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Marine Le Pen, líder de ultraderecha, pasó a la ofensiva para poder presentarse a la presidencial de Francia
La política espera poder participar de los comicios de 2027.

La líder ultraderechista francesa Marine Le Pen se despachó este martes contra la condena judicial que la inhabilita para presentarse a elecciones, convencida de que finalmente podrá postularse a la presidencial de 2027 e incluso ganarla.
Su condena por malversar fondos públicos europeos, que dio la vuelta al mundo, representó un “sismo político” en Francia, según la prensa, teniendo en cuenta que la política de 56 años aparecía en posición de fuerza en los sondeos de la presidencial.
“El sistema sacó la bomba nuclear y si usan un arma tan poderosa contra nosotros, es evidentemente porque estamos a punto de ganar las elecciones”, dijo ante sus diputados Le Pen, a quien la condena le impide por ahora postularse a esos comicios.

Luego de tomar las riendas en 2011 del Frente Nacional, rebautizado Agrupación Nacional (RN), Marine Le Pen logró suavizar la imagen radical heredada de su padre Jean-Marie Le Pen y normalizar esta tendencia política, en paralelo a su avance en Europa y el mundo.
En 2017 y 2022, quedó finalista en las presidenciales que perdió ante el centroderechista Emmanuel Macron, que ya no puede optar a su reelección. Pero cuando todo parecía favorecerle para 2027, una condena se interpuso en su camino.

El tribunal correccional de París la condenó a cinco años de inhabilitación inmediata y a dos años de prisión, que podrá cumplir a domicilio con pulsera electrónica cuando la condena sea firme, en el caso de los falsos asistentes parlamentarios.
Le Pen, que siempre ha defendido su inocencia, ya de despachó el lunes por la noche contra una “decisión política”, propia de “regímenes autoritarios”, durante una entrevista en la cadena TF1, que cosechó casi un 40% de cuota de audiencia.
“Le prohibieron presentarse durante cinco años y ella era la principal candidata. Eso suena como este país, suena muy parecido a este país”, lamentó el lunes el presidente estadounidense, Donald Trump, en una de las muestras de apoyo en el mundo.
Aunque sus rivales de izquierda y centro llamaron en su mayoría a respetar las decisiones judiciales, la clase política se mostró dividida. El primer ministro, François Bayrou, expresó su “apoyo incondicional” a los jueces, aunque su entorno dijo la víspera que estaba “consternado” por la condena.

Ante las críticas, Rémy Heitz, uno de los altos más altos magistrados de Francia, defendió que “no es una decisión política, sino judicial” tras un “proceso justo” y se dijo “escandalizado” porque la presidenta del tribunal necesite protección policial.
Para un 57% de franceses se trató de una decisión judicial normal ante los hechos juzgados, frente a un 42% que la vio como una forma de impedir su candidatura en 2027, según un sondeo de Elabe. “Nadie está por encima de la ley”, dijo Marc Fonteneau, un elector de Marsella.
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