioro de las relaciones interpersonales.
El fácil acceso y la publicidad agresiva en redes sociales incrementan el riesgo de adicción, especialmente entre los jóvenes.
Los problemas asociados con las apuestas en línea trascienden lo individual y afectan a comunidades enteras. El vínculo entre el juego compulsivo y los problemas de salud mental, como la ansiedad y la depresión, son innegables. Todo esto ha aumentado los costos de atención médica y programas de rehabilitación.
Como sabemos que las presiones son demasiado grandes y el estado es incapaz de, o no tiene interés en controlar la proliferación de “casinos de bolsillo”, la pregunta es ¿qué podemos hacer nosotros como ciudadanos para evitar que esta tendencia afecte, aún más, a generaciones futuras?
Es urgente regular con mayor firmeza esta industria, promover campañas de concientización sobre los riesgos y ofrecer tratamientos accesibles para quienes desarrollan adicción. Pero no podemos ser muy ingenuos al respecto de las estrategias de solución a manos de un estado que no ha mostrado interés en controlar este jugoso negocio.
En consecuencia, las acciones preventivas tienen que ser promovidas por la propia ciudadanía empezando por hacer conciencia del daño que hace una publicidad que presenta las apuestas en línea como algo fácil, natural, e inofensivo.
Carlos E. Climent es médico de la Universidad del Valle y psiquiatra de la Universidad de Harvard. Durante30 años trabajó en el Departamento de Psiquiatría de la Universidad del Valle, y durante 20 se desempeñó como miembro del Panel de Expertos en Salud Mental de la Organización Mundial de la Salud.