Opinión
El tiempo de las instituciones
Poco favor se le hace al país pidiendo la salida del Presidente, radicalizando las posiciones en la opinión y creando condiciones para más conflictos entre los colombianos.

12 de ago de 2023, 03:16 a. m.
Actualizado el 12 de ago de 2023, 03:16 a. m.
Como sería de motivador estar escribiendo sobre los progresos de Colombia, sobre avances significativos en lo social, en lo económico y en lo ambiental. Lamentablemente, con un año de gobierno se ve muy poco progreso y, en cambio, un retroceso muy acentuado en muchos frentes. La seguridad, especialmente, se le salió de las manos al gobierno y las perspectivas son muy preocupantes. No solo abre de manera desordenada todo tipo de procesos de negociación e incorporación de los llamados gestores de paz, sin lineamientos ni compromisos, generando confusión y mensajes muy negativos para quienes cumplen la ley.
Lo más preocupante, es que las fuerzas armadas y de policía no tienen un mensaje claro sobre lo que deben hacer. Perdieron, como lo han dicho conocedores del tema, cerca de 2.000 años de experiencia al descabezar cincuenta generales con una experiencia de cuarenta años en promedio, y el Ministro ha mostrado que no es la persona para desempeñar ese cargo.
El caos autoinfligido en que se encuentra el gobierno, por cuenta de los innumerables escándalos en los círculos cercanos a Petro ha debilitado su gobernabilidad y, como se viene diciendo, puede crear una situación similar a la del proceso 8.000. Si así fuera, al Presidente le tocará dedicar mucho de su energía a defenderse entorpeciendo la marcha del gobierno. En este caso, además, las diferencias con ese proceso van en su contra. A diferencia de Samper, no tiene mayorías en el Congreso, no tiene el apoyo de los grandes empresarios, se ha enemistado con los medios de comunicación y las normas relacionadas con financiación ilegal de las campañas se endurecieron de manera muy severa.
En este escenario, sin embargo, hay algo muy positivo y es que se viene reafirmando la solidez de nuestras instituciones. Así fue al aceptar sin discusión los resultados de las elecciones, lo está siendo con las posiciones que las cortes han tenido en varias ocasiones y el gobierno, a pesar de su retórica, ha respetado la Constitución y dice que lo seguirá haciendo frente a la telenovela de las últimas semanas. Con excepción de los extremistas de siempre, los líderes en los diferentes sectores y los formadores de opinión han manifestado que deben ser las instituciones las que establezcan lo que haya que definir en el caso de este gobierno y de todos los implicados en la cadena de escándalos.
Ese es el camino correcto. Poco favor se le hace al país pidiendo la salida del Presidente, radicalizando las posiciones en la opinión y creando condiciones para más conflictos entre los colombianos. Lo que hay es una gran oportunidad para que las instituciones salgan fortalecidas. Un debido proceso y unas garantías para los involucrados, además de una investigación seria sobre la gran cantidad de pruebas, indicios e implicados, deberá permitir a las cortes tomar las decisiones que sean del caso. Y, si el tema llega a la Comisión de Acusaciones, será la oportunidad para este cuerpo de demostrar que tiene razón de ser su existencia. Lo que menos requiere Colombia es más polarización y conflicto.
Ingeniero industrial, Presidente de Asocaña por casi veinte años, consultor privado y miembro de múltiples juntas directivas en los sectores financiero, industrial, energético, servicios, educativo y de investigación. Escribe para El País hace más de veinte años.