Cali
Capilla de la Medalla Milagrosa celebra 75 años: una tradición que late en el corazón de Cali
Cada martes, desde hace décadas, el templo se llena de fieles que llegan desde los diferentes barrios de Cali, para cumplir su cita con la fe.
Siga a EL PAÍS en Google Discover y no se pierda las últimas noticias

18 de nov de 2025, 10:31 p. m.
Actualizado el 18 de nov de 2025, 10:31 p. m.
Noticias Destacadas
Por Mario Andrés Lozada Tezna, productor de El País.
La Capilla de la Medalla Milagrosa, ubicada en el centro de Cali, cumple 75 años siendo uno de los espacios de oración más emblemáticos y queridos por los caleños. Este aniversario no solo marca la historia de un templo religioso, sino también la de una devoción que ha trascendido generaciones y que, con el tiempo, se convirtió en una tradición profundamente arraigada en la vida espiritual y cultural de la ciudad, gracias a Sor María Emilia Echeverri, quien fue la promotora del tradicional “martes de la milagrosa”.
Cada martes, desde hace décadas, el templo se llena de fieles que llegan desde los diferentes barrios de Cali para participar en las misas, presentar sus intenciones, agradecer favores recibidos o simplemente buscar un momento de silencio y paz.
La popular frase “martes de la Milagrosa” se ha instalado en el imaginario colectivo como una cita casi obligada, un recordatorio semanal de fe que une a miles de personas sin distinción de edad, género o condición social.

La historia de la capilla comienza en 1949, cuando la comunidad vicentina promovió la construcción de un lugar de oración dedicado a la advocación de la Virgen de la Medalla Milagrosa.
Con sencillez arquitectónica, pero con un profundo sentido espiritual, el templo pronto se convirtió en un punto de encuentro para los caleños, así como para comerciantes, estudiantes y viajeros que cruzaban diariamente por la zona. Con el paso del tiempo, la capilla se consolidó como uno de los epicentros de la religiosidad popular caleña.
Hoy, 75 años después, la imagen de la Virgen continúa siendo un símbolo de consuelo y esperanza para miles de devotos. Muchos fieles llegan con flores, velas o cartas escritas a mano que depositan con devoción, mientras otros participan en las novenas y eucaristías que se celebran a lo largo del día.
El ambiente es de recogimiento, pero también de profunda gratitud: son numerosos los testimonios de favores, sanaciones y “milagros” que los fieles atribuyen a su intercesión.

Más allá del aspecto religioso, la Capilla de la Medalla Milagrosa ha jugado un papel relevante en la vida urbana de Cali. Su presencia en una zona históricamente comercial y de alta movilidad la ha convertido en un espacio de pausa y refugio en medio del ritmo acelerado de la cotidianidad.
Para muchos caleños, pasar por allí un martes no es una obligación espiritual, sino un acto cotidiano, casi ritual, que forma parte de su identidad, así como decir en una conversa entre amigos “hoy es martes de la milagrosa”.
Lo cierto es que el “martes de la Milagrosa” sigue tan vigente como siempre y aporta una economía solidaria, debido a que, en las afueras del recinto religioso, los vendedores de camándulas, velas, rosarios, comida y bebida, hacen un sustento diario para sus familias.

A sus 75 años, la capilla no es solo un edificio ni un punto de oración. Es un símbolo afectivo de la memoria caleña, un espacio donde la tradición, la devoción y la esperanza se renuevan cada semana. Y mientras siga habiendo caleños que cada martes acudan con fe, la historia de la Milagrosa continuará escribiéndose, una oración a la vez.
6024455000








