Judicial
La intensa guerra entre ‘Iván Mordisco’ y alias Calarcá: lo que hay detrás de la masacre de ocho líderes religiosos en Guaviare
Trascienden algunos detalles de los posibles móviles de este atroz hecho, registrado en medio de la confrontación de grupos armados ilegales.

5 de jul de 2025, 02:42 p. m.
Actualizado el 5 de jul de 2025, 02:42 p. m.
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La cruenta guerra que ahora se vive en el departamento del Guaviare es el telón de fondo de la masacre de ocho líderes evangélicos en el municipio de Calamar, quienes al parecer fueron acusados de ser auxiliadores o integrantes de un grupo armado al margen de la ley cuando precisamente las víctimas buscaban adelantar actividades religiosas para detener la violencia en esta región del país.
Integrantes del área de inteligencia del Ejército revelaron a Semana que este macabro caso, al parecer, se presentó por el marcado temor que existía en alias El Paisa Duber por el ingreso del ELN a esta zona en alianza con alias Calarcá.

“Este fue un comandante que murió en una operación militar que se adelantó en el Caquetá, pero era también el que controlaba gran parte de acá del Guaviare, entonces el hombre vivía paranoico sobre la presencia de los elenos en su territorio, y como la gran mayoría líderes evangélicos llegaron de Arauca, a este señor se le metió en la cabeza que eran guerrilleros de ese grupo o auxiliadores del mismo, de ahí que los retuvieron, esa es una de las hipótesis más fuertes que ahora manejamos frente este caso”, relataron militares del área de inteligencia que ahora apoyan las operaciones contra las disidencias de las Farc en el Guaviare.
Como las víctimas eran representantes religiosos, se dice que tenían gran capacidad de convocatoria entre los campesinos de esta zona del país, lo que posiblemente elevó el temor entre los disidentes de las Farc, que ahora están en guerra con los miembros del grupo guerrillero liderado por alias Calarcá.
“A ellos como que no les perdonaron ese trabajo social y religioso que adelantaban en Calamar y municipios vecinos. Por eso los citaron para que explicaran esa situación, pero lamentablemente al final terminaron asesinados y enterrados en una fosa común, como finalmente se comprobó”, agregaron los militares consultados por Semana.
La cruenta guerra entre estos grupos armados ilegales es el telón de fondo de este hecho que cobró la vida de James Caicedo, Óscar García, Máryuri Hernández, Maribel Silva, Isaid Gómez, Carlos Valero, Nixon Peñaloza y Jesús Valero, reconocidos integrantes de una comunidad evangélica de ese municipio.

Y es que en el departamento del Guaviare se van a completar más de seis meses de esta intensa confrontación, al punto de que muchos integrantes de estos grupos armados ilegales han desertado por miedo a morir en medio de las confrontaciones que a diario se registran en Calamar y otros municipios.
“Lo que pasa es que en medio de la cruenta guerra entre Calarcá y Mordisco se han entregado muchos integrantes del Frente Primero de los acá llamados Mordiscos, entonces uno de ellos, al parecer, estuvo en ese caso, conoció de primera mano esa masacre y le informo a la Fiscalía que sabía dónde estaban los desaparecidos de Calamar y dio la ubicación y por eso los hallaron. Ya ese ente investigador dice que los mataron porque hay alguien que sabe muy bien la historia de esa masacre y de la fosa”, agregaron los militares consultados.
“Deben existir muertos para que las autoridades colombianas les presten la atención necesaria a esta realidad, mas cuando en esta zona, las disidencias saben quiénes somos todos y cuando llega alguien desconocido, cuando esto pasa, enseguida empiezan a preguntar de quién se trata, por qué está acá, de donde viene. Ellos tienen computadores portátiles con bases de datos, donde tienen información y verifican como los antecedentes familiares y sociales de las personas”, denunció un habitante del Guaviare en diálogo con Semana.
Tras el macabro hallazgo de los cuerpos de los líderes religiosos, los habitantes de Calamar aseguran que ahora nadie se atreve a decir y mucho menos a hacer actividades o tener iniciativas sociales porque pueden ser blanco de los disidentes.
De hecho, se dice que los pastores de iglesias de los diferentes municipios cercanos, que antes recorrían las veredas, caseríos y corregimientos portando solamente la biblia, ahora se deben cuidar para no desafiar las reglas que imponen los grupos ilegales.
“Para serle franco, sincero y realista, hay que decir que allí está el Frente Primero de las disidencias y parece que ahora también está el de Calarcá, porque hace unos días hubo unos combates y no sabemos cuántos grupos más puedan estar acá donde vivimos. Pero sí, uno tiene que acatar las órdenes que ellos dan, hacer caso para no perder la vida”, relató un pastor de Calamar al mencionado medio.
Es tal la presión que ejercen los ilegales entre estas comunidades, que las órdenes de las disidencias cambian drásticamente el cronograma de iglesias, colegios y hasta las actividades económicas en el Guaviare. “Con decirles que ellos dicen: después de las seis de la tarde no se puede transitar y solo se puede salir después de las cinco de la mañana, claro, uno tiene que cumplir esas normas para no tener problemas”, confesó el pastor.
Con el acompañamiento de la Fuerza de Despliegue Rápido #11 del Ejército Nacional, la Fiscalía General de la Nación recuperó los cuerpos de ocho líderes sociales y religiosos en una fosa común ubicada en la zona rural de Calamar, Guaviare. El hallazgo se produjo tras activar… pic.twitter.com/688K4JV9Vi
— Fiscalía Colombia (@FiscaliaCol) July 1, 2025
Incluso, en algunas zonas de Calamar, las actividades para agradecerle a Dios tienen un límite, pues las escuelas dominicales, cultos y devocionales están ajustados a las violentas órdenes de los disidentes y guerrilleros, quienes patrullan como si fueran la autoridad en la zona.
“Nos toca organizar todo antes de la hora estipulada para poder llegar a las casas sin correr ningún peligro. Después de las siete de la noche no se puede andar, entonces los estudios bíblicos, los cultos o los devocionales los adelantamos mucho antes para poder regresar a nuestros hogares a tiempo”, relata el pastor.
El supuesto asesino de los líderes
Tras confirmarse el hallazgo de los cadáveres de los líderes religiosos, trascendió que Wainer Javier Valencia Malava, integrante clave de la denominada columna Armando Ríos de las disidencias de las Farc fue quien cumplió la orden dada por Iván Mordisco de asesinar a los representantes evangélicos.
De acuerdo con inteligencia militar, Wainer inició su carrera en 2007 como guerrillero de base de los comuneros del sur del ELN en la ciudad de Tumaco, en el departamento de Nariño. Para el año 2014, ya había escalado a la posición de cabecilla de escuadra de las disidencias conocidas como Oliver Sinisterra, estructura en la que dos años después llegó a tener funciones como cabecilla financiero.
Por el momento se conoce que este sujeto se desempeña como supuesto líder político de la columna Armando Ríos, un papel estratégico para mantener la influencia de este grupo armado en zonas clave del Guaviare.

Según los integrantes del grupo de inteligencia militar, su carrera delictiva devela una amplia formación criminal: recibió entrenamiento en milicias, combate, mando, manejo de masas y formación política, así como conocimientos en el manejo de explosivos. “Dicha combinación le ha permitido articular acciones ofensivas y de adoctrinamiento, especialmente en comunidades campesinas de ese departamento”, reveló Semana.
También se conoció que alias Wainer tiene como zona de injerencia delictiva las riberas de los ríos Unilla, Itilla, Vaupés y Apaporis, buscando controlar los municipios de Calamar y Miraflores.
“Sus acciones se centran en la instrumentalización, a través de la violencia, de presidentes de juntas de acción comunal para ampliar guardias campesinas y blindar las rutas de movilidad de los ilegales, buscando frenar el avance de la fuerza pública”, explicaron los militares.
Esta versión indica que, al parecer, los líderes religiosos fueron citadas por alias Wainer a la vereda Barranquillita, zona rural del municipio de Miraflores donde los retuvieron por algún tiempo. Después, los armados trasladaron a las víctimas hasta la vereda La Reforma, y, allí, presuntamente los obligaron a excavar su propia fosa común. En este lugar fueron hallados por los investigadores de la Fiscalía General de la Nación.

Soy comunicador social de la Universidad Santiago de Cali y periodista radicado en Popayán desde hace más de 15 años, pero con nacionalidad caleña. Además, soy reportero judicial en una de las regiones más hermosas del mundo, el Cauca.