Columnistas
Embellecer a Cali
Hay que identificar todos los lugares más bellos de los barrios de la ciudad, y de sus alrededores, y protegerlos con normas pertinentes a sus usos y ocupación del suelo y alturas, y eliminar en ellos las redes aéreas como se hizo hace años en la Calle de la Escopeta
A partir de lo dicho en anteriores columnas sobre lo bello de Cali (15/06/2023) y sus árboles (29/06/2023) y también sobre lo feo (06/07/2023), se pueden concretar algunas propuestas generales, las que hay que considerar en su conjunto antes de pasar a planes y proyectos concretos realizados por equipos interdisciplinarios de historiadores, sociólogos, urbanistas, paisajistas y arquitectos; y cuál sería su prioridad y sus etapas de realización. E informar permanentemente al respecto para lograr hacer de la belleza de Cali un propósito compartido por los caleños.
Proteger los muy bellos paisajes naturales que rodean a la ciudad, su variada vegetación y sus abundantes fuentes de agua, impidiendo su deforestación y la minería en ellos, y pasar a reforestarlos con las especies más indicadas. Y prohibir las grandes vallas aéreas que tapan los paisajes y los sustituyen por propaganda, e interrumpen las brisas, junto con la construcción de edificios en las laderas de la cordillera y sus montes, y relocalizar y rediseñar las antenas en sus cumbres como una parte discreta de los respectivos monumentos que los identifican.
Proceder a completar la arborización de las calles, parques y zonas verdes, incluyendo en estas vergeles, siguiendo proyectos de paisajismo para cada caso, y estimulando los huertos comunales en lotes temporalmente desocupados; junto con la realización de una plaza arborizada en la de Caicedo, como corresponde al clima tropical medio de Cali. Y hacer mucho más visibles para los que recorren la ciudad, caminando o de pasajero en un vehículo, los muchos bellos y grandes árboles y las muchas altas palmas que ya existen en ella por todas partes.
Conservar las construcciones consideradas como hitos urbanos de la ciudad dado su carácter de patrimonio de interés cultural, BIC, y no apenas los monumentos tradicionales, junto con sus áreas de influencia; y ampliar la lista actual con algunas importantes construcciones más recientes. Pero igualmente identificar todos los lugares más bellos de los barrios de la ciudad, y de sus alrededores, y protegerlos con normas pertinentes a sus usos y ocupación del suelo y alturas, y eliminar en ellos las redes aéreas como se hizo hace años en la Calle de la Escopeta.
Regularizar las dos fachadas que conforman las diferentes calles, respecto al uso del suelo en el primero piso y su altura, y limitar el número de pisos adicionales permitidos, o su altura total, y su uso; conservar los paramentos dominantes; prohibir los voladizos y retrocesos de un costado al otro de las fachadas; conservar en más de la mitad del área de estas los terminados más usuales en las construcciones de su entorno inmediato, y usarlos además sobre las culatas que resulten. Que se proyecten y construyan partes de ciudad y no meros edificios.
Educar a los habitantes de Cali, de la escuela a la universidad, y recordarlo en los medios de comunicación, respecto a cómo la belleza de la ciudad incide en la calidad de vida de sus habitantes al procurarles identidad, placer y recreación, lo que lleva a una mayor unión entre ellos y más respeto hacia a los otros. Que su hermosura, como la define el DEL, sea la “proporción noble y perfecta de las partes con el todo; conjunto de cualidades que hacen a una cosa excelente en su línea”. En este caso, las construcciones y los espacios urbanos públicos que forman.