Columnistas
Escándalos de Petro
Ha dicho en múltiples ocasiones que tiene cinco títulos académicos, incluyendo maestría y un doctorado. Mintió.
Como Petro es habilísimo para distraer, vale la pena mencionar algunos de los escándalos que lo rodean a él. Necesitaré más de una columna.
Aunque ha sostenido que nació en Ciénaga de Oro, en declaraciones en estrados judiciales ha dicho que es de Zipaquirá y eso dicen sus documentos de identidad.
En 1985, después de una operación de inteligencia del Ejército fallida, Petro intentó asesinar al capitán Gabriel Díaz. La pistola se encasquilló. Petro, iracundo, le desfiguró la cara a Díaz con la cacha del arma y lo dejó muy malherido.
Semanas después, Petro fue capturado. La Justicia Penal Militar lo juzgó y condenó por porte ilegal de armas y terrorismo. La sentencia desapareció. También fue acusado por participar en el planeamiento del asalto del Palacio de Justicia. Petro jamás fue amnistiado ni indultado.
Ha dicho en múltiples ocasiones que tiene cinco títulos académicos, incluyendo maestría y un doctorado. Mintió. No tiene sino su carrera universitaria y un diplomado.
Fue grabado recibiendo dinero en bolsas. La investigación prescribió.
De su alcaldía, muchos escándalos. La compra de camiones de segunda mano inservibles, las motos eléctricas que nunca funcionaron, la entrega de drogas a los adictos, las mentiras sobre los colegios y cupos escolares prometidos y jamás entregados, y el aumento de 40% de la nómina paralela, algunos de los más sonados.
Su papel en el mal llamado estallido social. Lo que se sabe es que el violento y oscuro Xavier Vendrell coordina un colectivo de jóvenes del que hacen parte muchos de la primera línea y que Vendrell tiene amplísima experiencia en usar jóvenes para enfrentar a la policía.
Los de la última campaña presidencial. Sin ser exhaustivo: la campaña no reportó los pagos hechos a los asesores internacionales ni a los testigos electorales, coordinados por Vendrell. Tampoco todos los viajes hechos con Sadi, la empresa de la narcoavioneta, ni los aportes de Daily Corp, la investigada compañía de criptomonedas.
No aparecen reportados los $1033 millones de la USO ni los $500 millones de Fecode, triangulados a través de Colombia Humana. No están los aportes del megacontratista Euclides Torres.
La justicia nos debe el proceso para establecer la historia de los $15.000 millones que, si se supiera quién aportó y cómo, según Benedetti “nos hundimos todos, nos vamos presos”.
Nicolás Petro recibió plata del mafioso Santander Lopesierra. Otro narco, el Sobrino, hizo aportes en Casanare. Sobre la “campaña paralela” de Verónica Alcocer tampoco ha hecho nada la Fiscalía que, por cierto, tiene entre sus debes llamar a declarar a Ángela Benedetti.
Cierro por hoy con ‘el pacto de la Picota’, ese acuerdo en las cárceles entre Juan Fernando Petro con algunos mafiosos, paras y corruptos, y que, en palabras del mismo hermano presidencial, significó “un millón y pico de votos” por los que se ganó las elecciones.