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Potente terremoto que golpeó Birmania y Tailandia ya deja más de 1600 muertos
Los equipos de rescate buscan a posibles supervivientes entre casas en ruinas.

Más de 1.600 personas murieron en Birmania en el terremoto de magnitud 7,7 que sacudió la región el viernes y que también afectó a la vecina Tailandia, según un nuevo balance oficial.
El sismo de magnitud 7,7 y poca profundidad sacudió a primera hora de la tarde del viernes el centro de Birmania, con su epicentro cerca de Mandalay, la segunda ciudad del país, gravemente dañada.
El temblor, seguido por una réplica de magnitud 6,7, destruyó numerosos edificios, abombó carreteras y derribó puentes en este empobrecido y aislado país del sudeste asiático.

Al menos 1.002 personas murieron y casi 2.400 resultaron heridas en Birmania, anunció el sábado la junta militar que tomó el poder hace cuatro años con un golpe de Estado.
Tailandia confirmó por su lado al menos diez muertes en Bangkok, la capital.
Sin embargo, con las comunicaciones caídas y partes de Birmania bajo control de grupos armados étnicos y disidentes, la magnitud real del desastre puede que todavía no haya emergido.
Los geólogos lo sitúan como el mayor sismo registrado en Birmania en décadas y su temblor llegó a la capital de Tailandia, a mil kilómetros, donde un rascacielos de 30 plantas en construcción se derrumbó atrapando a decenas de trabajadores.
Un Buda sin cabeza
En Mandalay, la segunda ciudad birmana con más de 1,7 millones de habitantes, un equipo de la AFP observó una pagoda budista de varios siglos reducida a escombros por el sismo.
“Empezó a temblar y entonces se puso serio”, contó un soldado en un punto de control cercano. “Un monje murió. Otros fueron heridos. Sacamos a algunos y los llevamos al hospital”, dijo.
La cabeza de la principal estatua de Buda del monasterio cayó y ahora reposa en una plataforma a sus pies. Los monjes no se atreven a dormir en sus dependencias por miedo a más sacudidas.
“Nunca he sentido algo así en mi vida”, afirmó el soldado.
En el aeropuerto de la ciudad, los guardias de seguridad rechazaron a los periodistas de la AFP alegando que la terminal estaba cerrada desde el viernes.
“El techo cedió, pero nadie resultó herido”, dijo uno de ellos.
Sin embargo, el cierre del aeropuerto puede obstaculizar las labores de socorro en un país con un sistema de salud y emergencias diezmado por cuatro años de guerra civil.
Inusual pedido de ayuda
Señal de la grave situación, el jefe de la junta, Min Aung Hlaing, lanzó un inusual pedido de ayuda internacional. En el pasado, otros regímenes militares rechazaron la asistencia exterior ante grandes desastres naturales.
El país declaró el estado de emergencia en las seis regiones más castigadas. En un gran hospital de la capital, Naipyidó, los médicos se vieron forzados a atender a los heridos en el exterior.
“No había visto nada así antes. Intentamos gestionar la situación. Estoy tan exhausto ahora”, dijo un doctor a la AFP.
Varios países ofrecieron ayuda, entre ellos Estados Unidos. “Es realmente malo y nosotros ayudaremos”, dijo su presidente Donald Trump desde la Casa Blanca.

Un primer vuelo desde India con material de higiene, mantas o comida aterrizó el sábado en Rangún, la ciudad más poblada y centro comercial de Birmania, 500 km al sur de Mandalay.
China también envió un equipo de 82 socorristas al país, con el que mantiene frontera.
Organizaciones humanitarias advierten que Birmania no está preparada para lidiar con esta catástrofe. Unos 3,5 millones de personas están desplazadas por la guerra civil y muchas en riesgo de hambruna, incluso antes del sismo.
Rascacielos derrumbado en Bangkok
Al otro lado de la frontera, en Bangkok, los equipos de rescate trabajaron durante toda la noche en la montaña de escombros en la que se convirtió el rascacielos colapsado de 30 plantas.
El gobernador de Bangkok, Chadchart Sittipunt, dijo a la AFP que habían confirmado diez fallecidos en la ciudad, la mayoría en esa torre.
Hay todavía 100 trabajadores sin localizar en ese lugar, cercano al enorme mercado de Chatuchak, un imán de turistas en esta urbe de 14 millones de habitantes.
“Estamos dando lo mejor con los socorristas que tenemos porque cada vida importa”, dijo Chadchart a los reporteros.
Las autoridades municipales anunciaron el despliegue de más de 100 ingenieros para inspeccionar la seguridad de los edificios tras haber recibido unos 2.000 informes de daños.
Hasta 400 habitantes pasaron la noche al aire libre, en los parques de la capital, porque sus hogares no eran seguros para volver, señaló Chadchart.
Los terremotos de esta intensidad son muy raros en Bangkok. El viernes, comerciantes y trabajadores salieron corriendo alarmados a las calles cuando la tierra empezó a temblar.
Aunque la destrucción no fue generalizada, el sismo dejó escenas dramáticas, como piscinas en azoteas vertiendo su agua por los empinados hoteles y edificios de apartamentos de la ciudad.
Además, la evacuación de los hospitales llevó a una mujer a dar a luz enfrente del recinto y a un cirujano a terminar una operación al aire libre.
*Con información de AFP.
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