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Unesco designa Patrimonio Mundial una ruta sagrada de indígenas mexicanos; estas son las otras ‘joyas’ de la humanidad incluidas en la lista
Panamá, Francia y Alemania también inscribieron importantes sitios que son un legado para el mundo.

12 de jul de 2025, 06:09 p. m.
Actualizado el 12 de jul de 2025, 06:09 p. m.
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La Ruta Wixárica de México, un camino de 500 kilómetros con decenas de sitios naturales sagrados, fue designada Patrimonio Mundial este sábado, 12 de julio, por la Unesco.
La vía, por donde peregrinan los indígenas wixáricas, fue seleccionada entre una lista de 30 candidaturas junto con sitios como los alineamientos megalíticos de Carnac, Francia, y los castillos del rey Luis II de Baviera.
El trayecto precolombino, que une los estados de Jalisco (oeste) y San Luis Potosí (centro-norte), “es un excepcional testimonio de las tradiciones culturales continuas del pueblo Wixárica”, consideró el Comité de Patrimonio Mundial de la Unesco.

Unos 20 sitios sagrados componen la ruta y a lo largo de ella los wixáricas, también llamados huicholes, expresan sus vínculos con elementos de su cosmovisión como el maíz, el águila real, el venado y el peyote, una cactácea alucinógena que atrae a turistas.
Los indígenas denuncian que los foráneos no reconocen sus lugares de adoración, los contaminan y los explotan. Estos sitios “suelen ser mercantilizados y folclorizados a partir de una industria turística ‘mística’”, expusieron los wixáricas y otras etnias durante un diálogo con autoridades en 2022.
Entre los lugares que según los huicholes están más afectados por el turismo se encuentra Wirikuta, punto culminante de la ruta divina y reconocido desde 2023 por el Estado mexicano como sitio sagrado, igual que el resto del camino de peregrinaje.
Al inscribir la Ruta Huichol en su lista de Patrimonio Mundial, la Unesco recomendó a México prohibir las actividades mineras en la zona y reforzar las normas para contener la expansión urbana.
Tesoro en Panamá
La ruta colonial de Panamá, por la que circularon durante siglos en mulas y botes las riquezas de América y fue antecesora del canal interoceánico, fue declarada Patrimonio Mundial.
Entre los siglos XVI-XIX, el imperio español transportó a través del istmo productos procedentes de Asia y América con destino a Europa. Con tal fin, usó una red de caminos y ríos para llevar las mercancías desde la costa del Pacífico al Atlántico.
De los actuales Perú y Bolivia llegaban a Panamá el oro y la plata, mientras que de Filipinas las especias, porcelanas y telas. Para proteger las mercancías, los españoles construyeron fortificaciones.

La ruta de Panamá fue “importantísima” para el comercio internacional de la época, explica a la AFP el historiador y catedrático panameño Celestino Araúz.
Reconocidos En Europa
Los megalitos de Carnac y de las orillas del Morbihan, una vasta zona que incluye los famosos alineamientos de menhires en el oeste de Francia, también fueron inscritos este sábado en la lista de la Unesco.
Erigidos durante más de dos milenios en el período neolítico, se extienden sobre un territorio de 1.000 km² con más de 550 monumentos repartidos en 28 municipios del Morbihan.
Entre ellos destacan los alineamientos de Carnac, con sus largas hileras rectilíneas de menhires (“piedra larga” en bretón) de todos los tamaños, cuyo origen y función siguen siendo un misterio y que son visitados cada año por cerca de 300.000 personas.
Estos megalitos “constituyen un testimonio excepcional de la sofisticación técnica y de la habilidad de las comunidades neolíticas, que les permitió extraer, transportar y manipular piedras monumentales y tierra para crear un espacio simbólico complejo que revela una relación específica de las poblaciones con su entorno”, argumenta la Unesco.

Francia cuenta ahora con 54 sitios inscritos en el patrimonio mundial. España y China tienen 60, y Alemania 55.
Otro de los patrimonios reconocidos en la lista fue el castillo de Neuschwanstein, en la región alemana de Baviera, conocido por inspirar los castillos de cuento de hadas de Walt Disney.
Otras tres residencias reales, también construidas a finales del siglo XIX bajo el reinado de Luis II de Baviera también fueron incluidas en la lista: Herrenchiemsee, Linderhof y Schachen.
Neuschwanstein, asentado en un peñasco alpino de 200 metros de altura, es el castillo más visitado de Alemania, con casi 1,5 millones de visitantes cada año.
“Un cuento de hadas se hace realidad para nuestros castillos: Somos #PatrimonioMundial” , escribió en X el gobernador de Baviera, Markus Soeder, tras el anuncio.
Peter Seibert, de la Administración de Castillos de Baviera (BSV), declaró a AFP que la inclusión en la lista de la Unesco “es una gran responsabilidad, pero también un reconocimiento (...) por el trabajo de conservación que hemos realizado hasta ahora”.
Philippe, un visitante canadiense de 52 años, se sorprendió de que el castillo no estuviese ya clasificado como patrimonio mundial. “Tenemos suerte de poder seguir disfrutando de esta experiencia”, declaró.
Por su parte, Herrenchiemsee recuerda a un Versalles en miniatura en un lago entre Múnich y Salzburgo, un homenaje al monarca absoluto Luis XIV de Francia, a quien Luis II de Baviera admiraba.
El tercer lugar de la lista de la Unesco es el pequeño castillo de Linderhof, el único terminado mientras Luis II de Baviera vivía, en 1878.
El último de los cuatro sitios incluidos en la lista es Schachen, una casa real al estilo de un gran chalet suizo, situada a 1.800 metros sobre el nivel del mar, no muy lejos de Neuschwanstein.
Irónicamente, aunque el legado arquitectónico de Luis II de Baviera es hoy motivo de orgullo en la región, estos castillos formaron parte de la causa de su caída.
Los costos de construcción de las fastuosas residencias llevaron al gobierno bávaro a deponerle, declarándole demente.