Política
¿A qué se debe el tono cada vez más agresivo del presidente Petro? Preocupa la polarización en el país
Diferentes sectores piden al jefe de Estado moderar sus calificativos contra quienes no lo apoyan.

“Nazis”, “ladrones” y “asesinos”: así han sido calificados por el presidente Gustavo Petro a algunos opositores, jueces, mandatarios, funcionarios y hasta medios de comunicación, manteniendo una actitud cada vez más agresiva.
Incluso, esas actitudes belicosas y el uso de calificativos de alto calibre han sido copiados por otros altos funcionarios del Gobierno contra quienes piensan diferente.
Solo en la última semana, todas las entrevistas que le realizaron al ministro de Salud, Guillermo Jaramillo, terminaron en menos de cinco minutos cuando el funcionario les ‘tiró’ el teléfono a periodistas que lo cuestionaron sobre asuntos relacionados con la crisis de salud en el país.
Para el analista político John Mario González, ese tono violento del Presidente tiene que ver con que “la polarización será parte de sus bases políticas para camuflar los yerros de gobierno”, pero que ahora las aumenta debido a que está buscando votos para las elecciones del 2026.
“Redoblará la dosis porque está adelantando la campaña electoral y eso le permitirá poner a sus funcionarios y sus bases políticas en modo campaña e impulsar a uno de los suyos para conservar el poder en 2026″, agrega.

Sin embargo, la preocupación se incrementa porque, según el analista, se suman una serie de efectos nocivos producto de este tono agresivo que está utilizando constantemente el Jefe de Estado, como lo es la afectación a las instituciones y la destrucción del debate público.
“Hay una gran desinstitucionalización; la calidad del debate político se está llevando a mínimos en los que no es posible generar confianza y construir un proyecto futuro de país. Aunque la mayoría de los presidentes, en el pasado, han intervenido en política de manera socarrona, la gente tendrá que prepararse para una intervención sin control de Petro”, señala González.
De hecho, desde el Congreso, donde parece que el Presidente concentra especialmente sus ataques, le han pedido al mandatario regular su discurso y dejar de dividir el país.
Recientemente, luego del anuncio de la convocatoria a una consulta popular, diferentes sectores se pronunciaron en contra de la propuesta, generando que Gustavo Petro elevara su tono.
Ocurrió, por ejemplo, con la representante de Alianza Verde Katherine Miranda, quien dijo que haría campaña por el ‘no’ para la consulta. Inmediatamente, Petro la señaló de ser una enemiga del pueblo.

“Presidente, bájele a su agresividad y obsesión”, reaccionó la senadora también ‘verde’ Angélica Lozano.
La semana pasada, su excanciller Álvaro Leyva también le llamó la atención al Mandatario: “Sindéresis, Gustavo Petro, no vaya el diablo. Se dice que últimamente se ha convertido usted en autor de sembradíos de posibles violencias; que se le ha ido la mano ya por razones propias, suyas, íntimas, conductas indebidas o poco aconsejables, ya por desespero, ya por no controlar su lengua”.
Además, recordó cómo en 1985 le advirtió al entonces presidente, Belisario Betancur, sobre un peligro inminente en medio de sus gestiones de paz con el M-19, y días después ocurrió la toma del Palacio de Justicia.
“En su momento, suplicante, le advertí a mi amigo Belisario Betancur. A usted Gustavo, le prendo las alarmas”, finalizó el exministro.
Más allá de una razón política, no se entiende tal tono agresivo impulsado por el presidente Gustavo Petro contra quienes piensan distinto. “Al Gobierno, por supuesto, le conviene, por eso lo hace, porque le conviene y le gusta. El que se está y será afectado es el país, su endeble democracia, la confianza y las instituciones”, puntualiza el analista político González.

“Ya salieron los oligarcas, los dueños del dinero, los que matan y asesinan a gritar en contra de la consulta popular porque le tienen miedo al pueblo de Colombia”, afirmó el presidente el pasado 18 de marzo en la Plaza de Bolívar.
En su discurso, el mandatario de los colombianos ha incorporado el uso de los términos nazi y nazismo -uno de los capítulos más oscuros de la historia- como un calificativo en contra de quienes piensan distinto. Tanto así, que el Consejo de Estado le ordenó que, en un plazo de cinco días, eliminara una publicación que hizo en su cuenta de X y rectificara sus señalamientos de “nazi” a una tuitera, que cuestionó el manejo al sistema de salud.
Pero Petro no cedió ante el alto tribunal, y respondió que el Consejo de Estado se equivocó y que él no llamó nazi a la tuitera sino a sus actitudes.
Y así, ha utilizado excusas para no atender a los reclamos que le ha hecho la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP) por sus ataques contra periodistas.
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