Judicial
Récord en incautaciones, pero bajas en erradicación; esta es la paradoja de la coca en Colombia
Expertos señalan que ambas labores son necesarias.
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15 de ago de 2025, 10:13 a. m.
Actualizado el 15 de ago de 2025, 10:13 a. m.
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En las últimas décadas, la lucha contra el narcotráfico ha sido una de las prioridades en Colombia.
Según un reciente informe del Ministerio de Defensa conocido por El País, en el primer semestre del año las incautaciones de cocaína superaron el récord de 2024, con 487 toneladas decomisadas; sin embargo, las cifras de erradicación son de las más bajas en los últimos diez años, con 2683 hectáreas de hoja de coca.
El consultor en seguridad y experto en inteligencia estratégica Iván Carvajal afirmó que actualmente se vive una paradoja: “Nunca antes se había incautado tanta cocaína, pero tampoco nunca antes se había producido tanta cocaína. O sea, no estamos haciendo nada, porque, aunque hay un esfuerzo por la incautación, también hay un aumento en el cultivo y la producción”.
El informe del Ministerio de Defensa señala que la erradicación de hoja de coca ha aumentado 15 % entre enero y junio de 2025, pues en el mismo período del año anterior solo hubo 2183 hectáreas afectadas. Esta cifra es muy inferior a las 40.276 hectáreas erradicadas en el mismo período de 2022.

Por ello, Carlos Rojas, exsecretario de Seguridad de Cali e investigador independiente de GovLab en Políticas Públicas Comparadas de Latinoamérica, indicó que esta producción masiva incrementa la violencia en los principales enclaves cocaleros, como Cauca y Catatumbo, afectando a los campesinos.
“Hay una intensa competitividad entre los grupos armados, por lo que los campesinos, que en su mayoría no conducen el negocio, quedan restringidos y la política de erradicación manual se hace difícil”, explicó.
Además, los especialistas dijeron que las promesas de sustitución por parte del Gobierno Nacional no se han cumplido.
“El Gobierno les ha ofrecido programas de sustitución por cacao, por café, por plátano, por orellanas (un hongo comestible) y la gente se mete en el programa, les pagan los dos primeros meses y luego les dejan de pagar. Entonces esas personas se devuelven a cultivar coca, porque necesitan vivir de algo”, enfatizó Carvajal.
Otra de las complicaciones para la erradicación de las hectáreas de hoja de coca es el peligro que enfrentan quienes se dedican a estas labores, ya que las estructuras ilegales atacan a quienes amenazan su economía.

“La radicación manual exige unas condiciones de seguridad muy amplias; casi que por cada hectárea donde se tienen los radiadores manuales hay que tener Ejército acompañando y, adicionalmente, se debe poner tecnología para que las minas antipersonal no afecten la vida de las personas que hacen estos procesos”, detalló Rojas.
Por este motivo, los expertos concordaron en que se debe trabajar con las comunidades, pues “en la medida en que no haya confianza en el Estado, seguirá habiendo control territorial de los bandidos en esas zonas”, puntualizó Carvajal.
Récord en incautaciones
Entre enero y junio de 2025 se incautaron 487 toneladas de cocaína en Colombia, superando el récord de las 441,3 toneladas de 2024 y convirtiéndose en la cifra más alta de la última década.
“El Ministerio de Defensa tiene una estrategia acorde a sus capacidades. Hay que rescatar el trabajo de Armada Nacional en el Pacífico, de inteligencia que está haciendo la Policía y el Ejército con su batallón contra el narcotráfico, así como la interdicción que está haciendo la Fuerza Aérea”, agregó.

Sin embargo, el consultor en seguridad y experto en inteligencia estratégica indicó que esto no es suficiente si no hay articulación con el Ministerio de Agricultura en materia de erradicación y sustitución: “No están entendiendo el territorio, porque las estrategias las diseñan desde un escritorio en Bogotá, pero no conocen la gravedad del asunto en la zona rural de Jamundí, Caucasia o Tibú”.
Por su parte, Carlos Rojas destacó que los esfuerzos en la incautación tienen un impacto en las economías, “porque se reduce el flujo de dinero; además, se disminuye la posibilidad de que estos adquieran elementos propios, no solamente para el cultivo, sino también para alimentar el otro brazo, que es la compra de armas y el lavado de activos”.
Comunicadora social de la Universidad Santiago de Cali. He sido reportera en temas étnicos, tengo experiencia como periodista comercial y judicial. Disfruto la moda, las tendencias y soy apasionada por la lectura, el café y las buenas historias.