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Director de la Base Aérea, general Oscar Gómez: “Si nos tenemos que ir de Cali, nos vamos, pero díganme dónde está la nueva Base para llegar a abrir la puerta”
Este domingo se cumple un mes de la explosión contra este lugar, atentado que dejó seis personas muertas y más de 170 heridos.
20 de sept de 2025, 02:54 p. m.
Actualizado el 20 de sept de 2025, 02:54 p. m.
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Este domingo se cumple un mes del atentado, con un camión bomba, a la Escuela Militar de Aviación Marco Fidel Suárez. Aquel jueves 21 de agosto fue un día triste para Cali, luego de que presuntamente guerrilleros de la disidencia Jaime Martínez de las Farc estallaran, a las 2:50 de la tarde, un camión bomba que dejó como resultado seis civiles muertos y más de 170 heridos.
El drama hubiese podido ser peor si un segundo camión, que tenía 600 kilogramos de explosivos, también hubiese detonado. “Estuvimos a tres centímetros de que eso hubiera ocurrido”, cuenta el General Oscar Mauricio Gómez Muñoz, comandante de la Escuela Militar de Aviación Marco Fidel Suárez.
En entrevista con El País, el general Gómez habló por primera vez con los medios de comunicación y contó detalles sobre por qué el segundo camión no explotó, reveló cómo han sido estos días luego del ataque y sentó su posición sobre el eterno debate de si la Base Aérea debe estar o no en medio de Cali.
Ya se cumple un mes del ataque con explosivos frente a la Escuela Militar de Aviación Marco Fidel Suárez. ¿Cómo han sido estos días?
Desde el primer día nos volcamos a entender la situación en la que se encontraban los vecinos y afectados. Desde ese momento se ha venido haciendo un trabajo muy importante en acompañarlos. La Alcaldía, con sus programas de las diferentes Secretarías, ha estado buscando diferentes opciones para ayudarlos.
Mucha gente depende de los locales que están sobre la Carrera 8 y nuestra misión fue empezar a ayudar y conocer de primera mano las situaciones para poder resolver los requerimientos que tiene este barrio.
También se ha vinculado la Gobernación del Valle. Es muy importante atender la parte psicológica de las personas porque hay que volver al trabajo, volver a caminar, volver a pasar por la vía y hacer su vida normal. Hay que regresar a la normalidad.
¿Cómo vivió el día del atentado? ¿Dónde estaba?
Yo estaba en mi oficina porque me encontraba en una reunión, la terminé y antes de sentarme en mi escritorio escuché esa explosión tan fuerte. En ese momento todo fue incertidumbre.
A mí me correspondió ir al centro de control para poder tomar las decisiones adecuadas y garantizar la vida y atención de las personas. Llamamos a los centros de emergencia para que nos ayudaran a atender la situación porque había muchos heridos.
Nos tocó asumir las posiciones para la defensa de la Escuela Militar de Aviación Marco Fidel Suárez y de las 1300 personas que estamos aquí, cerca de 950 nos encontramos en capacidad de tomar las armas para defender este lugar.
Los edificios presentaron algunos daños de infraestructura que tendremos que reparar, pero también resultaron dos soldados heridos con esquirlas.
Otra tarea que debimos realizar ese día fue desactivar los explosivos que no estallaron. Fueron 600 kilos de explosivos que afortunadamente no se detonaron.
¿Por qué no estallaron los otros explosivos? ¿Qué sabe usted al respecto?
Los cilindros tenían un dispositivo con cordón detonante, pero antes de ese cordón hay una cuerda que el terrorista enciende con fuego, quizás con un encendedor. Luego, el fuego recorrió la mecha, pero justo 3 centímetros antes de llegar al cordón detonante, se apagó.
Las razones sobre por qué se apagó la mecha antes de llegar al cordón detonante ya son tarea de los explosivistas, pero lo que sí sabemos es que 3 centímetros antes, la mecha se apagó. Si el fuego llega al cordón detonante, los otros 600 kilogramos de explosivo habrían estallado y la historia hubiese sido mucho peor.
Qué lo apagó, no lo sé. Mi teoría es que como inicialmente explotó el primer camión, tal vez la onda expansiva hizo que esta mecha se apagara. Hay quienes dicen que es un milagro. Es decir, estuvimos a un segundo o un segundo y medio de que el fuego llegara al cordón detonante y explotara. Si eso ocurre, la situación hubiese sido mucho más grave.

¿Cómo vivió usted, desde la parte personal, esta explosión?
Sobre las 3:30 de la mañana, cuando llego a mi casa y me quedo en las gradas, le agradecí al todopoderoso porque la tragedia no fue peor, pues donde estalle el otro camión la situación hubiese sido muy diferente.
También pensaba en la hora de los hechos, porque donde hubiese sido 2 horas más tarde la Carrera 8 estuviese más llena de carros y motos y hubiera hecho muchísimo más daño. Mi esposa y mis hijos no estaban en la base a la hora del ataque, entonces esa era una preocupación menos.
Luego, me senté a pensar en lo desgarrador que pasó. Me sentí impotente porque la gente no se merece que ocurra una cosa como estas. Me da mucha rabia porque yo ya sabía que en ese momento había entre 76 y 80 heridos. Pensaba en que no había derecho a causarle tanto daño a la gente y de esa manera tan descarada y desalmada.
No es justo que vengan a parquear dos carros en pleno momento de la vida de la gente. Eso incluso me daba mucha ira. La amenaza no tiene corazón porque no mide las consecuencias. Una persona en todos sus cabales no cometería un acto así.

¿El debate sobre si se debe o no mover la Escuela Militar de Aviación de Cali, es un tema que se habla entre los altos mandos o no?
Dentro de nuestras conversaciones, sacar de Cali la Escuela Militar de Aviación Marco Fidel Suárez no está en nuestros planes. Este activo estratégico se defendió para defender el suroccidente colombiano.
Las dinámicas de la ciudad hacen que hoy este activo esté dentro de la ciudad, al igual que como le ha ocurrido a muchas unidades militares.
En una emisora hablábamos al respecto y yo le decía, como alguna vez se lo dije al Alcalde de Cali, si nos tenemos que ir nos vamos de la ciudad, pero dígame dónde está la nueva Base Aérea para llegar a abrir la puerta.
Nosotros no vamos a llegar a otro lugar a construir una nueva Base Aérea.
Nosotros estamos aquí desde hace 92 años haciéndole el bien a la sociedad caleña y la Base Aérea no es la que ha atacado a los caleños, ha sido el enemigo.
Esa discusión siempre ocurre en situaciones como la que vivimos hace un mes o en momentos políticos.

¿Hubo o no tiempo de reaccionar cuando el disidente se baja del camión y, 30 segundos después, este explota? ¿Se alcanzó a hacer algo?
Dos minutos antes, nuestros hombres de la Escuela salieron en su camioneta a vigilar la base por fuera y a pasar revista por el perímetro.
Cuando analizo el video de lo que ocurrió, veo que son camiones que regularmente transitan por la Carrera 8. No sabíamos que esos vehículos venían, pues en nuestro radar teníamos otro tipo de vehículos como amenazas.
Otra circunstancia que ocurrió es que segundos antes se había accidentado un taxi muy cerca de la entrada de la Base Aérea y eso incomodó al segundo camión que tenía los explosivos. El primer camión sí alcanzó a pasar, pero el segundo inclusive se estrelló con el taxi para poder parquear donde lo hizo y que estallaran los explosivos.
Cualquier reacción es muy corta para ese tiempo y ni el más preparado de los operativos hubiese podido detener este ataque.
También nos sorprendió mucho este ataque por la hora en que lo ejecutaron. Ellos no tienen conciencia del daño y el sufrimiento que le pueden causar a la gente ya que lo hicieron en un momento en el que los ciudadanos transitan con normalidad.

¿Por qué dice que no esperaban el ataque a esa hora?
No es que estemos esperando que nos ataquen solo en la noche. Nosotros estamos preparados para que nos ataquen a cualquier hora ya que hay todo tipo de amenazas que tenemos que estudiar, analizar y prepararnos para defender.
Yo hablo de la hora porque considero que no se enfrenta la amenaza directamente con la fuerza militar. Las 2:50 de la tarde es una hora en la que se enfrenta la amenaza con la población civil. Ellos se esconden entre la población y le hacen daño a la población, pero no luchan por la población. Es una amenaza absolutamente cobarde.
Dañan a la sociedad, acaban con sus vidas, dañan sus establecimientos, sus casas, sus empleos, acaban con familias y generan muchas secuelas psicológicas en las personas.
Comunicador social y periodista de la Universidad Autónoma de Occidente. Especialista en comunicación y periodismo digital. Periodista del Diario El País desde el 2017 y docente universitario.