Columnista
Colombia y los Brics
El presidente Donald Trump advirtió que impondría aranceles del 100 % a los países miembros de los Brics si estos impulsaban la creación de una moneda que compitiera con el dólar.

Mario Carvajal Cabal
30 de abr de 2025, 02:15 a. m.
Actualizado el 30 de abr de 2025, 02:16 a. m.
Entre el 6 y 7 de julio de 2025, en Río de Janeiro, se celebrará la Cumbre de los Líderes de los Brics, bloque originalmente conformado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, que ahora incluye también a Arabia Saudita, Egipto, Etiopía, Emiratos Árabes Unidos e Irán. Para este evento, el Gobierno de Brasil invitó a Colombia, país que desde hace dos años ha considerado unirse al grupo de los Brics y a su Banco de Desarrollo, presidido actualmente por Dilma Rousseff. Aunque no existe una candidatura formal para ingresar ni al grupo ni a su banco, es pertinente analizar qué representa esta organización, cuál es la postura del gobierno colombiano y si realmente conviene ser parte de este bloque.
El grupo Brics nació después de que Jim O’Neill, entonces economista jefe de Goldman Sachs, acuñara en 2001 el acrónimo para identificar a las economías emergentes que podrían liderar el crecimiento global hacia 2050. Sin embargo, no fue sino hasta 2006 que se consolidó políticamente y en 2009,celebró su primer foro en Rusia. Sudáfrica se sumaría en 2010.
Desde entonces, los Brics han intentado posicionarse como un contrapeso geopolítico al orden internacional vigente, promoviendo un mundo multipolar. Sin embargo, el impacto político, económico y geopolítico de este grupo ha sido limitado, aun cuando el sistema internacional se orienta hacia una fragmentación de poderes.
Según Joseph S. Nye Jr., en un análisis reciente para Project Syndicate, los Brics han servido para avanzar algunos intereses limitados de política exterior de China, Brasil, Rusia e India, pero la efectividad colectiva del bloque ha sido escasa, tendencia que podría agravarse con su expansión.
Nye resalta que las tensiones geopolíticas internas socavan la cohesión del grupo: China y Rusia compiten por influencia en Asia Central, mientras crece el nerviosismo de Pekín por el acercamiento entre Moscú y Corea del Norte. China e India mantienen disputas fronterizas en el Himalaya, agravadas por las relaciones de Pekín con Pakistán, rival de Nueva Delhi. Además, India busca desplazar a China como la segunda economía global, generando mayores tensiones internas.
Aunque el actual viceministro de Asuntos Multilaterales, Mauricio Jaramillo Jassir, acierta al defender la necesidad de diversificar las relaciones internacionales de Colombia, esto debe hacerse de forma estratégica. Unirse a los Brics -incluso solo al banco- podría traer más riesgos que beneficios.
En meses recientes, el presidente Donald Trump advirtió que impondría aranceles del 100 % a los países miembros de los Brics si estos impulsaban la creación de una moneda que compitiera con el dólar. Aunque estas amenazas podrían moderarse, poner en juego las relaciones con Estados Unidos, el principal aliado comercial y político de Colombia, por integrarse a un bloque ineficaz, no sería sensato.
Colombia debería, en cambio, fortalecer su inserción internacional mediante acuerdos bilaterales diversificados, construir marcos regulatorios que atraigan inversión extranjera y desarrollar estrategias de largo plazo para integrarse en nuevas cadenas de suministro.
Vincularse a un bloque débil, con baja capacidad de influencia, solo por afinidad ideológica con la multipolaridad, podría poner en riesgo la estabilidad económica y diplomática del país.
Mario Carvajal Cabal
Internacionalista de la Universidad Javeriana, magister en Estudios Latinoamericanos de University of Oxford y candidato a la maestría en Economía Política Internacional del London School of Economics. Analista de política internacional.
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