Bienaventurados ustedes… Ay de ustedes

Por: Pbro. Jhony Muñoz Sánchez, vicario general

Jesús ha levantado los ojos a sus discípulos y les dice: “Bienaventurados porque de ustedes es...”, para decirles que su reino es presente, reino que se hace experiencia en la vida cotidiana.

Hoy todo hombre y mujer que escuche o lea este texto tiene una propuesta nueva tan válida para alcanzar la felicidad plena, esa propuesta es ser pobre del reino, en la lectura de Jeremías que acompaña este evangelio del VI domingo dirá: “Bendito el que ha puesto su confianza en el Señor”, este el pobre del reino, quien, viviendo la realidad personal, familiar y de su entorno no ha apartado su corazón de Dios, y obra sensatamente.

El pobre del reino no confía en sus propias fuerzas, ni actúa con los criterios del mundo, no se siente satisfecha de sí misma (el que confía en sí mismo cree que todo se lo merece y que lo ha conseguido todo por propio esfuerzo), tampoco se ha vuelto impermeable al plan de Dios, sino que con sus ojos fijos también en él reza diciendo: “Hágase tu voluntad en el cielo como en el cielo”.

Los pobres del reino son los que viviendo el mundo han puesto su confianza totalmente en Dios y han realizado su vida desde el Evangelio que es Cristo mismo, por eso el señor jesucristo afirma el reino de Dios les pertenece, Cristo para el que confía en Dios se hace tesoro (bienaventurados los pobres), se hace alimento (bienaventurados los que tienen hambre), se hace consuelo (bienaventurados los que lloran) y se hace cercanía (bienaventurados cuando los excluyan).

Son muchos los caminos que se pueden tomar para que una persona llegue a confiar en nuestro señor Dios. Esto hace que el sentido del vivir cambie, que el mundo cambie, porque nosotros cambiamos, la vida se vuelve mejor para todos cuando vivimos santamente. Cuidado con dejar que tu corazón quede atrapado por los bienes temporales de esta tierra, cuidado con dejarte atrapar, con dejarte enredar, estás creado para una felicidad mayor, ya el evangelio termina diciendo: “Alégrense y salten de gozo”.