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La historia de las víctimas de las Autodefensas que pasaron a perdonarlos, vivir y trabajar en proyectos comunitarios en zona rural de Pradera, Valle

El corregimiento sufrió el conflicto armado. Veinte años después escribió una nueva historia.

18 de septiembre de 2024 Por: Laura Cortez Palacios/ Reportera de El País
Con un acto simbólico, la Unidad para las Víctimas realiza el cierre de reparación colectiva de la comunidad de Arenillo de Pradera, Valle del Cauca. Foto Jorge Orozco / El País.
En el río Flores Amarillas, testigo de la violencia que azotó al Arenillo, se llevó a cabo una ceremonia simbólica en la que los ciudadanos hicieron una ofrenda floral como símbolo de renacimiento. | Foto: Jorge Orozco

Nosotros perdonamos, sanamos estas heridas tan profundas y comenzamos una historia de paz con proyectos productivos a través de la reparación colectiva. Se comenzaron a recuperar las tradiciones del corregimiento, de todo lo que habíamos perdido”, explicó Francisco Guegia, líder comunitario de Arenillo, en Pradera, Valle, en medio del acto de cierre del proceso de reparación colectiva que se llevó a cabo este martes, luego de que hace 20 años vivieran en carne propia los horrores de la guerra.

En un acto de sanación, los habitantes de los corregimientos de Arenillo, La Ruiza y Los Pinos, pertenecientes a Pradera, se desplazaron hasta el río Flores Amarillas, que baña con sus aguas a este territorio, y depositaron una ofrenda floral como símbolo de reconciliación y renacimiento mientras afirmaban: “La memoria de los sucesos del pasado viajan por este río y se alejan de mí, sano mi alma y el agua limpia y cura mis heridas”.

Con un acto simbólico, la Unidad para las Víctimas realiza el cierre de reparación colectiva de la comunidad de Arenillo de Pradera, Valle del Cauca. Foto Jorge Orozco / El País.
Con un acto simbólico, la Unidad para las Víctimas realizó el cierre de reparación colectiva de la comunidad de Arenillo de Pradera, Valle del Cauca. | Foto: Jorge Orozco

Y es que entre 1999 y 2004, los habitantes de esta zona del departamento, ubicada a una hora de Cali, padecieron confinamiento por parte de grupos de autodefensas, quienes fueron autores de asesinatos, amenazas, violencia sexual y la afectación de actividades productivas.

A pesar de los horrores del conflicto que se vivieron durante cinco años, los pobladores resilientes comenzaron en 2013 un trabajo de sanación e iniciaron formalmente su proceso de reparación con la guía de la Unidad para las Víctimas en 2017, poniendo en marcha una serie de acciones que contaron con todos los habitantes y el apoyo institucional.

Desde ese momento empezamos a recobrar la confianza porque muchas veces entre las mismas familias existían problemas, pero con el tiempo los líderes comenzamos a trabajar y hoy contamos con seis unidades productivas de trucha porque hay buenas fuentes hídricas, hay café, turismo sostenible y eso nos da una emoción de poder seguir trabajando”, añadió Francisco Guegia, quien se desempeña como vicepresidente de la Junta de Acción Comunal de Arenillo.

Por ello, luego de tantos años de trabajo colectivo este martes se reunieron en la sede comunal del corregimiento para dar cierre al proceso de reparación colectiva de Arenillo, Pradera, conformado por dicho corregimiento, La Ruiza y Los Pinos.

Con un acto simbólico, la Unidad para las Víctimas realiza el cierre de reparación colectiva de la comunidad de Arenillo de Pradera, Valle del Cauca. Foto Jorge Orozco / El País.
Los habitantes de Arenillo tienen actividades productivas agrícolas, turísticas y artesanales. | Foto: Jorge Orozco

En medio del acto, la directora de la Unidad para las Víctimas, Lilia Solano, aseguró que “no se sostiene la vida de los pueblos que fueron arrasados por el conflicto armado si no es por el liderazgo de las comunidades. Cuanta riqueza hay en Pradera que pudo ponerse de pie y reconstruir su historia, eso no es nada fácil”.

Solano reconoció la fuerza de los pobladores, quienes se reconciliaron y perdonaron a sus victimarios para lograr salir adelante, “estos conflictos que vivimos, y que lamentablemente se siguen viviendo en el país, nos hacen ver qué tan importante es la paz”.

¿Cómo fue el proceso de reparación?

Para lograr resignificar el territorio, fue necesaria la construcción y recuperación de infraestructura social y comunitaria, por ello, el vicepresidente de la Junta de Acción Comunal de Arenillo explicó que los mismos pobladores construyeron el salón comunal en donde se realizó el acto de cierre. Además, con el apoyo de la Unidad para las Víctimas se realizaron brigadas de salud y se diseñaron proyectos productivos con un énfasis especial en el cultivo de la trucha, así como el turismo ambiental y ecológico.

De acuerdo con la entidad, esto significó el fortalecimiento de la capacidad de organización y de los liderazgos a través de capacitaciones y “el trabajo psicosocial con la comunidad para la reconstrucción de sus lazos sociales e incontables mingas de trabajo colectivo”.

Con un acto simbólico, la Unidad para las Víctimas realiza el cierre de reparación colectiva de la comunidad de Arenillo de Pradera, Valle del Cauca. Foto Jorge Orozco / El País.
La comunidad se desplazó al río Flores Amarillas para realizar la ofrenda floral. | Foto: Jorge Orozco

Además, en medio del proceso, el Estado entregó un bus tipo chiva al corregimiento, vehículo que se convirtió en un elemento vital para su proyecto turístico, pues con este medio de transporte realizan paseos y rutas por diversas regiones del país.

Entre las iniciativas del proceso de reparación también se construyó un sendero ecológico que conduce a la parte alta de Arenillo, donde se llega a un espacio de memoria creado por los habitantes con fotos de su historia, al lado de jardines diseñados para atraer mariposas.

De la misma manera, se creó una marca propia llamada Café Pinor, fruto del renacimiento del territorio, así como la producción de miel pura, la venta de especies de flora, los paseos a caballo, espacios para paracaidismo y restaurantes locales que reciben a los deportistas que suelen llegar en bicicleta por las montañas de Arenillo, un lugar rico en áreas naturales.

La violencia, un capítulo que se quiere cerrar

Hace 20 años, un bloque paramilitar llegó a apoderarse del corregimiento de Arenillo, zona rural de Pradera que limita con el municipio de Palmira, iniciando un oscuro capítulo en la historia del territorio, por lo que cientos de personas salieron desplazadas, muchas de las cuales nunca retornaron.

Acá inicialmente llegaron entre 40 y 50 muchachos de varias partes del país, principalmente del Urabá y de la costa Caribe para los entrenamientos para hacer parte del bloque Buitrera de las autodefensas, quienes se asentaron en Arenillo y tenían poder en La Ruiza y los Pinos. Durante cinco años estuvimos secuestrados en nuestro propio pueblo”, relató un habitante de la zona, quien estuvo presente en los años de la guerra.

Con un acto simbólico, la Unidad para las Víctimas realiza el cierre de reparación colectiva de la comunidad de Arenillo de Pradera, Valle del Cauca. Foto Jorge Orozco / El País.
En medio de la ceremonia de cierre del proceso de reparación, los líderes comunitarios fueron resaltados por su labor en la reconstrucción del territorio. | Foto: Jorge Orozco

Durante este periodo el actor armado aterrorizó a los habitantes de la zona, ya que con el paso del tiempo más y más jóvenes llegaron a hacer parte de las filas del grupo, algunos de los cuales fueron asesinados, según testimonios de los habitantes. Además, si los ciudadanos se atrevían a denunciar lo que estaba ocurriendo corrían grave peligro.

Con la desmovilización del bloque Calima de las Autodefensas Unidas de Colombia, a finales de 2004, estos hombres salieron del territorio dejándolo desolado, pero dos décadas después y gracias al trabajo juicioso de los líderes comunitarios apoyados por las entidades estatales, el sector público y privado es nuevamente un lugar seguro, productivo y turístico que busca encantar a todos los vallecaucanos.

Sanando el dolor

  • Arenillo era una zona productiva antes de la violencia y actualmente se está devolviendo el brillo a sus calles.
  • Un habitante del sector afirmó que la comunidad sanó, tanto así que en el lugar vivieron desmovilizados de las AUC, los cuales nunca fueron atacados.
  • Las mujeres fueron víctimas de violencia sexual, sin embargo, los habitantes recibieron a los niños que nacieron en el conflicto, asegurando que son inocentes de los flagelos de la violencia.
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