“Me decían que tenía que pedirle a Dios que me cambiara”: Historia de un joven gay que la iglesia intentó volver heterosexual

Puede pasar en muchas ocasiones que las personas se nieguen a aceptar la inclinación sexual de un hijo, hermano, primo o amigo, hasta el punto de aconsejar tratamiento religios, que, seguramente, los van a ‘curar’, pero muchas veces, esto, se puede convertir en una tortura.

Segio Chacón Barrera, codirector de la Alianza Social LGBTI de Antioquia, le contó a El Colombiano toda su experiencia, en la que se aseguraron que le quitarían su homosexualidad a través de una terapia, sino que para el, al final todo se conviritó en un tormento.

Este joven de tan solo 22 años, le conto al diario paisa que además de estar al frente de las marchas y demás eventos que se realizan por la lucha de los derechos de las personas LGTBI, ha sido, por muchos años lider político, pero, en su momento, también fue líder en un movimiento juvenil de una iglesia cristiana.

Y fue precisamente ahí en donde le realizaron la terapia de conversión, es decir, en donde pretendían, que con una ‘terapia’, Barrera ya no sería más homosexual, de la cual, él mismo hoy se denomina como sobreviviente.

Sin embargo, esto lo llevo a vivir un largo proceso para poder salir de clóset y sentir que hacía parte de la sociedad como un hombre gay.

Pues en las terapias físicas que Chacón le contó a El Colombiano, se incluían métodos como electrochoques, meter la cabeza en baldes con agua fría, y lo peor. Asimismo, tuvo que enfrenter ‘terapias’ de violencia física, emocional, política y económica a través de la psicología.

El joven tenía solo 16 años cuando además la terapia tuvo que enfrentar presiones y chantajes, dado que “primero se enteró la iglesia que mi familia”, aseguró.

Él, por su temor a ser expuesto ante su familia, se vio en la obligación de aceptar el proceso, por eso, para empezar, le prohibieron que participara activamente en política y en otro espacios ciudadanos. “Básicamente me dijeron ‘no se junte con esa gente ni por el berraco’”, y por gente, se refiere a sus amigos o conocidos homosexuales, afirmó Chacón.

También añadió en conversación con El Colombiano, que “me sometían a ayunos, a vigilias, a cadenas de oración y a ‘espacios en el oratorio’. Así lo llaman ellos, pero se trataba de ponerme a aguantar hambre durante ocho días rogándole e implorándole a Dios que me quitara lo homosexual”.

En el momento en su familia se enteró de lo que estaba pasando, por la presión que ejercía la iglesia por su deseo de abandonar la terapia, ellos le pidieron a sus familiares que le quitaran todo tipo de apoyo económico, hasta cuando Dios lo convirtiera a heterosexual. En ese entonces, Chacón cursaba segundo semestre en la Universidad de Antioquia.

Cabe mencionar que todo este proceso ocurrió sin autorización previa de los padres de Barrera, pues el joven era menor de edad cuando todo ocurrió. Pero aunque ocurrió de esa manera, en caso de investigar el acto, la iglesia podría decir que fue un acuerdo entre ambas partes.

Por eso, Sergio trabaja hoy en el Congreso para evitar que más jóvenes tengan que seguir atravesando por esa misma experiencia. Él está buscando un proyecto de ley que permita darle un agravado tipo penal, pero también establecer un marco legal y jurídico a este tipo de práctivas en las iglesias.

Aunque Sergio asegura que “uno no siempre lo termina de superar, porque es que finalmente tocan las fibras personales”. Hace poco contó su experiencia en el Congreso, recibió todo tipo de comentarios, hasta de la iglesia atacándolo e insultándolo. “Son cosas que todavía me duele”, aseguró.