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La historia del estafador que ‘noqueó' los sueños del campeón mundial de boxeo Óscar Rivas

El falso millonario ofreció pagar 2,5 millones de dólares para hacer la pelea en Cali, pero desapareció con el dinero de varios empresarios. La WBC despojó a Rivas del título por no haber hecho la defensa.

21 de mayo de 2023 Por: El País
Batalla en Cali. Pelea de Óscar Rivas.
Batalla en Cali. Pelea de Óscar Rivas. | Foto: El País

El sueño de que uno de los grandes casinos de Las Vegas, Nevada, se trasladar´s durante una noche a Cali para una velada boxística por campeonato mundial, duró muy poco.

Mientras la Alcaldía esperaba que la ciudad recuperara su condición de Capital Deportiva de América y el boxeador Óscar Rivas se alistaba para la primera defensa del título ante el polaco Lukasz Rozanski, el plan del enigmático empresario caleño era otro.

Pelea de Rivas en Cali
Pelea de Rivas en Cali | Foto: Foto especial para El País

Con el nombre de ‘Batalla en Cali’, se empezó a promocionar en las principales ciudades del país esa primera defensa del título histórico que alcanzó Rivas en el peso Bridger de la WBC en septiembre de 2021 en Montreal (Canadá), ante Ryan Rozicki.

Con la empresa Wide Sports se firmó un contrato el 4 de enero de 2022 para buscar aliados comerciales y patrocinadores en Colombia. Fue entonces cuando apareció el millonario caleño Juan Carlos Criollo que, sin un peso en el bolsillo, anunció que pagaría la bolsa de los $2,5 millones de dólares que debían consignarse en una fiducia en Estados Unidos a nombre del Consejo Mundial de Boxeo (WBC).

Óscar Rivas, boxeador vallecaucano.

El anuncio de Criollo de dar el dinero de la bolsa contagió de entusiasmo a todos. La Alcaldía ofreció a través de la Secretaría de Deportes cerca de $1.500 millones; el Ministerio del Deporte se sumaba con $1.500 millones más y el Instituto de Recreación y Deporte del Valle, Indervalle, destinó un rubro de $300 millones.

“Raúl Aponte, representante de Óscar Rivas en Latinoamérica, y el mismo boxeador, me informan que ya está el empresario para la realización de la pelea aquí en Cali y que le hiciera el puente con la Secretaría de Deportes y con Indervalle”, cuenta Harold González, facilitador del evento. “Por mi relación con estas entidades hubo una respuesta positiva de ambas entidades, que estuvieron dispuestas a apoyar un evento de importancia para la ciudad”.

Entonces viajaron a Cali desde Toronto Óscar Rivas y su apoderado, el promotor de boxeo francocanadiense Yvon Michel, y desde Polonia el retador Lukasz Rozanski y su representante para empezar a preparar la gran pelea en la capital del Valle. Desde Bogotá también llegó el inversionista Criollo.

Óscar Rivas y el retador polaco Lukasz Rozanski en el cara a cara que sostuvieron en Cali. | Foto: Foto: Bernardo Peña / El País

Llegó a Cali en hombros

En su primera visita a Cali como patrocinador de la pelea, Juan Carlos Criollo fue recibido como el magnate que dijo ser. Para evitarle algún riesgo, era transportado en camioneta blindada y se hicieron las gestiones para que contara siempre con escolta militar o de Policía.

En esa primera rueda de prensa estuvieron todos los medios, pero pocos advirtieron que el empresario evadía las fotos y las cámaras. En las pocas imágenes en las que aparece luce tímido, intentando imitar con su puño el gesto de los dos peleadores.

Promoción de la pelea
Promoción de la pelea | Foto: Foto especial para El País

Hasta entonces Juan Carlos Criollo todo lo que había hecho era el anuncio de invertir, pero aún no había sacado un solo peso de su bolsillo.

Cuando llegó el momento, acudió a Harold González, el facilitador de la pelea en Cali, para que le prestara dinero mientras se hacía efectivo el giro de $1,5 millones de dólares que recibió de Aguas Calientes, México, y al que no podía acceder hasta que el “banco confirme que no es plata de actividades ilícitas”, decía Criollo, representante legal del Grupo Empresarial Jabes 77 S.A.S.

Con esa misma empresa, que según registro de Cámara de Comercio se dedica a la venta ‘al por mayor de bebidas y tabaco’, y cuya sede es un segundo piso de una casa en el centro de Palmira, firmó el acuerdo de organización del evento el 25 de febrero de 2022 con el Groupe Ivon Michel Inc, de propiedad del apoderado de Rivas.

Allí se compromete a hacer tres pagos a la WBC por $500.000 dólares cada uno y uno por $1 millón de dólares un mes antes de la pelea, pese a que el capital que registra en Cámara de Comercio de su grupo empresarial es de solo cinco millones de pesos.

Óscar Rivas promoción
Óscar Rivas promoción | Foto: Especial para El País

Aunque la angustia se apoderaba de los expertos en el boxeo porque aún no tenían el certificado de la WBC para la pelea, ni Criollo entregaba la constancia del primer pago que debía realizar el 11 de marzo del 2022, siguieron los eventos de promoción y ruedas de prensa en Bogotá y Barranquilla.

Como el banco aún no desembolsaba el giro del millón y medio de dólares que llegó de México, la empresaria Natalia González, quien fue contratada para trabajo protocolario, organización del evento y toda la parte publicitaria, incluida la construcción de la página web de la ‘Batalla en Cali’, le prestó $116 millones para ir cubriendo esos gastos. Además, Criollo no quería un espectáculo y en medio de aplausos anunció un show artístico antes de la pelea con Natalia París, Ómar Geles, Willie Colón, Jennifer López y Marc Anthony, entre otros.

Pero seguía sin presentar el certificado de la WBC y Harold González empezó a presionarlo por el comprobante del pago al Consejo Mundial de Boxeo y por los $40 millones que le había prestado mientras podía disponer del giro que llegó de México.

“Fui a hablar con el empresario que había traído a Marc Anthony a Cali y delante de mí llamó a su representante y le respondió que eso era falso; que solo traer a Marc Anthony costaba más que la pelea y ya vi que algo estaba mal”, recuerda Harold González.

Pero cuando confrontó a Criollo, este sacó un comunicado diciendo que González “fue desvinculado desde el 30 de abril del presente año (2022) del proyecto” y que no estaba autorizado para realizar ningún trámite a nombre de Batalla en Cali.

Vino entonces la jugada maestra de Criollo y le propuso al apoderado de Óscar Rivas, a Yvon Michel, que le prestara los $500.000 dólares de la primera cuota a la WBC, que se los devolvía cuando el banco le habilitara el acceso al giro que llegó de México.

Para entonces, ya el falso empresario había salido sin pagar de un hotel en Cali el hospedaje de los peleadores, los apoderados y la familia de Rivas durante cuatro días; debía dinero en un reconocido lugar de comida del Pacífico y no había pagado ninguna de las actividades del personal contratado para la realización del evento.

Pero cuando el ambiente estaba más pesado, Criollo dio una gran muestra de confianza al llamar al apoderado de Rivas y citarlo en Miami para llevarle el dinero que él habría pagado a la WBC para la pelea. Eso reavivó la confianza de quienes le prestaron dinero.

Sin embargo, Yvon Michel viajó desde Montreal (Canadá) para esa cita con Juan Carlos Criollo en Miami, pero se quedó en un hotel esperándolo porque el millonario caleño ni siquiera tenía visa americana.

“Ese señor es un farsante; un estafador y hay que desenmascararlo de inmediato porque sigue actuando en la impunidad. Escuché de varias personas que le prestaron sus servicios y les pidió dinero y no les pagó. También supe que utilizó la figura de Óscar Rivas para hacerse de los recursos de algunos empresarios”, dice Raúl Aponte.

Natalia González, a quien se le llevó $116 millones de pesos, asegura que “no fue solo Criollo. Fue una cadena de personas detrás de la estafa porque también utilizó un supuesto pastor de una Iglesia y una señora que le hacía la parte de medios. A mí me dijo que era dueño de una marca de agua y de gaseosa que les vendía a las grandes cadenas nacionales de tiendas”.

Pese a dañar la carrera deportiva de Óscar Rivas, despojado del título mundial porque no hizo defensa del mismo, Criollo sigue con sus andanzas en Bogotá, donde figura, según registros que buscó El País, laborando en una empresa de inversiones de capitales.

Datos judiciales advierten que tiene once denuncias por estafa y falsedad en documentos y que su carrera delictiva inició en 2004 con una andanada de mentiras, como podrá leerse en la edición de este lunes festivo

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