Bienestar
Guía parental de emergencia para actuar ante los peligrosos retos virales a los que se exponen los niños en redes sociales
Los padres deben conocer las etapas del desarrollo cognitivo de los niños y niñas, para comprender cómo la exposición a pantallas y redes sociales representan un riesgo para su integridad.

1 de jun de 2025, 03:25 p. m.
Actualizado el 1 de jun de 2025, 03:25 p. m.
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Una caricatura de Juan Matías Loiseau, el famoso Tute, un agudo artista gráfico argentino, muestra a un niño que está sentado y, parece que por un segundo, levanta la cabeza, dejando de observar el celular que tiene en las manos, solo para responder a alguno de sus padres, que llamó su atención para que soltara el aparato, diciéndole: “La paradoja es que gracias a este teléfono me enteré de que no me lo tendrías que haber dado hasta los 14 años”.
La imagen, con mucho sentido del humor, señala el desconocimiento básico que muchos padres tienen sobre el desarrollo neuropsicológico de los niños y niñas, así como de la influencia en sus comportamientos derivada de los cambios hormonales cuando entran en la pubertad.

Son condiciones propias de su edad de crecimiento que, en términos generales, se corresponden, en primer lugar, con un nivel de razonamiento aún deficiente, y en segundo, con una desproporción emocional. Por lo tanto, es claro, desde un punto de vista científico, que no poseen el sentido crítico y la madurez necesaria para ser expuestos totalmente a las pantallas de dispositivos electrónicos y a las redes sociales.
No obstante, en el predominio actual de la cultura digital, es común encontrar casos de niños a temprana edad, ‘abandonados’ a su suerte con un celular en las manos, viendo sin control alguno, toda clase de contenidos en redes sociales y plataformas.
Entre tanto, una de las consecuencias más trágicas de esta sobreexposición digital son los llamados retos virales, que indujeron a que niños, niñas y adolescentes cometieran actos que pusieron en riesgo sus vidas, terminando por autolesionarse gravemente o muriendo.
Hace algunos años, un reto viral generó preocupación mundial, se llamó Blue Whale (“Ballena azul”), y promovía el suicidio entre menores de edad. Se registraron casos de niños y niñas que, manipulados por esta tendencia, murieron en Rusia, México, Brasil y Colombia.
Pero, antes que desaparecer, son muchos más los retos que circulan hoy en grupos de redes sociales, sobre todo en Tik Tok, donde se impone una dinámica que fomenta la imitación de comportamientos.
El más reciente, conocido como Blackout Challenge, o reto del apagón, causó la muerte de varios menores de entre 10 y 12 años, en Reino Unido, Estados Unidos, Italia y Chile.
En 2022, un niño de 8 años murió después de tragarse 10 imanes como parte de un reto de Tik Tok. Ocurrió en Reino Unido.

En 2024, un niño de 12 años murió intentando replicar un reto viral que consistía en colgarse de tractomulas. Ocurrió en Colombia.
Ante la falta de regulación de estos contenidos virales, no solo peligrosos, sino abiertamente manipuladores y criminales, los padres deben reforzar las estrategias de acompañamiento y dar una crianza que estimule el sentido crítico, pero reconociendo las etapas del desarrollo de sus hijos.
“Los niños tienen personalidades vulnerables, esto no se puede olvidar, y pueden caer en situaciones peligrosas, por eso es fundamental que confíen en sus padres y que estén acompañados”. Diego Mercado, psicólogo y director del programa de Primera Infancia en la Universidad del Valle.
Annie de Acevedo, neuropsicóloga y experta en crianza, es contundente al respecto, y explica que los niños y adolescentes no tienen las suficientes herramientas cognitivas para enfrentarse con estos contenidos de redes sociales, puesto que “hasta los 14 años no han desarrollado el lóbulo prefrontal del cerebro, que es el que regula el comportamiento, ejerce el control de impulsos y emociones, es decir, la conciencia que avisa y nos dice: ‘Esto es peligroso, cuidado, piénsalo dos veces’. Como no está desarrollado, el niño no tiene criterio de lo que está bien y está mal”.
De modo, que a esta edad, no tienen una capacidad de discernimiento, son mucho más influenciables y no evalúan las consecuencias de sus actos a largo plazo.
“Entonces, se vuelve muy importante la guía de los adultos, que consiste en hacer una presencia y acompañamiento constante, contrario a lo que piensan muchos padres, acerca de que llegada la pubertad y la adolescencia pueden dejar de estar tan atentos a sus hijos, en esta edad no pueden dejarlos solos, más aún con estos nuevos riesgos asociados a las redes sociales”, complementa Acevedo.
En este sentido, Cristian Giraldo, psicólogo y magíster en neurociencias, docente del Politécnico Gran Colombiano, sostiene que “hay diferentes estudios sobre la exposición exagerada a las pantallas, que describen sus efectos en la generación de las redes corticales del cerebro, las que ayudan en los procesos de pensamiento, y sugieren que se presentan niveles de toxicidad, sobre todo porque estos contenidos producen neurotransmisores como la dopamina, causante de la gratificación o placer”.
“Cuando se tienen altos niveles de dopamina, se corre el riesgo de caer en una adicción, y en los niños, como su cerebro está en desarrollo, apenas se están formando las redes neuronales y el lóbulo frontal, pueden caer en una repetición conductual, la necesidad de ver videos una y otra vez, estimulando la novedad porque son secuencias de imágenes muy cortas, y así se deteriora también su comunicación con los demás y queda más indefenso ante estos retos virales”, agrega Giraldo.
Límites al consumo
Entendido este aspecto fundamental, los padres pueden intervenir con completa autoridad, pero sin autoritarismo, para proteger a sus hijos, estableciendo límites al consumo de redes sociales y la exposición a las pantallas.
“Es deber de los padres controlar el tiempo de sus hijos en las pantallas, ya está claro que ellos no pueden autorregularse, por lo tanto, sería irresponsable dejarlos a su antojo. Además, en la noche no es prudente, dado que se ha comprobado que la luz de las pantallas afecta el sueño reparador”, recomienda la neuropsicóloga.
Para Diego Mercado, psicólogo y director del programa de Primera Infancia en la Universidad del Valle, “los padres no pueden ser ingenuos, deben asumir el control y pensar en la ciberseguridad de su familia, los niños pequeños no deberían tener perfiles, ni cuentas autónomas, porque no solo estamos hablando de exponerlos a retos virales, hay muchos otros peligros, como mostrar sus rutinas y ser víctimas de secuestradores, o de ciberacoso, bullying y depredadores sexuales”.
Consejos contra los retos virales
“Es fundamental que los padres tengan bases de neuroeducación para comprender los efectos de las pantallas y las redes sociales en el comportamiento de los niños, su desarrollo cognitivo y emocional”. Cristian Iván Giraldo León, psicólogo y magíster en neurociencias.

- Supervisión y monitoreo de cuánto tiempo están en redes sociales los menores, y la clase de contenidos que consumen. Activar recursos como control parental en las aplicaciones a las que acceden sus hijos.
- Conversar constantemente sobre los videos de redes sociales y tendencias digitales, con los niños, niñas y adolescentes, aprovechar esto para reflexionar, preguntarles por lo que piensan y fomentar el sentido crítico sobre estos contenidos.
- Tener una relación de confianza con los hijos, que sientan la libertad de contar sus dudas y las impresiones que tienen sobre lo que ven en redes sociales, sin temor a ser juzgados. Siempre brindar acompañamiento.
- Dar ejemplo, los padres también deben hacer un uso responsable y equilibrado de los dispositivos y el tiempo que están en redes sociales.
- No temer a marcar límites y entrar en conflicto con los hijos, “así no seamos populares con ellos, por establecer estas reglas, el deber primordial es protegerlos, hay que ser firmes, no podemos concederles todo, así también aprenderán a manejar la frustración”, aconseja Annie de Acevedo.
- Generar rutinas de familia alejadas de las pantallas y redes sociales, más en interacción con el entorno, donde los niños puedan desconectarse y disfrutar.
Periodista y escritor, entre sus publicaciones destaca el volumen de ensayos ‘Libro de las digresiones’. Reportero con experiencia en temas de cultura, ciencia y salud. Segundo lugar en los Premios Jorge Isaacs 2022, categoría de Ensayo.