Política
Presidente Petro responde con duro mensaje a Trump tras revocarle la visa: “No se rodee de genocidas”
El hecho pone en tensión las relaciones bilaterales y plantea un debate sobre los límites de la diplomacia y la libertad de expresión.
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28 de sept de 2025, 01:37 a. m.
Actualizado el 28 de sept de 2025, 02:55 p. m.
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El Gobierno de Estados Unidos tomó una decisión tajante y sin precedentes recientes: revocar la visa diplomática del presidente colombiano Gustavo Petro. Según el Departamento de Estado, su discurso en el marco de la Asamblea General de la ONU, “instó a los soldados estadounidenses a desobedecer órdenes e incitar a la violencia”, lo que para Washington representa una violación de normas diplomáticas básicas.

Ante esta medida, Petro reaccionó con vehemencia y contundencia. En un mensaje público de tono confrontativo, el mandatario colombiano se dirigió directamente a Donald Trump con frases duras, advirtiéndole que “no se rodee de genocidas”.
El mandatario vinculó esa expresión con las políticas israelíes frente a Gaza y denunció lo que considera una respuesta desproporcionada contra la población civil: “La esposa suya, señor Trump, o sus hijas, deberían decirle que no está bien matar bebés“, afirmó.
Durante su mensaje, Petro hizo una extensa referencia al sufrimiento en Gaza, señalando que hubo muertos que “no debieron ser”, y cuestionó profundamente que una respuesta bélica pueda justificarse bajo el argumento de legítima defensa.
También aludió a su derecho como jefe de Estado para expresarse libremente en escenarios multilaterales, mencionando la inmunidad diplomática y rechazando toda forma de represalia por ejercer ese derecho de opinión internacional.

El tono del mensaje fue directo, simbólico y desafiante: Petro incluso reconoció que podría compartir un whisky con Trump, si bien defendió que ese encuentro se dé entre iguales, “sin mentiras”. Remató con una apelación histórica y moral, exhortando al presidente de EE. UU. a “alejarse de Hitler” y a no destruir la libertad, evocando con énfasis las raíces ancestrales de los pueblos indígenas americanos y el valor de la autodeterminación.
La controversia, sin embargo, trasciende lo retórico. La cancelación de la visa diplomática puede implicar un distanciamiento entre las administraciones de Colombia y Estados Unidos, con posibles repercusiones políticas, diplomáticas y de imagen pública.
Aunque Estados Unidos argumenta que actúa para salvaguardar su normativa sobre discursos que supuestamente incitan al conflicto, para el Gobierno colombiano la medida puede interpretarse como una censura directa al derecho de crítica internacional.
Adicionalmente, esta confrontación plantea serias preguntas sobre los límites de la diplomacia frente a la libertad de expresión. En un contexto global donde los líderes usan las plataformas internacionales para denunciar violaciones a los derechos humanos, la reacción estadounidense podría sentar un precedente preocupante.
En definitiva, lo que parecía una decisión técnica migratoria escaló hacia un choque simbólico entre dos países aliados.
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