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“Visita del Papa fueron los días más bellos, en los últimos 25 años en Colombia”: Monseñor Javier Múnera recuerda a Francisco
Se realizó este sábado, 26 de abril, la funeral del papa Francisco, que tuvo una participación masiva en Roma.

Por Por Andrés Felipe Suárez/Colprensa
El papa Francisco fue uno de los pontífices más cercanos a Colombia. No solo por ser latinoamericano y por haber visitado al país durante su pontificado, sino porque fue siempre uno de los principales aliados en el mundo de la paz en Colombia.
Tras su muerte, la Iglesia se enfrenta a una disyuntiva: profundizar la transformación que inició el papa argentino o aferrarse más a sus tradiciones. En los próximos días, estas visiones se confrontarán en el cónclave en que se elegirá su sucesor.
En Colombia, la Iglesia continuará, como lo ha hecho desde hace muchos años, prestando su auxilio espiritual para la búsqueda de esa paz que ha sido tan esquiva.
En entrevista con Colprensa, el presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Francisco Javier Múnera, habla sobre lo que viene para la Iglesia Católica con la elección del nuevo papa y qué perspectivas ve para avanzar en negociaciones de paz, que, reconoce, no están en una etapa fácil.
También habla sobre los problemas que enfrenta el sistema de salud, respecto del cual la Conferencia Episcopal se ha ofrecido como mediadora, para evitar que esto afecte a miles de colombianos como lo ha venido haciendo.

¿Cómo recibió la Iglesia la muerte del papa Francisco que, en cierta forma fue inesperada?
La muerte de Papa pues alguna manera nos ha cogido de sorpresa y nos ha llenado de consternación. Por otra parte, no podemos desconocer que el papa estaba preparado. Nosotros preveíamos que su estado de salud se había deteriorado muy fuertemente después de esos 38 días que pasó en el hospital en Roma y sabíamos que ya estaba preparándose para la parte final de su vida.
Muy impresionados por la valentía en el domingo pasado con el urbi et orbi, la bendición a la ciudad, al mundo y querer despedirse y agradecer a toda la gente que estaba reunida en la Plaza de San Pedro.
Se tiene el concepto del Papa Francisco como un “revolucionario”, ya que habló de política, de futbol, de la comunidad LGBTI. ¿Cuál es el legado que deja?.
Al papa yo lo consideraría como un reformador, no como un revolucionario. Yo lo considero más un inspirador, un hombre que se dejó inspirar por el evangelio y los grandes santos de la iglesia. Un hombre que supo conectarse con toda la humanidad, conectarse con los más descartados de nuestra sociedad.
En estos 12 años de su ministerio supo conectar con los abuelos, pero impulsar la novedad de los jóvenes de las nuevas generaciones. Supo crear una comunión intergeneracional, una comunión intercultural y racial, es decir, un hombre planetario.

Francisco tuvo su visita en Colombia en 2017. ¿Cómo fue esa cercanía del Papa con el país?
Fueron los 5 días más bellos que haya vivido Colombia en estos 25 años. No tuvimos ningún hecho doloroso qué lamentar en temas de conflicto armado, días de paz y de alegría, donde Francisco nos daba una bendición especial.
Nos abrazó como nación y nos propuso a todos la consigna del primer paso del perdón y la reconciliación. Desafortunadamente, nos quedamos todavía a mitad de ese paso, pero tenemos en la memoria ese llamado y también ese compromiso que siempre nos lo recordó.
¿Qué viene ahora? ¿Cómo es este proceso en el cónclave para elegir al nuevo papa?
Luego del duelo, donde en la Basílica de San Pedro se recibió la visita y el agradecimiento de todos los que pasarán a rendirle un homenaje, el sábado tendrán lugar la misa funeral en la mañana y su cuerpo, como él lo quiso, será enterrado cercano en un lugar cercano al altar de la Virgen en la Basílica de Santa María la mayor.
Luego vendrán 9 días, como un novenario especial de misas que se celebrarán en todo el mundo, y ya para el lunes 5 de mayo comienza el cónclave.
Ya han iniciado las congregaciones de los cardenales, son más de 200 que se reúnen todos para recibir un informe global de la Iglesia en el mundo. Esto permitirá que los cardenales vayan perfilando las características de quien podría ser el sucesor.
Allí serán solo 135 cardenales electores que son menores de 80 años, entre ellos nuestro cardenal Luis José Rueda, el único por Colombia que participará en ese escenario. De 135 se necesitarán en cada votación 2/3 partes, que equivale a unos 90 votos más o menos.
¿Se esperan grandes cambios con la llegada del nuevo papa luego de lo que hizo Francisco?
Creo que la iglesia está muy preparada en este cónclave, venimos de casi 4 años de un ejercicio sinodal y en el 2023 y 2024 nos ha abierto un escenario donde los grandes temas controversiales están siendo trabajados.
Hay 10 grandes temas que el Papa puso aparte para que sigan siendo profundizados y que la iglesia está llamada a dar: una conversión en sus relaciones que pueden ser cada vez más fraternas, menos piramidales y más circulares.
Segundo, una conversión en todos los procesos de discernimiento y de participación, donde especialmente las mujeres puedan tener más espacio para contribuir desde su riqueza espiritual y también desde su riqueza profesional, en todas las decisiones de orden pastoral, económico y administrativo.
Además de una conversión en todos los procesos de formación, la iglesia tiene que buscar cada vez más consensos, donde seamos acogidos en nuestra propia diversidad e identidad.
La iglesia siempre ha sido garante en procesos de paz ¿Cómo ven estos diálogos y la situación de violencia en el país?
La tarea nuestra como Iglesia es trabajar por el perdón, la paz y la reconciliación. Por lo tanto, si hay una mesa de negociación, un equipo verificador o un cese al fuego humanitario, allí estaremos.
El panorama en este momento no es fácil porque las partes del gobierno y grupos armados tiene sus posicionamientos y sus líneas rojas a las cuales de pronto no se atreven a cruzar.
Se están cerrando las posibilidades, pero hay que mantener siempre una ventana abierta y que no se cierren las posibilidades a un diálogo político. La realidad es muy compleja y estamos en etapa no fácil, pero no podemos desfallecer.
Desde la Iglesia se ofrecieron al gobierno como garantes en el tema del sistema de salud. ¿Cómo ven esa situación actual?
La posición de la Iglesia es poder facilitar espacios de acercamiento, porque lo que está en juego es fundamental, es la vida de las personas, la salud, es lograr que se flexibilicen las exigencias.
En ese esfuerzo estamos avanzando y también les corresponde a otras instancias del Gobierno como la Defensoría del Pueblo; también corresponde al Congreso quiénes tendrán que tomar muy en serio el tema de la reforma de la salud y avanzar en ella.

¿Tuvieron respuesta del Gobierno a esa propuesta?
Sí, hay una disponibilidad porque entienden nuestra misión pastoral. Se debe intentar encontrar caminos para afrontar la crisis humanitaria en este momento, la atención a la salud, el tema de las medicinas, el tema de acompañar a las personas en mayor dificultad por sus tipos de enfermedades. Entonces EPS y gobierno tienen que encontrar fórmulas porque está en juego la vida de las personas.
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