Cali
¿Por qué se inundan los barrios La Campiña, El Bosque y Chipichape cuando llueve en Cali? Expertos explican las razones
La erosión del cerro de Las Tres Cruces, junto a las basuras arrojadas en los canales, hacen parte de la problemática.

Jorge Escobar Banderas
Periodista migrante. He trabajado para Caracol Radio y El Espectador, actualmente cubro Cali y Economía en El País.
13 de abr de 2025, 02:31 a. m.
Actualizado el 14 de abr de 2025, 01:43 a. m.
Cae la tarde en Cali y el cielo nublado es el anticipo de la lluvia que está por caer en la ciudad. Uno de los sectores más afectados por esta situación es el norte, en especial los barrios La Campiña, El Bosque y Chipichape; ahí el caudal del agua junto al lodo que desciende del cerro de Las Tres Cruces, se convierten en el cóctel perfecto para colapsar el sistema de alcantarillado e inundar las calles.
Sin embargo, vale la pena cuestionarse cuáles son las causas detrás de esas inundaciones.

Los torrentes que bajan desde lo alto de la montaña arrastran las basuras acumuladas en las calles hasta los sumideros, y terminan por obstruir su paso hacia el drenaje.
El desprendimiento de material proveniente del cerro Las Tres Cruces es cada vez más frecuente en época de lluvia. Ante ello, Lina Ospina Ostios, geóloga y docente de la Universidad del Valle, indica que el cerro está desprovisto en varios lugares de vegetación, lo cual facilitaría el flujo del agua que baja hacia la parte urbana.
“La función de la capa vegetal es reducir el impacto que tiene la gota de lluvia que cae directamente sobre el suelo. Entonces, cuando el agua cae sobre las hojas de los árboles, ello le resta fuerza”, explica.
La experta manifiesta que el agua corre con mucha más fuerza por el cerro y eso va despegando de manera paulatina parte del terreno.
“Cuando usted tiene una pendiente, el agua corre y en esas pequeñas zonas desprovistas de vegetación se produce la erosión”, sostiene.

Mónica Londoño, directora de Ecosistemas del Dagma, señala que el desprendimiento de material también se encuentra relacionado con el impacto de las actividades humanas, tal como es el ascenso al cerro, tan característico de la época de Semana Santa.
“La gente, cuando visita el cerro, de pronto por aumentar la dificultad en la subida o por recortar camino, empieza a abrir nuevos senderos y a meterse por espacios que estaban en conservación. Es ahí donde estamos degradando estos senderos y causando nuevas problemáticas”, precisa.
Argumenta que la alta afluencia de personas, junto al incremento en las precipitaciones, poseen una incidencia bastante significativa en la actividad del cerro.
“Con las lluvias aumentan los riesgos de deslizamiento en la zona. Adicionalmente, como se nos ha crecido el número de caminantes en las noches, cuando el ecosistema debería descansar, se está ocasionando degradación y eso es lo que hace que el agua baje con tanta sedimentación y produzca los problemas que se presentan en la zona de abajo”, aclara la funcionaria del Dagma.
Londoño resalta que los cerros de Cali se caracterizan por tener una baja absorción de agua, debido a su composición de piedra y arcilla, lo cual incide en el proceso.

“Como tenemos tantos caminantes, nos están afectando la zona en conservación. Entonces las aguas no se infiltran en la parte de arriba, sino que se dispersan a lo largo del cerro, y eso es lo que pone en peligro la parte de abajo”, apunta.
La directora de Ecosistemas del Dagma enfatiza en que los caminantes son solo una parte de las problemáticas, pues también se ha identificado que otras actividades colocan en riesgo la estabilidad de la montaña.
“Tenemos otro problema y es que los senderos están siendo utilizados como pistas de motocross y bicicross. Esto genera una afectación mayor al ecosistema”, dice.
Para la funcionaria del Dagma, las acciones de control que se realizan de forma preventiva no son suficientes para hacer frente al caudal de agua que debe manejarse en medio de las precipitaciones.
“A veces es tanta la presión que tienen los cerros, que ni las obras de drenaje, ni los canales de aguas lluvias están siendo suficientes, porque arrastran mucho material”, declara Mónica Londoño a El País.
El alcantarillado
Con la lluvia, el caudal de agua se dirige hacia sectores como Chipichape, La Campiña y El Bosque por varias de las quebradas del cerro de Las Tres Cruces. Sin embargo, tal como lo mencionan las expertas, la erosión y la falta de vegetación hacen que se pierda la absorción del suelo, se desborde la capacidad de los caminos y baje el agua de forma acelerada.
Marco León, gerente (e) de Acueducto y Alcantarillado de Emcali, comenta que durante los últimos meses se ha trabajado por mejorar la capacidad de respuesta en este punto de Cali, considerando las afectaciones que son producto de las lluvias.
“Hemos encontrado que sí se está haciendo el mantenimiento de los sumideros, los canales y las quebradas, pero, desafortunadamente, tenemos una cultura en la ciudad donde los canales se han convertido en depósito de residuos”, señala.

No obstante, una de las prioridades, además de la limpieza y las labores de pedagogía entre los ciudadanos, ha sido el diseño de un plan para mejorar la infraestructura de drenaje en este sector de la capital vallecaucana.
“Estamos trabajando conjuntamente entre Emcali y la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca, CVC, para ampliar la capacidad de los canales de Chipichape, Bataclán y Santa Mónica. Este proceso inició el año pasado y esta semana empezamos con la ejecución de las obras”, dice León.
La secretaria de Gestión del Riesgo de Cali, María Alexandra Pacheco, indica que desde su entidad se han articulado esfuerzos para realizar trabajos de mantenimiento en ese punto.
“Esto nos va a permitir que entre la parte alta y la parte plana de la ciudad se puedan regular, mucho más, las descargas de agua que ocurren cuando se presentan fuertes lluvias”, señala la funcionaria.
Uno de los puntos neurálgicos durante las inundaciones en el norte de la ciudad es el sector del hundimiento de Chipichape. Ahí las autoridades trabajan en la construcción de nuevos sumideros.
“Estamos trabajando de manera interna con los ingenieros de Emcali para tener la posibilidad de construir unos sumideros que nos permitan tener una mayor capacidad hidráulica de conducción”, indica Marco León Villegas, gerente (e) de Acueducto y Alcantarillado de Emcali.

La comunidad
El 15 de mayo de 2024, el barrio La Campiña fue uno de los sectores más perjudicados de la ciudad por la fuerza de las aguas que bajaban de la montaña, y rebosaban la capacidad del sistema de drenaje.
William Benavides no olvida esa tarde, cuando su vivienda quedó bajo el agua. Si bien la vida de él y su familia no corrieron peligro alguno, perdió todas sus pertenencias.
“Acá el tema es complejo, ya casi es un año de cuando tuvimos una inundación, y eso fue una avalancha de residuos que vinieron de la parte alta. Aquí nos llegó de todo, estuvimos repletos de basura y barro”, menciona.
A su juicio, el sector donde habita requiere de una solución mucho más integral, que permita hacer frente a las inundaciones que allí se registran.
“El problema es que tenemos un cuello de botella con el canal, cuando se dirige hacia la Avenida Sexta; eso hace que las aguas se represen acá”, manifesta.
Benavides resalta que es necesario tomar acciones integrales para evitar situaciones similares donde muchas más personas puedan verse afectadas por las aguas que bajan desde la montaña cuando llueve con gran intensidad.
“Deben tomarse medidas. Este es un asunto muy serio y no queremos que vuelva a pasarnos lo mismo. La única respuesta es que a veces vienen con soluciones temporales, las cuales no permiten atender el fondo de la situación”, afirma.
Amado Jaramillo es el presidente de la Junta de Acción Comunal, JAC, del barrio La Campiña y afirma que desde hace varios años los vecinos se sienten atemorizados por cada lluvia que cae sobre el sector.
“Cada que llueve en la montaña, estamos recibiendo agua de más o menos 18 causes intermitentes nuevos. Muchos de ellos no tienen cómo canalizarse y eso está haciendo que se rebose la capacidad del sistema de canales de aguas lluvia que tenemos en el barrio”, afirma.
En búsqueda de soluciones, desde la JAC encontraron la posibilidad de articularse con varias dependencias de la Alcaldía de Cali, para avanzar en la construcción de soluciones que permitan mitigar el riesgo de inundaciones durante las precipitaciones.
“Venimos trabajando fuertemente con la Secretaría de Gestión del Riesgo para buscar la forma de intervenir la montaña, y eso no es un trabajo sencillo, lo cual nos va a tomar varios meses”, anota.
Jaramillo resalta que una de las respuestas más tangibles entre los vecinos ha sido la consolidación de la Mesa Intersectorial de Gestión del Riesgo de la Comuna 2, Migret, con la cual se han diseñado planes para contener las situaciones de riesgo que ahí ocurran.
“Somos la primera comuna que cuenta con esta infraestructura y es un equipo interdisciplinario donde está la comunidad y se encuentra la Personería, Emcali y la Secretaría de Gestión del Riesgo, apoyando desde el punto de vista administrativo”, indica.

El Presidente de la Junta de Acción Comunal de La Campiña señala que también se ha podido construir una matriz de mitigación para controlar las emergencias ocasionadas por las inundaciones y realizar la limpieza de varios puntos del drenaje.
“Durante estos últimos meses hemos podido limpiar los cinco desarenadores que tenemos en la comunidad, y cumplen una función muy importante para nosotros, como es retener todo el material de erosión que baja desde la montaña”, sostiene Amado Jaramillo.
Si bien se han realizado diferentes acciones para prevenir el riesgo en este punto del norte de Cali por las afectaciones derivadas por el invierno, todavía quedan varias tareas pendientes de ser solucionadas por las autoridades del Distrito.
Cabe resaltar que el pasado 30 de marzo de 2025, un muro ubicado sobre uno de los canales de aguas lluvias del sector colapsó luego de las intensas precipitaciones registradas en la capital vallecaucana.
Ante ello, acudieron las Empresas Municipales de Cali, Emcali, además del Dagma y la Secretaría de Gestión del Riesgo, para atender la situación y evitar que la comunidad pudiera verse en riesgo.
Jaramillo enfatizó en la necesidad de seguir concertando esfuerzos en la búsqueda de soluciones integrales que permitan reducir el riesgo originado durante las precipitaciones en el norte de la ciudad.
Jorge Escobar Banderas
Periodista migrante. He trabajado para Caracol Radio y El Espectador, actualmente cubro Cali y Economía en El País.
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