Cultura
‘Muertas de la risa’, una comedia con Lorna Cepeda y Natalia Ramírez
Las actrices, conocidas por su participación en Betty La Fea, harán reír con confesiones inesperadas este 25 de abril a los caleños, en la Arena USC.
La comedia Muertas de la Risa llega a Cali luego de cosechar éxitos en ciudades como Lima, Santiago de Chile y Buenos Aires. Protagonizada por Lorna Cepeda y Natalia Ramírez —actrices de la novela Yo Soy Betty, la Fea—, esta obra promete una noche de humor desbordante, verdades incómodas y una historia tan disparatada como profundamente humana.
En medio de la gira nacional de Muertas de la Risa, El País tuvo la oportunidad de conversar con Lorna Cepeda y Natalia Ramírez, quienes han vuelto a compartir escenario en una comedia que explora el dolor, el engaño y la sororidad, todo bajo la lupa del humor.
Esta obra, escrita por Juan Ricardo Gómez, recorre varias ciudades de Colombia, y Cali no podía ser la excepción. Natalia Ramírez cuenta: “Lorna tuvo la inquietud, a través de su mánager, de hacer algo teatral y pensó —gracias a Dios— en mí. Las dos buscamos a Juan Ricardo Gómez, director y autor de la obra. Todo comenzó en octubre del año pasado. Le pusimos fecha al estreno para que no se quedara en el aire, y arrancamos con tres funciones en Bogotá, con nuestra gran sorpresa que se agotaron y terminamos siendo tres más”.
Luego de este éxito, llegaron unos empresarios que las llevarían en febrero a la gira por Suramérica. La gira nacional llega hoy a Cali. Con un ritmo escénico trepidante, confesiones sin filtro y un humor que va del sarcasmo al absurdo con una naturalidad pasmosa, la obra ofrece una experiencia catártica para el público.
El escenario elegido para ver esta comedia es la Arena USC, en la Universidad Santiago de Cali, un espacio moderno, cómodo y con excelente acústica. La función de la obra es a las 8:00 p. m. Más información en el sitio web: www.qrboletos.com y en Instagram: @QRBoletos.
La gira empezó este 24 de abril en Ibagué, en Pereira será el 26, en Santa Marta el 30 y en Barranquilla el 2 de mayo.
¿De qué trata Muertas de la risa? ¿Cuál es el punto de partida de la historia?
Natalia Ramírez: Esta es una cosa que sucede mucho más de lo que la gente piensa. Infortunadamente, además, porque la historia comienza cuando dos mujeres se encuentran en la morgue para reconocer el cadáver de su ser querido… que resulta ser el mismo hombre. Ninguna conocía la existencia de la otra. Para cada una de ellas este es su compañero, su esposo, su cónyuge, su todo. Lo que sigue es una montaña rusa de emociones: rabia, dolor, recuerdos, incluso risas. Y es que esa tragedia compartida se convierte, infortunadamente, en el punto de conexión entre ambas. Ellas empiezan a compartir algo que es el dolor mutuo. Yo creo que en cada familia hay una historia de estas.
¿Qué temas explora la obra? ¿A quién está dirigida?
N. R.: La obra está dirigida a todos. Aunque parte de una experiencia femenina, lo que cuenta le puede pasar a cualquiera. Se habla del amor propio, de cómo muchas veces terminamos cediendo nuestras convicciones por mantener una relación. Reflexiona sobre los vínculos, la traición, el autoengaño y la necesidad de reevaluar lo que realmente nos hace felices.
¿Han tomado insumos de sus propias experiencias?
N. R.: No, esta obra ya estaba escrita. Juan Ricardo la había concebido incluso como un musical. Lo que hicimos fue quitar las canciones y llevarla al plano actoral. Eso sí, muchas veces en la vida real, una termina diciendo “amiga, date cuenta”. A mí me pasó una vez. Todo el mundo sabía que estaba siendo engañada, menos yo. Fue muy duro, pero salí de esa relación y gracias a eso conocí al amor de mi vida. Ya llevamos 26 años juntos.

Lorna, ¿cómo ha sido para ti interpretar esta obra? ¿Qué aporta desde tu punto de vista?
Lorna Cepeda: Esta obra muestra cosas que no deberían pasar, pero que pasan. Lo bonito es que algo tan dramático lo transformamos en comedia. Eso es algo muy colombiano: reírnos de nuestras tragedias. El público se divierte mucho, y creo que cumplimos nuestro objetivo. Además, tiene una reflexión importante sobre la actitud: la actitud lo es todo en la vida.
¿Qué papel juega el humor en la vida de cada una?
L. C.: Para mí, el humor es fundamental. Me ha ayudado a superar momentos muy difíciles y me permite tener calma en medio del caos. También he procurado que mis hijos tengan el humor como herramienta. La risa sana nos permite liberar lo malo, y Muertas de la risa es justamente eso: una comedia para sanar.
N. R.: Sí, sin humor, la vida sería muy aburrida. Yo no podría vivir sin reírme. La risa es catártica, y esta obra se apoya completamente en eso.
¿La obra toca temas sensibles en un país como Colombia?
N. R.: Sí, claro. Aunque no abordamos directamente temas como el feminicidio, sí hablamos de lo que nos afecta como seres humanos: la infidelidad, la traición, la frustración. No es solo una obra para mujeres, también es para hombres. No estamos haciendo una crítica, estamos mostrando realidades desde el humor.
Cuéntenos en qué locuras llega a incurrir una mujer ahora que ustedes se pusieron a analizar estos casos de la vida real.
N. R.: Okey, mira, lo que yo siento cuando estamos narrando esto, es que a la larga es como tratar de tapar el sol con un dedo. El hombre que es mujeriego, tú sabes cuando tu hombre es mujeriego y cuando no lo es.
A qué me refiero, a que el amor en pareja termina siendo un amor ajeno, porque el amor propio es que tú puedes llegar a conseguir la felicidad solamente tú sin necesidad de nadie, sin tener un compañero, sin tener una pareja, sin nada. Tú puedes ser totalmente feliz siendo tú, pero las mujeres y los hombres terminan buscando siempre un aliado porque la naturaleza es así. Y no solamente la naturaleza, sino también la sociedad, la cultura, la los matrimonios, la vida en pareja. Todo eso termina siendo como un establecimiento que cada ser humano debe cumplir, como los requisitos, ¿sí? Como que nace, crece, se reproduce y se muere. Y pues para reproducirse hay que estar en pareja.
Entonces es como algo que nos ha puesto inculcado, no solamente la naturaleza, sino la cultura, y terminamos cediendo una cantidad de cosas de cada ser por estar en pareja. Eh, y ahí es donde el amor propio empieza a decaer.

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