Salud
Cuidado, esta es la razón por la que su cuello puede envejecer más rápido que la piel del rostro
Un cambio en sus hábitos puede ayudar a mejorar la apariencia de su cuello y escote.
Aun las personas que son muy rigurosas con el cuidado de su piel tienden a desestimar el poder de tener cuidados con la piel del cuello, la cual suele ser una de las primeras en evidenciar el paso de la edad, sobre todo en las mujeres.
La piel del cuello sufre de la misma manera que el rostro, el exceso de sol y la falta de cuidados. Muy pocas personas compran los productos adecuados para el cuello y, en cambio, emplean los mismos productos que usan en su cara, muchos de ellos abrasivos o indicados para condiciones de piel específicos y otros en cambio, utilizan el mismo jabón con el que se bañan en resto del cuerpo.
La piel del cuello envejece de forma diferente al resto del cuerpo porque la dermis es más fina y tiene menor cantidad de células (fibroblastos) sintetizadoras de colágeno, elastina y ácido hialurónico. También tiene menos cantidad de glándulas sebáceas, lo que la hace más débil ante cualquier agresión.
Pueden incentivar el envejecimiento de esta área, el uso continuo del teléfono, la contaminación, el tabaco, la radiación solar, los cambios hormonales o el uso incorrecto de los tratamientos perjudican de un modo particular el envejecimiento de esta zona.
También puede hacer daño el dormir de lado y con los brazos en posición cruzada como en forma. de abrazo, ya que esto puede marcar más los pliegues en la forma del cuello y pecho.
Enfermedades como autoinmunes o diabetes o sufrir cambios bruscos de peso también pueden dejar sus rastros en la piel.
Antes que tener que corregir, los expertos recomiendan prevenir, sobre todo en el periodo comprendido entre los 30 y 40 años, principalmente con protección solar.
El portal de salud, belleza y cuidado personal Telva brinda algunos consejos para evitar las arrugas en esta zona:
- Exfoliar la piel: el medio recomienda exfoliar la zona del escote de manera semanal.
- Usar protector solar: el sol incrementa el envejecimiento, por esto es indispensable el uso de protector solar diario, incluso cuando no se va a salir de casa. Cuando la piel se va a exponer al sol para broncearse es importante estar aplicando bloqueador de manera constante ya que el sudor puede retirarlo al igual que el agua.
- Mantener la piel hidratada: el medio menciona que las arrugas en el escote también pueden aparecer por resequedad en la zona. Por ello, es indispensable hidratar la piel de manera diaria. Puede hacerse con productos naturales como el aceite de coco, de almendras, de oliva o de rosa mosqueta, entre otros. Lo importante es hacerlos dos veces al día: en la mañana, antes de vestirse, y en la noche, antes de acostarte. Se puede hacer con unos sencillos movimientos de manos de arriba para abajo hasta que se absorba será suficiente.
- Hacer correcta limpieza antes de hidratar, lo que significa quitar el sudor que se acumuló por las noches y retirar el bloqueador que se aplicó en la mañana antes de salir de la casa.
- Dormir las horas recomendadas y en la posición correcta: el portal especializado aconseja dormir boca arriba.
No olvidar las vitaminas
La vitamina C es conocida por su papel en el fortalecimiento del sistema inmunológico, pero también desempeña un papel crucial en la salud de la piel. Como poderoso antioxidante, la vitamina C combate los radicales libres, que son moléculas inestables que dañan las células de la piel y contribuyen a la formación de arrugas. Además, la vitamina C es esencial para la producción de colágeno, una proteína que proporciona estructura y elasticidad a la piel.
La vitamina A desempeña un papel vital en la renovación celular y también la producción de colágeno, lo que puede ayudar a reducir la apariencia de arrugas y mejorar la textura de la piel. Además, esta vitamina contribuye a la regeneración de la piel dañada y favorece la producción de nuevas células, lo que puede dar lugar a una piel más suave y joven.
Existen dos formas de vitamina A: el retinol, que se encuentra en alimentos de origen animal como el hígado, los huevos y los lácteos, y los carotenoides, que se encuentran en frutas y verduras de color naranja o amarillo, como zanahorias, batatas y calabazas.