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Cali tiene a la artesana del cacao, que elabora chocolates con frutas y bebidas típicas como el viche; ¿de quién se trata?
Elaborados con cacao 100 % colombiano y con toques de frutas tropicales, estos dulces artesanales llevan 16 años conquistando paladares.
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11 de jul de 2025, 11:39 a. m.
Actualizado el 11 de jul de 2025, 11:39 a. m.
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Por Isabel Peláez R.
La comunicadora social caleña María del Carmen Terán Uribe descubrió en el cacao colombiano el tesoro mejor guardado del país. Mientras visitaba, hace 16 años, en Inglaterra, la casa matriz de una multinacional en la que laboraba, entró en contacto con el chocolate y pensó, ¿y por qué no hacerlo en Cali?
Mientras visitaba una planta de chocolates, el aroma la transportó a su infancia, cuando ella o su hermano cumplían años y su madre, Teresa, preparaba su torta especial, y ella le ayudaba revolviendo la masa y raspando con la cuchara —o los deditos— lo que quedaba en el recipiente.
Con esa herencia ancestral de la repostería, inició su sueño de hacer chocolates finos, elaborando las chocotejas, típicas de Perú. No podía dejarlas en su oficina, porque a su regreso, hallaba en la cajita dinero a cambio. Todos los días se repetía dicho ritual, hasta que se corrió la voz y ya no solo la buscaba su círculo cercano, sino otras personas, ansiosas por probarlas.
Lo que inició como un pequeño centro de producción, se fue convirtiendo en una tienda cada vez más frecuentada. Actualmente tiene su sede en el barrio Granada —Av. 9 N #16-11, y Santa Teresa —como le llamó a su chocolatería en homenaje a las benditas manos de su madre— ya cumple 16 años.

“Empezamos a explorar y de la chocoteja seguimos con las trufas, los bombones y la repostería con chocolate”, cuenta ella, pionera de este arte en Cali.
“Cuando empecé había muy pocos proveedores y materiales, tocaba importarlos”, admite esta estudiosa del cacao colombiano, quien asegura: “Acá tenemos una materia prima increíble, y una cantidad de frutas tropicales maravillosas que no tienen en Europa, pero creemos de manera errada, que el chocolate europeo es mejor y ese lo hacen con cacao africano, que es de una variedad menos aromática que la nuestra”.
Así, esta experta chocolatera, quien comparte, como docente, su conocimiento en la Universidad Javeriana, con los estudiantes de gastronomía y artes culinarias, le dio un sello autóctono a sus chocolates con los frutos que da esta tierra: hace trufas con centro de maracuyá y lulo, chocolates con chontaduro, chocotejas de uchuva, o con corazón de viche y otros licores del Pacífico, dándoles ese diferencial que los hace únicos.

“En todos los países todos los chocolates son como lo mismo, ¿no? Yo les quise dar un acento diferente, por ejemplo, hacer chocolates con nuestro café”, señala.
Por eso, no dudó en invitar a chefs locales a intervenir sus creaciones de cacao y darles sabores propios de sus cocinas. Así nacieron chocolates con toque de chicharrón y mamey, con el restaurante de cocina vallecaucana Ringlete; trufas de tocineta con Cervalle; bombones de mambe de coca, e incluso de wasabi con el restaurante japonés Satomi Bento.
Otro imperdible son las cascaritas artesanales de naranja recubiertas de chocolate al 70 % amargo, que logran un contraste exquisito al paladar. Hay que probar la torta de doña Teresa, receta con 60 años de tradición con pasta pura de cacao. Y no olvidar el maridaje: “Un café, americano, capuchino o expreso acompañado de una trufa, un bombón o cascaritas de naranja, es perfecto”.

Beneficios
La manteca de cacao, la grasa natural, contiene feniletilamina, que genera bienestar, euforia, la misma sensación del enamoramiento. Es una grasa buena, como el aceite de oliva o del aguacate, controla el colesterol malo y sube el colesterol bueno. Tiene fluor, calcio, es fuente de antioxidantes.
En datos
Los chocolates son elaborados con cacao 100 % colombiano, de varias regiones del país, como el Valle, Cauca, Caldas y Meta.
María del Carmen ofrece el chocolate surtido, y también por lo que pese. Es decir, tabletas con diferentes toppings y cascaritas de naranja, se pesan y se les da su valor.
Isabel Peláez. Escribo, luego existo. Relatora de historias, sueños y personajes. Editora de cultura, entretenimiento y edición de contenidos digitales.