Columnistas
Desarrollo social y económico de las regiones
Sería muy importante que las experiencias positivas y negativas que se han venido desarrollando en Bogotá D.C., Medellín, Valle del Cauca y otras regiones de Colombia se dieran a conocer públicamente...
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23 de sept de 2025, 02:35 a. m.
Actualizado el 23 de sept de 2025, 02:36 a. m.
Reconociendo los efectos negativos de la corrupción, la violencia, los negocios ilegales como el narcotráfico y la minería ilegal, en el desarrollo social y económico de las regiones, es bueno reiterar que, en la búsqueda de los caminos que nos lleven a una Colombia mejor donde primero sea la gente, surjan y se consoliden en el tiempo iniciativas desde las universidades públicas y privadas, los empresarios urbanos y rurales y los gobiernos locales y regionales en favor del desarrollo integral y social de cada una de las regiones que actualmente constituyen el país.
En ese orden de ideas, en la ciudad de Yopal, departamento del Casanare, invitado por la Corporación Universitaria Remington, participaré el día 2 de octubre en el acto de apertura del IV Congreso Internacional de Ciencias Empresariales: Innovación, Sostenibilidad y Transformación Territorial. En dicho evento trataré el tema: ‘El diálogo social entre Empresa, Estado y Universidad, eje para el desarrollo económico y social de la región de la Orinoquía colombiana’, la cual está conformada por los departamentos de Casanare, Meta, Arauca y Vichada.
Es de anotar que en ese tema no partimos de cero, por cuanto en Bogotá y Medellín, principalmente, lo mismo que en otros departamentos de Colombia, como el Valle del Cauca, se han logrado experiencias y avances positivos. Lo importante, como ya viene ocurriendo en España, es lograr que se vuelvan programas permanentes de trabajo, tanto de las universidades como de los empresarios y siempre con la colaboración activa del Estado a nivel nacional, local y departamental.
En la perspectiva de que la iniciativa de promover la Unidad Universidad-Empresa-Estado no se quede en buenas intenciones, tal como nos pasó cuando fui gobernador del departamento del Valle del Cauca entre 2004 y 2007, es necesario que dicha unidad se convierta en un programa permanente, con personas que se responsabilicen del mismo y rindan anualmente cuentas públicas sobre sus resultados e impactos positivos a favor del desarrollo integral, económico y social de la gente que vive en las zonas urbanas y rurales de las regiones.
En tal sentido, son muy importantes las iniciativas de cooperación de las Cámaras de Comercio y de los diversos gobiernos municipales y departamentales, como también la decisión política, tanto de las universidades como de los sectores empresariales, de convertirla en una política permanente y con resultados a corto y mediano plazo.
A este respecto, sería muy importante que las experiencias positivas y negativas que se han venido desarrollando en Bogotá D.C., Medellín, Valle del Cauca y otras regiones de Colombia se dieran a conocer públicamente, a fin de que la experiencia que ahora quiere consolidar en el futuro la Corporación Universitaria Remington en Yopal, en coordinación con los empresarios y los gobiernos de la región de la Orinoquía colombiana, se convierta en una política permanente y cuyo objetivo principal sea contribuir al logro de un desarrollo económico y social de la región. Desarrollo en el que la explotación de recursos naturales como el petróleo y el gas no sea incompatible con el desarrollo económico y social de la región en materia agropecuaria, ambiental, turística, de infraestructura vial, agua potable y con los nortes éticos de cero tolerancia con la corrupción, la violencia y las desigualdades sociales.
Exministro de Trabajo, exvicepresidente de Colombia, exgobernador del Valle