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Joe Biden tiene cáncer de próstata: especialista explica por qué es una enfermedad “agresiva”
Experto dio a conocer cuáles son los síntomas de la enfermedad, por qué es “agresiva” y qué tratamiento podría recibir el expresidente.

20 de may de 2025, 01:53 a. m.
Actualizado el 20 de may de 2025, 01:53 a. m.
Joe Biden, expresidente de Estados Unidos, fue diagnosticado con una forma “agresiva” de cáncer de próstata que se ha extendido a sus huesos. Durante el pasado fin de semana se conoció que el exmandatario y su familia ya evalúan el posible tratamiento que recibiría.
El diagnóstico, según informaron en un comunicado oficial, se dio luego de que el líder político de 82 años experimentara síntomas urinarios cada vez más intensos y de que se le detectara un nuevo nódulo en la próstata.
El médico William Quiroga, especialista en Urología, explicó a El País que la próstata puede presentar enfermedades benignas y malignas. “Las benignas ocasionan síntomas de forma temprana porque obedecen a un crecimiento de la parte central de la próstata que obstruye la salida de la orina de la vejiga”, señaló.

Sin embargo, comentó que el cáncer de próstata usualmente aparece en una región diferente de la próstata, por lo que “no causa síntomas sino hasta cuando es demasiado tarde y generalmente se manifiesta cuando es una enfermedad metastásica”.
Obstrucción urinaria y dolor pélvico crónico son algunos de los síntomas que puede manifestar un paciente con este diagnóstico, de acuerdo con el especialista consultado por este medio.
En su página oficial, la Sociedad Americana de Cáncer dice que es posible presentar dolor en las caderas, la espalda, el tórax (costillas) u otras áreas, cuando este tipo de cáncer se ha propagado a los huesos. Debilidad o adormecimiento de las piernas o los pies, o incluso pérdida del control de la vejiga también podrían ser signos asociados al cáncer.

En el caso de Biden, al ser una forma agresiva de este cáncer, “las complicaciones parece que están relacionadas con la presencia de una enfermedad metastásica. Esto implica que él puede presentar dolor de tipo óseo, secundario a la metástasis”, agregó el doctor Quiroga.
Y detalló que cuando hay enfermedad metastásica, “empeora el pronóstico de los pacientes”, pero, además “se trata de una enfermedad agresiva”. De ahí la importancia del tratamiento para evitar alguna progresión de la enfermedad, fracturas óseas o fracturas patológicas.
Hay que recordar que, según el comunicado del despacho de Biden, el cáncer que padece el expresidente tiene “una puntuación de Gleason de 9 (grupo de grado 5)”.
Esta puntuación, dice el urólogo, mide la agresividad del tumor. “La puntuación se da por grupos de 1 a 5. Que sea agresivo quiere decir que el tumor tiene una histología muy diferente a la histología usual de la próstata o del tejido prostático”, detalló.
“El presidente Biden tiene un grupo 5, lo que quiere decir que la agresividad del tumor que él tiene es de 5 sobre 5″, enfatizó.
A su vez, el especialista médico recalcó que pacientes en las condiciones que tiene el expresidente estadounidense reciben un tratamiento de tipo paliativo y no tratamientos curativos, “a menos que las metástasis en los huesos no sean tan altas”.

“Si es muy alto el número de metástasis, el tratamiento puede basarse en medicamentos que bloquean las hormonas masculinas, que son el alimento del cáncer de próstata. Estos generalmente se acompañan de otros medicamentos que inhiben las hormonas masculinas que se producen en sitios diferentes a los testículos", señaló el especialista.
De esa manera, explicó que podría concluirse que el tratamiento de Biden se basaría en una “dupleta”, integrada por mínimo un medicamento que bloquee las hormonas producidas por los testículos, y otros fármacos conocidos como ARPI para inhibir las hormonas producidas en otros sitios del cuerpo.
Cuando la enfermedad es más agresiva o más avanzada, el tratamiento sería una “tripleta”, que además de combinar el bloqueo hormonal y los ARPI, incorpora quimioterapia y unos medicamentos especiales conocidos como taxanos.
Comunicadora social y periodista de la Universidad Autónoma de Occidente, con experiencia en medios digitales y en radio. En El País se desempeña como periodista multifuente desde el año 2022.