Inmigrante guatemalteco pasó casi seis horas en un árbol para evitar ser capturado y deportado por Estados Unidos

Para evitar ser detenido y huir de las autoridades migratorias de Estados Unidos, un hombre de origen guatemalteco pasó al menos seis horas subido en un árbol, en la ciudad San Antonio, de Texas.

El hecho quedó captado en un video tomado al parecer por un ciudadano, en el que se puede observar cómo el hombre, identificado como Raúl Ical, está en la copa del árbol mientras los uniformados lo esperan abajo para realizar la captura y posterior deportación.

Sin embargo, tras pasar un aproximado de seis horas en la robusta planta, el individuo descendió de las ramas y fue puesto bajo custodia de los uniformados.

Según informaron algunos medios internacionales, en tanto Ical bajaba del árbol, varias personas de la zona le gritaban que no firmara ningún documento, pues aseguraron que le iban a enviar a un abogado para que se hiciera cargo de su caso.

Reportes judiciales estadounidenses sostienen que Raúl enfrenta cargos criminales federales por reingreso ilegal a la nación norteamericana después de haber sido deportado hace 12 años.

Así lo confirmó el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) el cual indicó que “Ical ingresó previamente a Estados Unidos ilegalmente el 27 de marzo de 2013 y posteriormente fue deportado a Guatemala el 24 de abril de 2013”.

Referente a los hechos, las autoridades narraron que los agentes del Departamento de Seguridad Pública de Texas (DPS) estaban por hacer efectiva la orden de arresto del hombre cuando este huyó.

Versiones preliminares dan cuenta de que el guatemalteco se movilizaba en un automóvil cuando fue interceptado por los uniformados. De forma inmediata, Ical habría salido del carro con la intención de huir a pie, pero al verse acorralado optó por subirse al árbol.

Las detenciones y deportaciones han marcado los primeros cien días de gobierno de Trump, quien regresó a la Casa Blanca el 20 de enero con una fuerte agenda antiinmigración que aterroriza a millones de personas que entraron irregularmente al país.

Los activistas se reúnen a las 5:30 de la mañana y salen a rodar en busca de carros con vidrios polarizados, de determinados modelos, aparcados en doble fila, u otras características que podrían indicar que son de agentes del servicio de Inmigración.

Las personas iniciaron estos recorridos hace más de veinte años en San Diego, pero aumentaron la frecuencia tras el regreso de Trump.

*Redacción de El País y de AFP.